En conmemoración al mes de la mujer Rut Alonso, presenta "Warmikuti", hoy, desde las 20, en el centro cultural "Héctor Tizón".
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En conmemoración al mes de la mujer Rut Alonso, presenta "Warmikuti", hoy, desde las 20, en el centro cultural "Héctor Tizón".
¿Cuál es el significado de Warmikuti?
"Wamikuti" evoca a todas las representaciones de las feminidades y su revolución. El Pachacuti es el cambio, un momento crucial, de parte A, a parte B. el Warmikuti es todo eso, con imagen de mujer.
¿Cuál es el concepto del disco?
El concepto es hacer una revolución interna, primero en mi vida, como mujer indígena qichwa aymara y también ser esa semillita para mis hermanas, de familia biológica y también de vida, para que se animen a hacer lo que les gusta y que a veces es bueno retornar a la raíz y hacer esas revoluciones internas de la vida, para seguir viviendo.
¿Qué recorrido que tuvo el disco?
"Warmikuti" hace lo que quiere y eso me gusta. Esto es la primera vez que lo cuento. "Warmikuti" estuvo terminado en septiembre, mes en el que yo nací. Lo tenía días antes de mi cumpleaños, justo para el 5 de septiembre que se conmemora el nacimiento de Bartolina Sisa y para mí fue un lloradero de revolución, de muchas cosas. En ese caminar me sale la convocatoria del mercado regional "El NOA tiene que andar", donde pude mostrar mi proyecto, antes de que sea público. Con eso nos fuimos a Buenos Aires. El 21 de diciembre lo presentamos de manera oficial, pero de forma digital. Luego, en enero en Tilcara y ahora en San Salvador. En abril nos vamos a Mendoza y así el disco nos va llevando por la vida.
¿Es un disco plenamente introspectivo?
Nace en mí, para valorar a mi trabajo (invito a todas las compañeras a valorar su propio trabajo). Comparto con el Ayllu musical y, específicamente, con Elio Gutiérrez, esta curiosidad de ¿te animas a hacer esto? Porque es así como quiero trabajar el ritmo y en búsqueda de repertorios y animarme a componer, le consulto que le parece y si se anima a hacer esto o aquello con la guitarra y lo trabajamos ambos. Elio me contiene y lo compartimos con la banda que me acompaña en percusión, vientos y demás. Fue un trabajo colaborativo del Ayllu y la Rut.
Vos sos muy joven aún, ¿cómo llevás ese proceso de revolución interna?
Es fuerte. A mí me dolió mucho esta revolución interna, parte de un cuestionamiento mío, de un momento en el que venía haciendo música; con mi charanguito. Tenía muchos miedos, interpretaba solo el charango estándar y no me animaba a cantar. En ese momento me pregunté quién era yo realmente. En esa revolución- construcción interna pude reconstruir mi identidad y reconocerme que yo soy aymara de parte de madre y qichwa de parte de padre, entonces soy una música indígena qichwa aymara, tengo el pensamiento indianista y ahora me enamoran todos los charangos. Eso soy y eso está plasmado en mi disco.
¿Dónde nace el miedo, en La Paz o en Argentina?
Como Domitila Barrios decía "el miedo está en uno". Siempre estuvo conmigo (lo dice con angustia, al borde del llanto). Solamente que nunca lo había visto cuando vivía en La Paz. El migrar a otro lugar, otro país, me hizo dar cuenta de que ese miedo existía, pero que solo yo lo podía cambiar. Yo podía expresar mi pensamiento, dar un mensaje claro a partir de mi propia voz, con mi charango, instrumento que me da mucha fuerza en la lucha, en todo. El miedo no creció acá. Jujuy me dio la oportunidad de repensarme, desde otra perspectiva, de mirarme desde afuera.
¿Cómo te veías?
Es como viajar al espacio, ver la tierra y decir yo estoy ahí y mirar con otra mirada. Puedes ver los miedos que tienes, los sueños que tenías y no los hiciste y que ahora es el momento para hacerlos. Así nace "Warmikuti".
¿Cuánto te conecta el charango con tu papá? (Agustín Alonso, prestigioso charanguista paceño)
(Ríe) Con mi papá, con los abuelos de mi papá, con mi mamá, que también tiene familia de músicos. Estamos todos atravesados por un cordón umbilical. No siento que le debo algo a mi papá. Él nunca me presionó a que yo fuera charanguista. Fue una decisión mía y hay mucha gratitud por eso. Agradezco que él pueda entender la que vida que decidí llevar como charangista, como música y que ahora me animé a cantar. Siento un sostén de padre. Mi familia nunca me forzó. Siempre respetaron mis decisiones.
¿Cómo nace la Rut productora?
Fluyó a partir de querer hacer las cosas de determinada manera. Lo tomo como mi trabajo, me capacito en difusión, producción y me gusta, es mi fuente de vida. A tres días de presentar el disco estoy muy contenta porque todo esto lo venía haciendo sola y me di cuenta que también necesito agrandar el equipo y se sumó Nahuel a la producción, pero con mis deseos.
¿Vivís de la música?
Sí, totalmente.
La música la alejó de la muerte
El psiquiatra y filósofo alemán Karl Jaspers afirma que el hombre piensa, se repiensa a partir de situaciones límites, que no puede controlar.
Ante la consulta de, si la hubiese, cuál fue la situación que puso a Rut Alonso ante esa necesidad de cambio, revolución, la paceña respondió, "guau, que fuerte. Lo límite fue un día que me desperté sin ganas de vivir". Así, sin rodeos ni eufemismos.
Y continúo relatando "como que dije, no tengo más nada que hacer aquí. Venía estudiando antropología, no estaba tocando mi charango y como que yo abrazaba la muerte. Me dije, ¿qué me va a sacar de esto? En ese entonces no hacía terapia y hoy, obviamente sí. Intuitivamente agarré el charango; por esos días escuchaba mucho a Nahuel Pennissi (llora), escuché el disco 'Primavera', sobre todo la canción 'Avanzar'. Su música me inspiró y a veces lo escuchaba y lloraba y me decía, sí, puedo. Empecé a agarrar el charango de nuevo y se me vino a la cabeza 'Wara', una canción instrumental a ritmo de trote que escuchaba de muy niña. Por eso los primeros sencillos que lancé fueron instrumentales. Me llevó un año prepararlo. Soñaba tocar ese tema con arreglos para charango. Me di cuenta de que la música era mi fuente de vida. Si bien la antropología me gusta y me apasiona, la música y el charango me dan vida. Estar en el escenario es un momento terapéutico, momento en el que entiendo por qué estoy viva. En gratitud a ello es este disco y los que vendrán".
Como lo relató a lo largo de la conversación, comenzó con el lugar seguro de interpretar todo de forma instrumental. Tenía miedo de ponerle voz a las composiciones, hasta que la necesidad de decir pudo más.
"Me animó a cantar el poder expresar mi pensamiento. El poder decir lo que pensaba a partir de mi propia voz. Porque venía haciendo música instrumental y el mensaje era muy abstracto. Yo quería dar el mensaje concreto, eso me animó a cantar. Primero con muchísimo miedo. Hoy cambié, me animé, esa es la revolución invisible. Hoy no me importa desafinar, me concentro más en el mensaje y en el disfrute", manifestó Rut Alonso para finalizar.