La víctima fue identificada por la Policía como Guillermo Torrico (24), un empleado gráfico actualmente desocupado y quien residía en una vivienda situada en Agustín Magaldi, entre Río Cuarto y Santo Domingo, en el sur de la ciudad de Buenos Aires.
Fuentes policiales informaron que la noche del sábado, alrededor de las 21.25, Torrico regresaba a su casa junto a su novia y cuando caminaban por la esquina de Magaldi y Río Cuarto, fueron abordados por dos delincuentes armados que se movilizaban en una motocicleta.
De acuerdo al testimonio de la pareja de la víctima, los asaltantes quisieron apoderarse de sus pertenencias, pero Torrico se resistió y fue atacado a balazos, dijeron los informantes.
Según las fuentes, el muchacho recibió un tiro en el pecho y otro en la pierna izquierda, a raíz de lo cual cayó malherido al suelo, delante de su novia.
Tras los disparos, los delincuentes huyeron del lugar sin concretar el robo.
Dicen que les "quisieron robar", relató un hombre que reside en el barrio.
Según este testigo, junto a la víctima había "dos vainas servidas y una gorra" que se le habría caído a uno de los "motochorros" en la huida.
En tanto, personal del Servicio de Atención Médica de Emergencias (Same) y de la Comisaría 30ma. de la Policía Federal arribaron al lugar luego de haber sido alertados del hecho.
Alberto Crescenti, director del Same, confirmó que a las 21.20 los médicos trasladaron a Torrico hasta el Hospital Penna del barrio de Parque Patricios, donde murió a los pocos minutos a raíz de las lesiones sufridas.
Por su parte, los peritos de la Policía Científica que inspeccionaron la escena del crimen secuestraron las dos vainas servidas calibre 9 milímetros.
El crimen del joven generó indignación entre los vecinos del barrio que tenían un buen concepto de Torrico, respecto de quien varios de ellos relataron que poco antes de quedar sin trabajo había comprado la vivienda de la calle Magaldi en la que residía.
También comentaron que al momento de ser asaltado, el muchacho regresaba de cenar en la casa de los padres de su novia, ubicada en la cercana villa 21-24 y que en la esquina donde lo balearon no hay cámaras de seguridad que hayan captado el hecho.
"El chico era más bueno que el pan, nunca tenía problemas con nadie, no se metía con nadie. Es una parejita que siempre andaba haciendo gimnasia o en bicicleta, paseando los perros, pero jamás tuvo ni una discusión con los vecinos", indicó una mujer de la cuadra.
Esta vecina también se quejó de que "ayer a mitad de cuadra tiraron catorce tiros al aire, la semana pasada también le robaron un hombre acá a la vuelta y lo golpearon, y hace dos semanas le quisieron robar a uno que trabaja en una fábrica".
"Podría haber sido cualquiera de nosotros", sostuvo otro vecino y agregó que en el barrio "hay más inseguridad últimamente" y que la zona "está más desprotegida" debido a menor "presencia" de las fuerzas de seguridad.
Por otro parte, decenas de vecinos realizaron ayer a la tarde una marcha en reclamo de Justicia en el cruce de las avenidas Vélez Sarsfield e Iriarte, en una de las esquina del Parque Leonardo Pereyra, de Barracas.
Berta, la madre de la novia del joven asesinado, fue una de las personas que, minutos después de las 17.30, encabezó la movilización en la que los manifestantes se mostraron con pancartas y aplaudieron.
"Eran jóvenes (los delincuentes) y no se pudieron llevar nada. Le quitaron la vida", dijo la mujer entre lágrimas y luego agregó que su hija "fue la única testigo" pero que mucho no le pudo contar sobre lo ocurrido porque todavía "está shockeada", además de que todo ocurrió "rápido" y en un lugar "oscuro".
Mi hija dice que hubo un forcejeo. Mi yerno la protegía mucho, la cuidaba mucho a mi hija. Era una persona sana, íntegra. Una maravilla", recordó
Berta y concluyó: "Destruyeron a una familia completa. Mi hija no quiere vivir".
Todo es consternación en el barrio frente a un hecho aberrante.
El hecho es investigado por la fiscal de Instrucción 49 porteña, María
Paula Asaro, y la Secretaría a cargo de Alejandro Pizzicaro.
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La víctima fue identificada por la Policía como Guillermo Torrico (24), un empleado gráfico actualmente desocupado y quien residía en una vivienda situada en Agustín Magaldi, entre Río Cuarto y Santo Domingo, en el sur de la ciudad de Buenos Aires.
Fuentes policiales informaron que la noche del sábado, alrededor de las 21.25, Torrico regresaba a su casa junto a su novia y cuando caminaban por la esquina de Magaldi y Río Cuarto, fueron abordados por dos delincuentes armados que se movilizaban en una motocicleta.
De acuerdo al testimonio de la pareja de la víctima, los asaltantes quisieron apoderarse de sus pertenencias, pero Torrico se resistió y fue atacado a balazos, dijeron los informantes.
Según las fuentes, el muchacho recibió un tiro en el pecho y otro en la pierna izquierda, a raíz de lo cual cayó malherido al suelo, delante de su novia.
Tras los disparos, los delincuentes huyeron del lugar sin concretar el robo.
Dicen que les "quisieron robar", relató un hombre que reside en el barrio.
Según este testigo, junto a la víctima había "dos vainas servidas y una gorra" que se le habría caído a uno de los "motochorros" en la huida.
En tanto, personal del Servicio de Atención Médica de Emergencias (Same) y de la Comisaría 30ma. de la Policía Federal arribaron al lugar luego de haber sido alertados del hecho.
Alberto Crescenti, director del Same, confirmó que a las 21.20 los médicos trasladaron a Torrico hasta el Hospital Penna del barrio de Parque Patricios, donde murió a los pocos minutos a raíz de las lesiones sufridas.
Por su parte, los peritos de la Policía Científica que inspeccionaron la escena del crimen secuestraron las dos vainas servidas calibre 9 milímetros.
El crimen del joven generó indignación entre los vecinos del barrio que tenían un buen concepto de Torrico, respecto de quien varios de ellos relataron que poco antes de quedar sin trabajo había comprado la vivienda de la calle Magaldi en la que residía.
También comentaron que al momento de ser asaltado, el muchacho regresaba de cenar en la casa de los padres de su novia, ubicada en la cercana villa 21-24 y que en la esquina donde lo balearon no hay cámaras de seguridad que hayan captado el hecho.
"El chico era más bueno que el pan, nunca tenía problemas con nadie, no se metía con nadie. Es una parejita que siempre andaba haciendo gimnasia o en bicicleta, paseando los perros, pero jamás tuvo ni una discusión con los vecinos", indicó una mujer de la cuadra.
Esta vecina también se quejó de que "ayer a mitad de cuadra tiraron catorce tiros al aire, la semana pasada también le robaron un hombre acá a la vuelta y lo golpearon, y hace dos semanas le quisieron robar a uno que trabaja en una fábrica".
"Podría haber sido cualquiera de nosotros", sostuvo otro vecino y agregó que en el barrio "hay más inseguridad últimamente" y que la zona "está más desprotegida" debido a menor "presencia" de las fuerzas de seguridad.
Por otro parte, decenas de vecinos realizaron ayer a la tarde una marcha en reclamo de Justicia en el cruce de las avenidas Vélez Sarsfield e Iriarte, en una de las esquina del Parque Leonardo Pereyra, de Barracas.
Berta, la madre de la novia del joven asesinado, fue una de las personas que, minutos después de las 17.30, encabezó la movilización en la que los manifestantes se mostraron con pancartas y aplaudieron.
"Eran jóvenes (los delincuentes) y no se pudieron llevar nada. Le quitaron la vida", dijo la mujer entre lágrimas y luego agregó que su hija "fue la única testigo" pero que mucho no le pudo contar sobre lo ocurrido porque todavía "está shockeada", además de que todo ocurrió "rápido" y en un lugar "oscuro".
Mi hija dice que hubo un forcejeo. Mi yerno la protegía mucho, la cuidaba mucho a mi hija. Era una persona sana, íntegra. Una maravilla", recordó
Berta y concluyó: "Destruyeron a una familia completa. Mi hija no quiere vivir".
Todo es consternación en el barrio frente a un hecho aberrante.
El hecho es investigado por la fiscal de Instrucción 49 porteña, María
Paula Asaro, y la Secretaría a cargo de Alejandro Pizzicaro.