Comercios cerrados, sin transporte público, calles desoladas y bloqueadas con barricadas: Venezuela se vio paralizada parcialmente por una huelga que exige al presidente Nicolás Maduro que retire su convocatoria a una Asamblea Constituyente, tras casi cuatro meses de protestas que dejan 97 muertos.
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Comercios cerrados, sin transporte público, calles desoladas y bloqueadas con barricadas: Venezuela se vio paralizada parcialmente por una huelga que exige al presidente Nicolás Maduro que retire su convocatoria a una Asamblea Constituyente, tras casi cuatro meses de protestas que dejan 97 muertos.
El paro de 24 horas arrancó a las 6 locales, dando inicio a la llamada "hora cero", una escalada de las manifestaciones a diez días de la elección de 545 asambleístas que reformarán la Carta Magna, una polémica convocatoria de Maduro que prendió aún más la calle.
Animada por 7,6 millones de votos del plebiscito simbólico que realizó el domingo contra la Constituyente, la oposición convocó a un cese de actividades pero "activo", por lo que grupos de opositores bloquearon vías con barricadas de basura, escombros y ramas de árboles.
"No importa perder una jornada de trabajo si estamos perdiendo un país. Me sumo al paro para rescatar lo poco que nos queda de él, para aumentar la presión", dijo Omar, de 34 años, dueño de una pequeña empresa constructora del sureste de Caracas.
Confrontado también a una fuerte presión internacional para que desista de su proyecto, Maduro afirma que la Constituyente va contra viento y marea. "Ahora más que nunca", dijo, al rechazar esta semana amenazas de sanciones económicas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
Pulso desigual
El paro es apoyado por la cúpula empresarial, cámaras de comercio e industria, parte de los sindicatos, estudiantes y transportistas. Pero el gobierno controla la estratégica petrolera Pdvsa y el sector público, con casi tres millones de empleados.
"Aquí está Pdvsa rodilla en tierra (comprometida) con nuestra patria, con nuestra revolución, con nuestra Asamblea Nacional Constituyente, que va el 30 de julio", declaró el presidente de la compañía estatal, Eulogio del Pino.
El líder opositor Henrique Capriles aseguró que "el gobierno quiere tapar el sol con un dedo, hoy parece 1 de enero en gran parte del país".
Los empresarios, a quienes Maduro acusa de una "guerra económica" para derrocarlo, aseguran que la Constituyente instaurará un modelo económico que empeorará la crisis del país con las mayores reservas petroleras del mundo.
Venezuela perdió el 70% de sus empresas en la última década, y las que quedan funcionan al 30% de su capacidad, según la patronal Fedecámaras.
"La Constituyente no es más que una manera de disfrazar la transformación de Venezuela a un Estado comunista", aseguró el presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal.
Maduro sostiene que la Constituyente recuperará la economía, elevará a rango constitucional los programas sociales, el control de precios para frenar la inflación -que el FMI calcula en 720% para 2017-, y la distribución de alimentos subsidiados contra la grave escasez.
Llamado del Mercosur
El vicecanciller argentino Daniel Raimondi señaló ayer que el Mercosur realizará un llamado para que el gobierno de Venezuela suspenda la convocatoria a una elección de Asamblea Constituyente y restituya el orden democrático, en el marco de la Cumbre de Jefes de Estado del Mercosur y Estados Asociados y la 50º Reunión Ordinaria del Consejo del Mercado Común.
“Nos preocupa especialmente que las autoridades venezolanas se abstengan o desistan de realizar la elección prevista para el día 30 de este mes para conformar una Asamblea Constituyente”, dijo Raimondi en una rueda de prensa en la sede del Hotel Intercontinental, donde se celebran las reuniones.
“Baño de sangre”
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, alertó sobre el temor a que se produzca “un baño de sangre” en Venezuela, pidió que los países miembros del organismo intervengan para que eso no suceda y renovó críticas contra el gobierno de Maduro, al publicar su tercer informe de la crisis que azota al país caribeño.
“La violencia se intensifica y el aparato de seguridad recrudece sus acciones. El temor que albergamos en nuestras mentes, pero que tenemos mucho miedo de mencionar en voz alta, es que esta situación pueda llegar a convertirse en un baño de sangre”,afirmó.
Temen una guerra civil
Una amplia mayoría de latinoamericanos teme que la crítica situación que enfrenta Venezuela se convierta en una guerra civil, al tiempo que caracteriza al gobierno de Nicolás Maduro como una “dictadura”, reveló una encuesta.
De acuerdo al sondeo de OpinaAméricaLatina realizado en 17 países latinoamericanos entre el 4 y el 16 de julio, una mayoría cree que ni el papa Francisco podrá ayudar a resolver el conflicto en el país petrolero.
Ante la pregunta: “¿Creés que la situación en Venezuela puede derivar en una guerra civil?”, un 83 por ciento de los consulados dijo que creía que esto era posible, mientras que el restante 17% opinó que esto no sucederá.