Una gloriosa jornada se vivió en el antiguo pueblo de San Pedro, en marzo de 1934, cuando los habitantes de la región vieron cristalizada una obra imperiosamente necesaria, como fue la construcción del puente sobre el amenazante lecho del río Grande. Este hecho fue realidad merced a las intensas gestiones realizadas por Emilio Lozano, comprometido vecino de los departamentos San Pedro y Santa Bárbara. Y ese sueño se cumplió cuando el tercer mes de aquel año deshojaba en el calendario del tiempo su décimo quinto día, pero siempre fue recordada la fecha del 18 de marzo de 1934, como el de su inauguración por la imponente fiesta que se realizó ese día sobre el mismo puente construido. Se cumplen entonces 89 años de aquella gran hazaña, y desde esa fecha, cesaron las muertes de los lugareños, porque para comercializar su mercancía se veían obligados a cruzar el lecho del río Grande que por aquel entonces traía gran cantidad de agua. El último número oficial que se conoció fue de 120 vecinos muertos a raíz de esta grave problemática.
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Una gloriosa jornada se vivió en el antiguo pueblo de San Pedro, en marzo de 1934, cuando los habitantes de la región vieron cristalizada una obra imperiosamente necesaria, como fue la construcción del puente sobre el amenazante lecho del río Grande. Este hecho fue realidad merced a las intensas gestiones realizadas por Emilio Lozano, comprometido vecino de los departamentos San Pedro y Santa Bárbara. Y ese sueño se cumplió cuando el tercer mes de aquel año deshojaba en el calendario del tiempo su décimo quinto día, pero siempre fue recordada la fecha del 18 de marzo de 1934, como el de su inauguración por la imponente fiesta que se realizó ese día sobre el mismo puente construido. Se cumplen entonces 89 años de aquella gran hazaña, y desde esa fecha, cesaron las muertes de los lugareños, porque para comercializar su mercancía se veían obligados a cruzar el lecho del río Grande que por aquel entonces traía gran cantidad de agua. El último número oficial que se conoció fue de 120 vecinos muertos a raíz de esta grave problemática.
Desde la inauguración del nuevo puente, el antiguo y pintoresco puente quedó en el más completo abandono, año tras año, fue víctima del accionar de vándalos que comenzaron a arrancarle las barandas, los hierros, los postes y cableado eléctrico hasta dejarlo en ruinas. Cabe recordar que en junio de 2005, una concejala presentó un proyecto de ordenanza a fin de declarar Monumento Histórico al Puente "Emilio Lozano", el que fue aprobado por unanimidad, pero nada se hizo desde el municipio para bregar por su preservación.
Esta fotografía histórica le pertenece a Ezequiel Ruiz, destacado vecino y fotógrafo sampedreño de aquellos tiempos. Se tomó hace 89 años, justo el día de inauguración del puente para probar su resistencia. Vecinos de Ledesma, San Pedro y Santa Bárbara llegaron en sus autos, camionetas y hasta carretas cargadas de bolsas con arena para probar la firmeza del puente recién construido.
Hoy, quien pasea su mirada por el antiguo y querido puente San Pedro comprende que pese a su lamentable estado, continúa siendo un ícono de los sampedreños y hay muchos que guardan como recuerdo una foto que los identifica como hijos nacidos en este verde solar. La materia pendiente, además de su recuperación es la colocación de un cartel identificatorio con el nombre de su propulsor, Emilio Lozano, tal como lo pidió el pueblo de San Pedro a las autoridades de aquel entonces. En el año 1982, durante la gestión del entonces intendente Hugo Calderari, el pueblo hizo llegar numerosas notas solicitando el merecido homenaje a quien fue propulsor de la construcción de dicho puente. Es bueno recordar que el pueblo también hizo idéntico pedido por medio de la prensa escrita. El ejecutivo municipal buscó adhesión de la propuesta a destacados estudiosos e historiadores como Leopoldo Abán y Vicente Cicarelli. Haciéndose eco de la noticia, el ilustre abrapampeño respondió a la intendencia enviando recopilaciones históricas que daban cuenta de que "el nombre a imponerse a la obra en referencia no podrá ser otro que el de don Emilio Lozano". Hasta el momento no se cumplió con el mandato del pueblo y nunca se colocó el cartel identificatorio.
Su historia
Esta obra fue gestionada pacientemente desde 1923 por Emilio Lozano, vecino de Santa Bárbara y San Pedro, quien formuló muchísimos petitorios al Gobierno nacional en pos de esta construcción. Entre los fundamentos de su pedido, figuraba el grave peligro que representaba el cruce del cauce, ya que desde el año 1906 en adelante habían perecido más de 120 personas. Ante tales antecedentes registrados con documentación, la construcción del puente era sin dudas una obra de gran necesidad, que además, contribuiría al crecimiento económico de la región.
En febrero de 1923, el visionario vecino comenzó con las gestiones que le llevarían más de diez años. Finalmente, y luego de tantos trámites y luchas sostenidas, de puertas golpeadas y ante todo, la unión de toda una comunidad, el 18 de marzo de 1934 quedaba oficialmente inaugurado el puente San Pedro. Desde entonces, se constituyó en uno de los símbolos que identificaron a la ciudad. En silencio soportó inmutable, los embates del tiempo y de la naturaleza y reiterados hechos vandálicos.