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6 de Agosto,  Jujuy, Argentina
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Laberintos humanos. El primer romance

Miércoles, 18 de enero de 2017 01:30

Laberintos humanos. El primer romance


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Laberintos humanos. El primer romance


Nataela Presley nos contó que su primer romance lo tuvo con un joven de la facultad. Por aquellos años a nadie le llamaba la atención que una modelo amara a un bicho de biblioteca, nos dijo. Pocos creían, en los años sesenta, que las injusticias pudieran durar demasiado, y el joven de qué les hablo pensaba que podía explicarlo.

Lo hacía de un modo tan convincente que, pese a sus lentes, a los granos de sus cachetes y a lo sucio del cuello de su camisa, no eran pocos los que lo siguieron. Se reunían en un pequeño departamento, repasaban las más variadas lecturas bajo el espeso humo de los cigarrillos que fumaban, y de cada libro parecían extraer una profecía.

Pero, pese a lo tétrico de sus descripciones de la realidad, cada vez que se encontraba conmigo pasaba de juramentos de amor eterno a la desazón de saber que pronto lo engañaría. Sos demasiado para mi, me decía, y yo era demasiado joven, como lo fui siempre, como ustedes pueden verlo, nos dijo a Armando y a mi meciendo su brillante cabellera.

Era demasiado joven y creía ser capaz de seguirlo en sus sueños. Quién sabe si no lo hubiera hecho y si no fueron sus dudas las que lo echaron todo a perder, quién sabe. Lo cierto es que tanto me repitió que no me merecía y que terminaría engañándolo con alguien más galán y adinerado que al fin lo hice, y tanta bronca me dio que malograra nuestro romance con sus dudas que no quise volver con él, de quien se cuenta que murió peleando por sus ideales, o fingiendo hacerlo porque no pudo tolerar haberme perdido.

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