SAN PEDRO (Corresponsal) Con actividades litúrgicas que tienen la particularidad de estar relacionadas con el Año de la Misericordia, las distintas comunidades de la parroquia San Andrés Apóstol viven a pleno la Semana Santa. Esta noche a las 21 tendrá lugar el triduo pascual en el templo de la parroquia, ubicado en el barrio Providencia.
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SAN PEDRO (Corresponsal) Con actividades litúrgicas que tienen la particularidad de estar relacionadas con el Año de la Misericordia, las distintas comunidades de la parroquia San Andrés Apóstol viven a pleno la Semana Santa. Esta noche a las 21 tendrá lugar el triduo pascual en el templo de la parroquia, ubicado en el barrio Providencia.
La semana se inició con el Domingo de Ramos, teniendo por primera vez como escenario uno de los barrios periféricos de la ciudad, Santa Ana, donde a diario se incrementan hechos lamentables que lesionan a la familia toda. Allí se levantó un altar donde el padre Héctor Martínez bendijo los ramos y en procesión se dirigieron hasta la capilla Nuestra Señora de Fátima, donde ofició misa.
En la noche del Jueves Santo, como ya es tradicional, la comunidad se reunió en torno a una gran mesa preparada frente al templo de Fátima, donde se compartió la Cena del Señor, el lavatorio de los pies, y la institución de la Eucaristía y del sacerdocio.
“Fue una celebración importante, renovamos nuestra fe en Cristo que es fuente de vida y que prolonga su presencia en la eucaristía, alimento que nos transforma y nos renueva” dijo el padre Héctor al tiempo que recordó que Jesús instituyó la eucaristía y en consecuencia también instituyó el ministerio del sacerdocio. “Renovar mis votos, mi fe, renovar mi opción de vida para el servicio al pueblo de Dios delante de mi comunidad fue un momento muy trascendente y emotivo. Renové mis votos, mi entrega al Señor identificándome con este Cristo que es el Dios de la misericordia”, apuntó.
El sacerdote indicó que el Año de la Misericordia, será el especial signo de cada celebración y festividad litúrgica y la Iglesia, haciendo la opción preferencial por los más necesitados invita a hacer obras de caridad, de misericordia espirituales y corporales que se reflejan en el Evangelio, donde dice “tuve hambre y me diste de comer, estaba desnudo y me vestiste, estuve en la cárcel y me visitaste, y Dios nos invita a tener un corazón misericordioso como el suyo”.
En ese sentido expresó que atendiendo la solicitud de monseñor César Fernández, eligió a doce integrantes de la comunidad que atraviesan un momento difícil para sentarlos a la mesa, lavarles los pies y poner en práctica la misericordia de Dios. “Prolongando la intención de nuestro obispo, este año quisimos lavar los pies a las personas que están pasando por alguna situación difícil, sabemos lo que sucedió en San Pedro con ese terrible crimen, lavamos los pies a la señora y en ella a toda su familia, pidiendo para toda la sociedad ese espíritu del amor que nos está faltando, también lavamos los pies a personas que están atravesando enfermedades” dijo. Finalizada la misa, el Santísimo fue ubicado en un altar preparado para la adoración.
Vía Crucis de los niños
Ya es una tradición para la comunidad parroquial, cada Viernes Santo realizar el Vía Crucis con los niños de toda la catequesis, donde cada grupo cumple un rol importante; también lo hace la familia participando activamente, preparando la indumentaria para los chicos y ayudando a las catequistas para que en lugares señalados, se levante un pequeño altar donde la procesión se detiene para rezar cada estación.
A lo largo de todo el barrio Belgrano, los niños acompañados por una nutrida cantidad de fieles, fueron rememorando el camino de la cruz, donde se contempló la pasión y muerte de Cristo, pidiendo por las situaciones límites que vive la sociedad sampedreña. “Es bueno sensibilizarlos desde pequeños. Los niños revestidos se compenetraron en la vida y en este misterio de la entrega que hizo Jesús por amor para con su pueblo, es hermoso ver como lo viven y disfrutan al ser partícipes de tan significativo acontecimiento en la vida de la Iglesia”, subrayó el padre.
Ayer en horas de la tarde, en el templo de San Andrés Apóstol tuvo lugar la adoración de la cruz, oportunidad en que el padre apuntó que identificarnos con la cruz de Cristo nos lleva a tener esperanzas en los momentos difíciles de nuestra vida. Cabe destacar que al cierre de esta edición la comunidad participaba del rezo del Vía Crucis, el que tuvo un extenso recorrido por los distintos barrios que comprende la jurisdicción parroquial.