"Desde los 19 años que la vengo remando, cuando con mi hija en el coche iba casa por casa ofreciendo algunos productos dulces que elaboraba", cuenta Natalia Dávila mientras atiende al vendedor de huevos y se acomoda la cofia en medio de una gran sonrisa.
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"Desde los 19 años que la vengo remando, cuando con mi hija en el coche iba casa por casa ofreciendo algunos productos dulces que elaboraba", cuenta Natalia Dávila mientras atiende al vendedor de huevos y se acomoda la cofia en medio de una gran sonrisa.
Mamá de dos nenas de 17 y 13 años, en diálogo con El Tribuno de Jujuy afirma que "por suerte con mi profesión de chef puedo sacar adelante a mis hijas sin que les falte nada, todos los días tienen un plato de comida en la mesa y lo que necesitan", agregando que "a eso se le suma que podemos vivir con mamá que obviamente me brinda toda su ayuda y apoyo".
Natalia "Nati", como todos la llaman, recuerda que es de la primera promoción del Instituto Gastronómico Argentino, sucursal Jujuy, donde obtuvo su título que le permitió abrirse camino y no solo en Jujuy, ya que en un momento dado debió radicarse en la Caba.
"Fue una experiencia que tuvo sus aristas", indica Natalia Dávila al recordar aquellas épocas. "Por un lado estuvo bueno pero debo reconocer que ahí tenían nada de consideración con el personal y eso que era la encargada del turno tarde-noche, realmente un lugar muy lindo ubicado sobre la avenida del Libertador en el barrio de Núñez a solo un par de cuadras del estadio de River Plate donde conocí muchos famosos, entre ellos a Mirtha Legrand, los hijos de Marcelo Tinelli, entre otros".
Aclara que "en ese lugar también creo que sufrí la peor de las experiencias en lo humano ya que en una oportunidad me descompuse porque llegué al límite de mis fuerzas ya que trabajábamos muchas horas diarias y a nadie le interesó, fue muy feo realmente", acota Natalia Dávila.
Su gran sueño
"Yo era muy chiquita y jugaba que cocinaba y tenía mi propio programa de televisión" y su sonrisa ilumina el local donde desde hace dos años y medio se dedica a la elaboración de milanesas de carnes, de verduras, legumbres y quesos, "hoy por suerte ofrecemos 43 variedades y por suerte la respuesta de la gente es muy buena, eso nos permite tener productos muy frescos porque se elaboran y venden en el día".
De regreso en Jujuy, Dávila ingresó a una empresa constructora como secretaria ya que no conseguía trabajo en su profesión, "un buen día en una reducción de personal quedé sin trabajo y es cuando decido comenzar con una empresa muy chiquita de catering, mesas dulces y saladas".
Como a muchos, la pandemia la obligó a reinventarse y de esa manera comienza con los empanados, "yo trabajaba desde casa y fue una época muy difícil hasta que mi hermana y mi cuñado me invitan a participar de una experiencia y es ahí cuando surge la posibilidad de dedicarme a los empanados, realizando numerosos experimentos siendo yo y mi familia los 'conejillos de India', si sale rico sale a la venta y sino buscamos por otro lado".
Consultada sobre cuál es el producto top indica que "hoy tenemos varios, pero el que va adelante es la milanesa caprese que se elabora con queso muzzarella, tomate y albahaca, aunque también buscamos seguir sorprendiendo al cliente con otro tipo de milanesas como la de lengua, seso o las de mollejas".
El centro jujeño se va poblando lentamente y los clientes llegan hasta su local en calle Güemes donde, además, buscan las de pescados o de llamas o bien los vegetarianos que reclaman las de berenjenas o pencas de acelga o las de legumbres que "son ideales para las dietas", afirma esta jujeña que a paso firme ofrece una variedad importante de milanesas para todos los gustos.