El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó ayer al Congreso, que lo forzó ayer a firmar un decreto unilateral de sanciones contra Rusia, de poner la relación con el Kremlin en una situación "muy peligrosa".
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El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, acusó ayer al Congreso, que lo forzó ayer a firmar un decreto unilateral de sanciones contra Rusia, de poner la relación con el Kremlin en una situación "muy peligrosa".
El mandatario, que el miércoles, tras la firma de la ley de sanciones a Rusia, expresó su desagrado por la norma que se vio forzado a rubricar, endureció sus críticas al Congreso y afirmó en su cuenta de Twitter que "nuestra relación con Rusia está en uno de sus niveles más bajos y es muy peligrosa".
Agregó, para sus lectores, que "pueden agradecerlo al Congreso, la misma gente que ni siquiera es capaz de darnos la reforma sanitaria".
De este modo, también aludió al empantanamiento que sufre en el Congreso su promesa de campaña de terminar con el Obamacare
El miércoles, Trump firmó con recelo una ley, aprobada la pasada semana por abrumadora mayoría bipartidista en las dos Cámaras del Legislativo, que contempla sanciones que afectan a la industria petrolera y minera de Rusia por su supuesta injerencia en las elecciones de 2016 para perjudicar a la demócrata Hillary Clinton, derrotada por el magnate.
El consenso casi unánime de los legisladores le cerró a Trump el camino del veto.
Al promulgar la ley, Trump consideró que el texto era en parte "inconstitucional" y "profundamente incorrecto" porque impone un límite a su poder presidencial y daña las relaciones con la Unión Europea (UE).
"Si bien estoy de acuerdo con las medidas para castigar y desalentar el comportamiento agresivo de Irán, Corea del Norte y Rusia, esta legislación es significativamente defectuosa", sostuvo el mandatario en un comunicado difundido por la Casa Blanca y citada por la cadena de noticias ABC.
Según Trump, el Congreso, "en su apuro por aprobar esta legislación" incluyó numerosas disposiciones que son "claramente inconstitucionales".
La semana pasada, en tiempo récord, ambas cámaras del Congreso aprobaron por una amplia mayoría un proyecto de ley que sanciona a Rusia por su presunta injerencia en las elecciones presidenciales de Estados Unidos y por su papel en las guerras de Siria y Ucrania.
Además, se impuso nuevas sanciones contra Irán por su desarrollo militar no nuclear y a Corea del Norte, por las continuas pruebas belicistas que buscarían ampliar su capacidad de lanzar eventuales ataques nucleares.
Denuncias y quejas de Irán
Irán condenó ayer las nuevas sanciones estadounidenses tachándolas de “violación” del acuerdo sobre su programa nuclear, coincidiendo con el primer día del segundo mandato del presidente Hasan Rohani, presionado en su país.
Durante una ceremonia oficial, el guía supremo Ali Jamenei “ratificó” la elección en mayo de Rohani, etapa formal necesaria para el comienzo del segundo y último mandato del presidente moderado, que prestará juramento ante el Parlamento mañana.
A pesar de su elección triunfal, Rohani es criticado en Irán, donde los conservadores le reprochan que haya hecho demasiadas concesiones a las grandes potencias sin escuchar sus advertencias sobre Estados Unidos, el enemigo acérrimo de la República Islámica.
El acuerdo cerrado en julio de 2015 entre Teherán y las grandes potencias (Estados Unidos, Francia, Reino Unido, Rusia, China y Alemania) estipula que Irán debe limitar su programa nuclear a usos civiles a cambio del levantamiento progresivo de las sanciones internacionales.
Al contrario de la anterior administración estadounidense de Barack Obama, la de Donald Trump ha adoptado una actitud hostil con Irán y ha criticado el acuerdo nuclear.
El Congreso estadounidense ha impuesto nuevas sanciones contra Irán, que conciernen a su ejército de élite, los Guardianes de la Revolución, así como al programa balístico de Teherán, la situación de los derechos humanos y el apoyo iraní a grupos como el Hezbolá libanés, al que EE UU considera como “terrorista”.
“Creemos que el acuerdo nuclear ha sido violado y, por tanto, vamos a reaccionar de forma apropiada”, declaró Abas Araghchi, viceministro iraní de Exteriores.
Rusia denuncia una “guerra económica” lanzada por Washington
Rusia denunció una “guerra económica” lanzada por Washington después de que el presidente estadounidense Donald Trump promulgara el miércoles nuevas sanciones contra Moscú.
Esas sanciones reclamadas por el Congreso estadounidense son “una declaración de guerra económica total contra Rusia” y marcan “el final de las esperanzas rusas para una mejora de las relaciones con la nueva administración estadounidense”, afirmó el primer ministro ruso, Dimitri Medvedev, en la red social Facebook, el miércoles por la noche.
Según él, “la administración Trump ha mostrado su debilidad total al ceder el poder ejecutivo al Congreso de la forma más humillante”.
El diario popular Komsomolskaia Pravda hizo la misma interpretación que Medvedev: “ya no se trata de sanciones”, escribió, “sino de saber quién es el verdadero amo de la casa en Washington”.
“La mejora de las relaciones con Rusia se convierte ahora en una cuestión de vida o muerte para el 45º presidente estadounidense. Si no logra decir no a la oposición, el próximo proyecto de ley podría ser una moción de censura contra él”, asegura el periódico ruso.
Por otra parte, el portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov señaló “Vemos como miope, ilegítima y sin perspectivas esa política de sanciones y por ello, naturalmente, los países que nos hemos visto afectados por semejante arbitrariedad, estamos dispuestos a defender nuestros intereses y vamos a hacerlo”.
Pero su respuesta más contundente a las sanciones fue dada días atrás, cuando se anunció el recorte de dos tercios de los diplomáticos estadounidenses en Rusia a partir del 1º de septiembre.