La historia de Telma Cavallé es un ejemplo de lucha y de esperanza. La niña nació en Madrid, el 5 de enero. Pero una semana después de haber cumplido cinco años fue diagnosticada con un neuroblastoma metastásico de alto riesgo (estado cuatro). Sin embargo, un impulso de su padre César, en consenso con la mamá de la nena, le salvó la vida.
inicia sesión o regístrate.
La historia de Telma Cavallé es un ejemplo de lucha y de esperanza. La niña nació en Madrid, el 5 de enero. Pero una semana después de haber cumplido cinco años fue diagnosticada con un neuroblastoma metastásico de alto riesgo (estado cuatro). Sin embargo, un impulso de su padre César, en consenso con la mamá de la nena, le salvó la vida.
Según la crónica que publica este miércoles el diario El País de España (por Nacho Meneses), César Cavallé salió de su trabajo el 24 de diciembre de 2009, días antes del nacimiento de su niña y en un impulso contrató el servicio de una empresa para preservar la sangre del cordón umbilical. Varias veces pensó en cancelarlo, pero al final no lo concretó y seis años después fue la clave para que Telma pudiera salir adelante.
El neuroblastoma es un tumor muy agresivo especialmente común en niños, que tiene un pronóstico muy malo y que requiere un tratamiento intensivo de quimioterapia, radioterapia y cirugía. Además, se trata de un tipo de cáncer “que no da la cara, porque no se detecta ni en las analíticas ni en las radiografías; solo cuando se le hizo una resonancia se le detectó una mancha entre el pecho y la espalda”, recordó César Cavallé, el papá de Telma.
El doctor Jaime Pérez de Oteyza, jefe de Hematología y Onco-Hematología de HM Hospitales y profesor titular de la Universidad CEU San Pablo, consultado por el diario español, explicó: "Con el tratamiento algunos pacientes pueden mejorar mucho e incluso entrar en remisión, pero en otros casos es más rebelde y necesita un trasplante de progenitores hematopoyéticos (antes llamado de médula ósea)”.
En enero le realizaron el trasplante: "Ayudó que en el parto se había obtenido una muestra mucho mayor de lo habitual, y con un gran recuento celular. A los 11 o 12 días ya empezó a verse que el cuerpo estaba de nuevo generando defensas”, contó su papá, César.
El siguiente paso fue la cirugía donde se le extirpó el 80 por ciento de la masa tumoral; luego, radioterapia: 14 sesiones en las que se veía cómo el tumor cada vez cedía más e iba reduciéndose. El último paso era la inmunoterapia, pero para ello Telma necesitaba alcanzar una capacidad pulmonar de al menos un 65 por ciento y por el tratamiento apenas llegaba al 57. César recuerda: "Pasamos el verano soplando matasuegras, inflando globos, soplando velas".
Finalmente, en septiembre, Telma superó esa etapa y se sometió a cinco ciclos de inmunoterapia en los que quedaba ingresada durante diez días. En marzo de 2019 los médicos consideraron que Telma está en estado de remisión completa. "Nunca hemos cantado victoria; preferimos vivir el día a día, disfrutar de cada momento. La vida ha vuelto a ser como antes, en un 90%, porque siempre queda una incertidumbre”, confiesa César, que tuvo un impulso y salvó a su hija.
Fuente: Clarín