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28 de Junio,  Jujuy, Argentina
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Realizaron el 39º Festival del Choclo y el Folclore

Miércoles, 16 de marzo de 2016 01:30
<div>PROPUESTAS MUSICALES / UNA AMPLIA CARTELERA ARTÍSTICA DISFRUTÓ EL PÚBLICO. </div><div><div>
Hace ya treinta y nueve años, un grupo de maimareños pensaron en la forma de vivir en familia aquel "requecho" de las fiestas de Carnaval. La cosecha de sus quintas les dio el motivo y el nombre, y el tiempo transcurrido hizo del Festival del Choclo una tradición que, como todas aquellas que crecen con el paso del tiempo, van enriqueciendo su sentido con los cambios de su entorno.
Hoy, cuando el turismo es una de las actividades económicamente más importantes de la región, esta fiesta se ha transformado, también, en un lugar de encuentro más local. Pero el hecho de que se lleve a cabo fuera de la temporada alta, no quiere decir que asista poco público, muy por el contrario.
Durante el fin de semanas fue muchísima la gente que se concentró bajo el Tinglado Municipal maimareño, cuya cartelera folclórica mantuvo constantemente su potencial festivo, en tanto que el público consumía las propuestas gastronómicas basadas en el choclo de sus chacras, compradas en stands que las vendían para beneficio de las instituciones locales.
Pero podría entenderse también el protagonismo del choclo dentro de la tradición de la vigilia pascual, cuyas procesiones comenzarán en una semana. Así, tanto como el huyro es símbolo de la alegría carnavalera que celebra, los productos del maíz hacen a este festival, que también lleva el nombre del folclore en atención a la idiosincrasia cultural propia.
El choclo y el folclore son, así, coprotagonistas de esta fiesta que convoca numeroso público en torno a la música, la danza y las comidas propias. Y lo logra con creces, tanto que sus fundadores pueden aún disfrutarla orgullosos desde una de las tantas mesas que precedieron al escenario, viendo como familias enteras continuaban con ese sueño nacido hace treinta y nueve años, pasados aquellos carnavales, y pensando, como se nos dijo, que en la venidera, al cumplir cuarenta años, su organización la herede la Comisión Municipal para que su vigencia pueda superar el desgaste con que el tiempo consume a los individuos.

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Hace ya treinta y nueve años, un grupo de maimareños pensaron en la forma de vivir en familia aquel "requecho" de las fiestas de Carnaval. La cosecha de sus quintas les dio el motivo y el nombre, y el tiempo transcurrido hizo del Festival del Choclo una tradición que, como todas aquellas que crecen con el paso del tiempo, van enriqueciendo su sentido con los cambios de su entorno.
Hoy, cuando el turismo es una de las actividades económicamente más importantes de la región, esta fiesta se ha transformado, también, en un lugar de encuentro más local. Pero el hecho de que se lleve a cabo fuera de la temporada alta, no quiere decir que asista poco público, muy por el contrario.
Durante el fin de semanas fue muchísima la gente que se concentró bajo el Tinglado Municipal maimareño, cuya cartelera folclórica mantuvo constantemente su potencial festivo, en tanto que el público consumía las propuestas gastronómicas basadas en el choclo de sus chacras, compradas en stands que las vendían para beneficio de las instituciones locales.
Pero podría entenderse también el protagonismo del choclo dentro de la tradición de la vigilia pascual, cuyas procesiones comenzarán en una semana. Así, tanto como el huyro es símbolo de la alegría carnavalera que celebra, los productos del maíz hacen a este festival, que también lleva el nombre del folclore en atención a la idiosincrasia cultural propia.
El choclo y el folclore son, así, coprotagonistas de esta fiesta que convoca numeroso público en torno a la música, la danza y las comidas propias. Y lo logra con creces, tanto que sus fundadores pueden aún disfrutarla orgullosos desde una de las tantas mesas que precedieron al escenario, viendo como familias enteras continuaban con ese sueño nacido hace treinta y nueve años, pasados aquellos carnavales, y pensando, como se nos dijo, que en la venidera, al cumplir cuarenta años, su organización la herede la Comisión Municipal para que su vigencia pueda superar el desgaste con que el tiempo consume a los individuos.

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