El ritual de agradecimiento a la Pachamama en El Quemado, convocó a gran cantidad de hijos que nacieron en el legendario lote azucarero y familias que llegaron a reeditar el ancestral ritual. La familia Méndez, dispuso todo para recibir a quienes con el corazón agradecido, llegaron para honrar a la madre tierra, dadora de vida.
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El ritual de agradecimiento a la Pachamama en El Quemado, convocó a gran cantidad de hijos que nacieron en el legendario lote azucarero y familias que llegaron a reeditar el ancestral ritual. La familia Méndez, dispuso todo para recibir a quienes con el corazón agradecido, llegaron para honrar a la madre tierra, dadora de vida.
Un gran patio de tierra, próximo a las vías del ferrocarril, fue el escenario para el feliz reencuentro, el que fue engalanado con banderines, serpentinas y las banderas de Argentina y de Bolivia.
Cabe recordar que muchos de los trabajadores del ingenio, llegaron desde el norte de nuestra provincia y desde el vecino país a trabajar en la zafra. Algunos se afincaron en el verde solar sampedreño y fueron ubicados por los dueños de la empresa azucarera en los diferentes lotes donde forjaron su vida y conformaron su familia.
Al pie de un añoso árbol y con gran devoción, la familia anfitriona abrió el mojón y dispuso todo lo necesario para la ofrenda a la Pachamama. Así, cada de los presentes, comenzó con el ritual, ofrendando comida, frutos de la tierra, bebidas, hojas de coca y cigarrillos. Luego compartieron un almuerzo, momento que fue propicio para recordar anécdotas de un tiempo compartido y presentar a los nuevos integrantes de cada familia.
La familia anfitriona, recordó a quien fundó la Pachamama, la abuela Dominga Alarcón, ya fallecida, quien dejó esta herencia a sus hijos y nietos, y son ellos los que mantienen vivo este rito ancestral.
