En el Noroeste argentino, un colectivo audiovisual ha tejido una narrativa de resistencia, creatividad y compromiso social. Wayruro Comunicación Popular, fundado en Jujuy en 1994, celebra sus 30 años de existencia con una serie de actividades y retrospectivas que destacan su trayectoria y su impacto en la comunicación popular y el audiovisual comunitario. En el ciclo online "El Matutino "de El Tribuno de Jujuy, conversamos con Ariel Ogando, fundador y coordinador general de Wayruro, para reflexionar sobre este recorrido, los desafíos enfrentados y los planes a futuro.
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En el Noroeste argentino, un colectivo audiovisual ha tejido una narrativa de resistencia, creatividad y compromiso social. Wayruro Comunicación Popular, fundado en Jujuy en 1994, celebra sus 30 años de existencia con una serie de actividades y retrospectivas que destacan su trayectoria y su impacto en la comunicación popular y el audiovisual comunitario. En el ciclo online "El Matutino "de El Tribuno de Jujuy, conversamos con Ariel Ogando, fundador y coordinador general de Wayruro, para reflexionar sobre este recorrido, los desafíos enfrentados y los planes a futuro.
"Nosotros surgimos en el año 1994, en una coyuntura muy compleja, con una política neoliberal que resultaba muy difícil para la mayoría. Nos parecía importante contar lo que estaba pasando porque no se veía en los medios", recordó Ogando. Armados con modestos recursos, iniciaron su travesía con una revista en papel y cámaras VHS, registrando movilizaciones y luchas de trabajadores.
El nombre del colectivo, Wayruro, proviene de una semilla roja y negra con un mito de origen que simboliza la multiplicación y la unión. Esta metáfora ha guiado el trabajo del colectivo, buscando siempre sumar voces y multiplicar los impactos de su labor comunicativa. "Wayruro es una semilla con un contenido mítico muy fuerte en el área andina. Al igual que estas semillas que se multiplican al juntarse, nuestra idea es unirnos y multiplicarnos en nuestro trabajo comunicacional", explicó.
La misión de Wayruro se divide en tres áreas principales: producción audiovisual, fomento y difusión, y capacitación. Cada una de estas áreas ha sido fundamental para construir un puente entre la comunidad y la pantalla.
Producción Audiovisual: A lo largo de estas tres décadas, Wayruro ha producido más de 250 trabajos documentales que han sido presentados en muestras nacionales e internacionales. Sus producciones abarcan una amplia gama de temáticas, desde la poesía y el teatro local hasta las luchas de los pueblos originarios y campesinos. "Tratamos de ser cronistas de nuestro tiempo, contando las historias que surgen en nuestra comunidad", señaló Ogando.
Fomento y Difusión: La Muestra Internacional de Cortometraje Jujuy/Cortos, que este año celebra su vigésimo tercera edición, es un espacio clave para la difusión de obras audiovisuales. Esta muestra no solo proyecta cortometrajes de realizadores independientes, sino que también ofrece talleres de capacitación y espacios de encuentro para cineastas de toda Argentina. "Hemos pasado cientos de cortometrajes y siempre realizamos talleres en paralelo. Para nosotros es una enorme alegría mantener este espacio, a pesar de las dificultades económicas actuales", afirmó Ogando.
Capacitación: Wayruro también se ha dedicado a la formación de nuevos comunicadores. A través de Kallpa TV Canal/Escuela, han impartido talleres de registro audiovisual y producción con celulares, entre otros. "Nos parece fundamental que todos puedan producir contenidos audiovisuales y comunicar sus historias. Damos talleres para que la gente se apropie de estas herramientas y pueda contar sus propias historias de manera efectiva", dijo Ogando.
Celebraciones y desafíos
Para conmemorar sus 30 años, Wayruro ha organizado una serie de propuestas y retrospectivas en colaboración con festivales, muestras y señales de TV de todo el país. Entre ellos se encuentran el Festival Oberá en Cortos (Misiones), Fibav (Buenos Aires), el Festival Internacional de Cine de las Yungas (Tucumán), Canal Giramundo (Mendoza), y Canal UNLP TV (La Plata). Además, su programa "La Vida es Corta" en Canal 2 de Jujuy sigue siendo una plataforma para la difusión de cortometrajes.
A pesar de estos logros, Ogando no oculta las dificultades que enfrentan. "Estamos en un escenario de carencia de recursos absoluto, con un Instituto Nacional de Cine intervenido y un Ministerio de Cultura que no acompaña ninguna iniciativa cultural. Es un momento de resistencia, pero seguimos adelante porque amamos lo que hacemos", expresó con determinación.
Mirando hacia el futuro, Ogando reflexionó sobre el papel de la comunicación popular y el audiovisual en la construcción de una sociedad más justa y equitativa. "Wayruro no es solo un espacio de producción audiovisual; es un espacio de militancia y amor por lo que hacemos. Nuestro compromiso es con la comunidad y con la posibilidad de contar nuestras propias historias", afirmó.
Además, destacó la importancia de adaptarse y reinventarse en medio de las adversidades. "Las coyunturas van cambiando y nosotros debemos cambiar con ellas. Lo que no cambia es nuestra pasión por comunicar y por hacer visibles las historias que otros no cuentan", agregó.
Para aquellos interesados en conocer más sobre Wayruro y participar en sus actividades, Ogando extiende una invitación abierta. "Invitamos a todas las organizaciones sociales, barriales, comunitarias y culturales de la provincia a proyectar materiales de Wayruro. Pueden contactarnos a través de nuestro correo [email protected]. Queremos que más personas se sumen a esta celebración y conozcan el trabajo que venimos haciendo", concluyó.
Wayruro Comunicación Popular sigue siendo un faro de resistencia y creatividad en el panorama audiovisual argentino. A lo largo de estos 30 años, han demostrado que la comunicación popular no solo es posible, sino necesaria para construir una sociedad más justa y consciente de sus realidades. Con la mirada puesta en el futuro y los pies firmemente anclados en sus raíces comunitarias, Wayruro continúa su camino, multiplicando voces y tejiendo historias que merecen ser contadas.
