Muchos ignoran que con el Encuentro de la Minga y de la Copla, en el Pueblo de La Candelaria, en Rodero, prácticamente los humahuaqueños y quebradeños comienzan a transitar el camino hacia el carnaval, aunque se esté a casi cuatro meses de su llegada.
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Muchos ignoran que con el Encuentro de la Minga y de la Copla, en el Pueblo de La Candelaria, en Rodero, prácticamente los humahuaqueños y quebradeños comienzan a transitar el camino hacia el carnaval, aunque se esté a casi cuatro meses de su llegada.
Sucede que en ese pequeño paraje donde viven muy escasas familias, en noviembre ya se cantan las coplas con tonada de carnaval, la ancestral chicha se invita a los asistentes y sin cuidado se talquean las caras de quienes hacen las chayas.
Es una reunión alegre donde además de revalorizar las costumbres de la comunidad, los pobladores junto a las autoridades municipales y visitantes celebran el reencuentro y la seguridad que la identidad no se perderá, porque a pesar del tiempo se sostiene en una jornada celebratoria.
La convocatoria de ayer así lo demostró una vez más, reafirmando la cultura y dando inicio prácticamente al Alborozo Humahuaqueño, al cual el municipio ya lo tiene definido y con actividades novedosas que se sumarán a las acostumbradas con la cuales los humahuaqueños se alistan para recibir al diablo carnestolendo.
La intendente Karina Paniagua concurrió hasta ese hermoso paraje junto a su secretario de Cultura, Turismo y Educación, siendo recibida por el presidente de la comparsa La Juventud Alegre de Rodero, Diego Burgos, que organizó esta edición del encuentro.
También la recibieron David González, comunero de Rodero, y Lucas Calapeña, presidente del centro vecinal, más los pocos vecinos les dieron la bienvenida al mediodía, y posteriormente compartieron un almuerzo comunitario que consistió en un exquisito picante de mondongo.
En el terreno de Agustina Calapeña, a metros del salón comunitario se realizó la tradicional minga de la siembra de la papa, Santos Paredes fue el ganean (quien se ocupa de preparara la tierra), Nélida Vargas la carakunka (encargada de chayar y sanar la semilla), Máximo Vargas el carankunkita (ayudante), Ester Ramos y Reyna Apaza, las semilleras, y Tesidio Vargas, el coordinador de la minga.
No es una tarea fácil la del agricultor, justamente por eso se reúne la comunidad para ayudar en conjunto y solidariamente, y esa costumbre que sostuvieron es la que se pone de manifiesto en cada Encuentro de la Minga y de la Copla.
Para el exigente trabajo bajo el ardiente sol quebradeño, viene bien la chicha y cantarse unas coplitas para hacer más llevadera la tarea en extensos terrenos donde principalmente siembran papa y maíz, que se cosecharán semanas antes o durante la celebración del carnaval.
En la tarde de ayer, mientras Paredes preparaba el terreno para la siembra, la cuadrilla Las roditas de Chorrillos, también Las hermanas coya (Saturnina Corimayo y Paulina Calapeña), El coquena del Valle (César Quipildor) y otros cantores populares entonaban sus coplas con el sonido de las cajas y erquenchos.
Finalizada la tarea, Diego Burgos y Laura Cruz, presidente y vice de la comparsa, agradecieron la presencia de Paniagua como también su colaboración para el encuentro, como también la de las copleras y las familias que se acercaron desde Humahuaca para participar y revalorizar la costumbre de las comunidades rurales.
Para ese entonces ya atardecía, todos regresaron al salón comunitario donde se continuó con la copleada y el municipio junto a los directivos de la comparsa entregaron obsequios a los participantes e invitados.
Con esta festividad popular y como se dijo anteriormente, se inició el camino a la máxima celebración de los quebradeños como lo es carnaval, luego vendrán otros festejos hasta que en diciembre el municipio oficialmente anuncie las actividades festivas y a partir de ahí, nada se interpondrá hasta que el diablo carnavalero regrese con felicidad.