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21 de Julio,  Jujuy, Argentina
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El jujeño que palpita el Mundial desde Qatar

Gabriel Chagra es mánager de la logística del Estadio de Lusail y contó su experiencia en Medio Oriente.
Sabado, 15 de octubre de 2022 23:15

Ubicada en la península arábiga y desde un escenario con el misticismo propio de una tierra tan encantadora como moderna, resplandece entre sus construcciones de esencia asiática; la ciudad de Qatar que se prepara para escribir con letras doradas un nuevo capítulo en su rica historia.

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Ubicada en la península arábiga y desde un escenario con el misticismo propio de una tierra tan encantadora como moderna, resplandece entre sus construcciones de esencia asiática; la ciudad de Qatar que se prepara para escribir con letras doradas un nuevo capítulo en su rica historia.

Y es que ya en la cuenta regresiva por vivir lo que el mundo está anhelando desde hace cuatro años atrás en el plano deportivo; se percibe la vibra del acontecimiento que se activa en una llama que arde, esperando explotar en noviembre, sin nada que lo impida.

La urbe sincroniza a la perfección con la innovación tecnológica desde cualquier punto de vista y la serenidad cuesta encontrarse en aquél Medio Oriente sacudido por lo previo de la convención global que -en breve- será foco de miradas y punto de encuentro de ciudadanos cosmopolitas.

Pero, para entender lo que esto significa, qué mejor que la experiencia de un jujeño cuya respuesta no se hizo esperar. Es que las historias son a veces lo que cada uno quiere que sean y Gabriel Chagra, hizo que la suya se transmitiera no en un formato de libro; si no que a modo de vivencia, fuera extraída de una conversación interesante.

El mundo va cambiando con las horas y ya, en la ciudad del comercio por excelencia, es sábado a la noche. Mientras él, registra a la perfección su entorno como mánager de logística del Estadio de Lusail; y –minuciosamente- asimila cada movimiento desde la sede de la final de la Copa del Mundo 2022, a 20 kilómetros de Doha, capital de Qatar.

Es entonces cuando este viajero del globo que entiende de deportes y lleva en su cuerpo el alma futbolera, comenzó su crónica contemplando la idiosincrasia de una cultura árabe con la que entabló un pacto de convivencia basado en el respeto.

"Me inspiró mi familia a viajar, el ir en camioneta a Chile y Brasil; eso desde niño me fue formando la capacidad de viajero y esas ganas de concretar días libres en otros lugares, en la medida que se podía", comenzó recordando Chagra revelando que experimentarlo es siempre enriquecedor.

Hasta que llegó el año 2010 y allí tuvo su cercanía con una Fifa World Cup y la apertura mental necesaria para percatarse en primera persona de lo que representa trabajar en un mundial. "Fue muy importante porque hice amigos de distintos países, luego volví a Jujuy y empecé a trabajar, pero con la inquietud de volver a viajar", contó Chagra sobre esta suerte de espíritu libre que lo hizo emprender un viaje a Brasil y a embeberse de la cultura carioca, aprendiendo el portugués para comunicarse mejor.

Descubrió que su cielo no tenía límites y en medio de las tramas de su aventura, fue ganando impulso al gestar el pensamiento de conquistar el mundo. Claro, desde su perspectiva de lograr lo difícil y llegar lejos. Es así que luego de varios meses, viajó a Australia. "Me sorprendió la valorización a la vida y me dio un nuevo panorama con respecto a las oportunidades", contó este ciudadano de mundo que también vivió en Nueva Zelanda, trabajando en restaurantes, cosechas y construcción.

"Gracias a eso pude conocer el sudeste asiático, Tailandia y Vietnam; además de Estados Unidos, donde vendí planchas a vapor y fue distinto por ser un país competitivo", detalló Gabriel quien tiempo después, llegó a desempeñarse laboralmente en la Copa América de Chile en 2015.

Así, el licenciado en Relaciones Públicas fue conectando países a través del inglés, sin dar de baja ese anhelo de viajar que lo mantiene vivo. Se trasladó a Europa y pese a que de Alemania no se llevó un grato recuerdo, fue la puerta que se le abrió para recorrer el viejo continente, visitando a los amigos que no se olvidan. “Tengo un comercio on line de productos de bazar que con la pandemia empecé a desarrollar en Argentina”, recordó este joven que renovaría su pasión a partir de otro traslado, esta vez, con destino a Rusia.

Habiendo traspasado tantas fronteras, en su mira ya se vislumbraba Qatar como "La" oportunidad de vivir una ilusión dorada. "Hice los contactos desde 2014, fue difícil la movida. Tuve la suerte de quedar seleccionado como mánager de logística, después de una entrevista con la persona indicada", contó el organizador del estadio donde jugará la selección Argentina y en el que -por si fuera poco- será escenario de la gran final. Ni más, ni menos. "Es un sueño cumplido, muy demandante a nivel profesional pero lo vale", reflexionó este jujeño que destacó la calidad en los estadios y en los servicios.

“La armonía de las butacas, la visual hacia el estadio, las comodidades. En Qatar quieren mostrarse así ante el mundo”, explicó Gabriel quien luego de unos meses allí, logró adaptarse al clima del invierno qatarí, que sería igual al del verano jujeño.

Su relato se desbordó en emoción al resaltar el viernes como día de rezo sagrado, sin dejar de contar sobre el aire acondicionado incorporado a las butacas de las lujosas arquitecturas que terminan por ser coliseos deportivos. O a la "Messimanía" que ya tiñe todo de celeste y blanco; describiendo a la par aquella altísima tecnología que rompe con fantasías escritas, visibles e incluso imaginadas.

“Es un país futbolero pero no sé si se dimensiona por cómo son los hinchas argentinos. Lo que significa Messi en Qatar es una locura, es impresionante la marca Selección Argentina y cómo fue creciendo en los últimos años”, dijo orgulloso Chagra, revelando que cada vez que menciona que es argentino, la alegría se le refleja en su rostro, instantáneamente.

Así es que sus días se traducen en una aventura casi novelesca, donde la conexión es permanente con su familia y gracias a la que comprendió que la vida es aquí y es ahora. O mejor dicho donde su presente, por esta vez qatarí, lo encuentre.

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