Ella le dijo que la foto de su perfil era de un lugar al que iría alguna vez, y Pierre Donadou Quispe quiso que le aclarara, entonces, si era ella la de la foto. Si, soy yo, escribió ella, y Pierre quiso creer que se trataba de una foto trucada. No, dijo ella ya con algo de fastidio.
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Ella le dijo que la foto de su perfil era de un lugar al que iría alguna vez, y Pierre Donadou Quispe quiso que le aclarara, entonces, si era ella la de la foto. Si, soy yo, escribió ella, y Pierre quiso creer que se trataba de una foto trucada. No, dijo ella ya con algo de fastidio.
Pierre notó que entonces había cambiado la foto de perfil. Era la misma mujer (eso fue lo primero que notó) pero ahora estaba delante de un pico nevado: una montaña escarpada a sus espaldas, las nieves eternas a lo lejos y luego el cielo celeste del atardecer. ¿Mendoza?, preguntó Pierre.
Le pareció sentir que ella alzaba los hombros, pero luego le respondió que no conocía Mendoza. Parece que fuera Mendoza, nos dijo Donadou que escribió y ella puso que capaz esté en Mendoza alguna vez. ¿Es lindo?, le preguntó cuándo él ya empezaba a exasperarse. Se estaría haciendo la misteriosa, se dijo Pierre.
Prefirió cambiar de tema pero no dejar la conversación. En cualquier momento haría alguna referencia a esas fotos para ver si se contradecía por error, y hablaron de temas vanos, como se hace siempre que se va buscando un tema de conversación que les interese a ambos, nos dijo y Blanca y el comisario Pierro estaban fascinados con ese mundo de encuentros virtuales.
Entonces, nos dijo bajándose un poco más el barbijo para que nos quedara claro, fue que sucedió lo más misterioso: ella cambió su foto de perfil por otra en la que viajaba en un taxi. Ya no le cabían dudas de que era ella, ya la conocía en esos pocos minutos de intimidad.
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