Cada tema en su presentación en vivo se transforma en una obra musical magistral con variaciones, interpretaciones más allá de la voz, una puesta en escena que lleva el alma de Bruno Arias. Su recital es un lugar y un momento mágicos donde dos o tres frases de una canción pueden adquirir un valor indescriptible porque se llenan de emoción.
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Cada tema en su presentación en vivo se transforma en una obra musical magistral con variaciones, interpretaciones más allá de la voz, una puesta en escena que lleva el alma de Bruno Arias. Su recital es un lugar y un momento mágicos donde dos o tres frases de una canción pueden adquirir un valor indescriptible porque se llenan de emoción.
Ese es el verdadero concierto en vivo que uno espera de un artista que sigue y admira. Donde nada es igual que el disco, porque no es el disco lo que uno va a escuchar. No es un programa ya visto, sino que descubre con cada momento la profundidad de las expresiones, que te llevan desde la euforia de los ritmos más carnestolendos, hasta las lágrimas por una reflexión que nos toca y nos duele.
Es que Bruno Arias sigue firme en sus convicciones y lo hace saber. Con la dulzura de su canto y la contundencia de su tono, levanta la voz por los pueblos originarios y sus derechos, reivindica la lucha de cada uno y de personalidades de Jujuy que fueron víctimas de la historia genocida. "Repudiamos el 2 x 1", dijo mientras comenzaba a entonar las estrofas de "Marta Juana González", maestra rural desaparecida.
Antes de llegar a éste momento habían transcurrido una serie de canciones seleccionadas de sus distintos momentos artísticos y discos.
En la previa, Maxi Ciares tuvo su lugar para hacer dos canciones abriendo la noche que se venía de reencuentro entre el querido cantor carmense y el público jujeño.
Fue el viernes en el Teatro Mitre. Tal como lo había anunciado, regaló algunas canciones nuevas. Y la bienvenida fue con "Como las copleras", que seguramente formará parte de su próximo disco "Camino hacia la Puna".
Siguió con "Jujeñito" luciendo una voz cada vez más profunda. La belleza de la voz de Bruno Arias tiene que ver no sólo con su caudal y cómo suena, sino también con lo que se percibe que él siente cuando la entrega.
"Ricardo Vilca presente!", gritó en el escenario para anticipar un segmento precioso con obras del gran maestro humahuaqueño fallecido en 2007. Comenzó con "Guanuqueando" y una bella interpretación que contó con el tarareo emocionado del público.
En esta parte, en que siguieron más temas de Vilca, puso en el centro de la escena a dos de sus músicos, que majestuosamente ejecutaron la obra del maestro. Ellos son Nicolás Segovia en el charango; y Joaquín Medrano en vientos. Eligió las versiones instrumentales de sus obras para que realmente se aprecien los talentos que lo acompañan.
Invitados
Todos quieren estar con Bruno cuando se enteran que viene, y la verdad es que están, porque la generosidad de esta artista es tan genuina, que sus conciertos suelen ser un desfile de artistas que él decide mostrar, tal como alguna vez allá lejos, Ángela Irene lo "mostró" a él en Cosquín.
Y entonces subieron Ariel y Daniela, pareja de baile del Ballet La Clandestina para acompañar con su coreografía "Viva Jujuy".
Seguidamente invitó a Miguel, un cantor callejero de La Caldera, Salta, que había conocido y a quien invitó a cantar con él en esta oportunidad. Juntos hicieron la salteñísima "Balderrama" de Manuel J. Castilla y el Cuchi Leguizamón.
Por supuesto que le entregó este momento a este artista que descolló en la sala mayor del Teatro Mitre, y a quien le demostró su admiración. El público también le dio el "okey" con un cerrado aplauso.
El músico jujeño Juan Acosta de La Gallega Rock subió al escenario para interpretar "Huancar", un tema de su autoría, que grabó en su disco hace varios años, y que luego también lo grabó con su impronta Bruno Arias.
Delia Huerta, otra exponente de la cultura originaria y la lucha de los pueblos, sabia mujer y cantora, recibió en su casa antes del recital a Bruno y sus músicos para almorzar y compartir, ese encuentro continuó también en el escenario. También fue invitada a cantar en este espectáculo, y reconoció expresamente el trabajo de Bruno por los pueblos. "Es un runa que camina", dijo.
El próximo invitado fue un viejo amigo, Becho Riveiro, quien antes formaba parte de su grupo y hoy camina con paso firme su etapa solista. Hizo un par de temas con su propia banda y presentó un tema nuevo "Cholita quebradeña" de un autor maimareño. Qué mejor marco para mostrar sus novedades, que éste!.
Fiel a su mensaje
Con "Changuito volador" volvió a sonar como en su primer disco, esa canción de Pachi Alderete que tanto conmueve y que dedicó a "los changuitos que juegan a la pelota en el campo", y ahí nomás expresó: "Para que no haya desalojos en El Carmen".
De la ternura pasó al dolor: "Repudiamos el 2x1. Por los 30.000 desaparecidos. Compañeros desaparecidos presentes, ahora y siempre!", expresó y cantó "Marta Juana González", el tema que habla de la lucha de esta maestra rural desaparecida en el tiempo del proceso.
Sí, el espectáculo pasa de la algarabía y el ritmo del carnaval, a la emotiva recordación y a la ternura.
Y siguió compartiendo con amigos. "Ave de luz" fue el tema elegido para interpretar junto a Maxi Ciares y Becho Riveiro. Mencionó a su baterista, Alejandro Salamanca; al violín de Adrián Rengifo, músico del Chaqueño Palavecino, que también se pudo lucir en forma individual.
Y en el bis del final, interpretó fragmentos de un montón de temas que el público le fue pidiendo a lo largo de la velada. Más de dos horas y media de entrega, que quedaron cortas, pero a la vez dejó nuevamente satisfecho y enriquecido al público que tuvo la suerte de estar.