"Animales" gritaban los ingleses a los jugadores argentinos en el Mundial de 1966. Por el juego brusco y por la sentada insolente de Antonio Rattín en la alfombra de la reina. Para muchos, decir esa palabra a otro ser humano es el peor de los insultos. Piensan que el animal es un ser inferior, sin inteligencia, sin sentimientos, sin palabra.
Cinco años atrás, un cachorro de perro fue encontrado en un basurero de Zacatecas,
México. Tenía diez meses de vida y estaba al borde la muerte. Había sufrido crueles torturas y le habían mutilados sus patas delanteras.
El perro había sido víctima de tormentos ejecutados por sicarios de uno de los cárteles de la droga mas sanguinarios de México: Los Zetas. ¿Lo hicieron por placer? En parte sí, pero además, quisieron experimentar sobre el animal ciertos tipos de tortura para luego emplearlas sobre seres humanos. Sobre aquellos que secuestran.
Gracias a una llamada anónima, la
Asociación Civil Milagros Caninos dio con el perro y lo trasladó al Distrito Federal, donde le brindó tratamiento. Los voluntarios lo bautizaron Pay de Limón.
El perro, una mezcla de pastor belga malinois, necesitó de mucho cariño y cuidados para recuperar la confianza en el hombre. Pero lo más difícil fue que aceptara unas prótesis que le permitieran volver a caminar.
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A Pay con Limón le costó muchísimo volver a confiar en los humanos luego de ser torturado por los narcos.
El complicado tratamiento al que tuvo que ser sometido hizo que tuviera que ser trasladado hasta
Washington, Estados Unidos, donde le construyeron unas prótesis hechas con fibra de carbono y una capa interna acolchonada. Las mismas deben ser cambiadas una vez al año.
Pay de Limón no quería saber nada. El proceso de adaptación llevó varios meses pero finalmente las aceptó. Y comenzó a caminar con ellas. Pero ahora encontraron una variante más aerodinámica que Pay de Limón aceptó de inmediato porque con ellas logró algo que lo apasiona: correr, según cuenta Muy.
Y allá va, lengua al viento, de un lado a otro. Sin saber que se convirtió en un símbolo de vida. Recientemente fue el primer perro en ingresar a la Cámara de Diputados mexicana. Lo hizo en el marco de la presentación de la Ley General de Bienestar Animal.
Pay de Limón es la cara de los suyos. Gracias a él, el Congreso mexicano tratará una ley que plantea regular el funcionamiento de las perreras para convertirlos en centros de atención y rehabilitación animal. También se establecen sanciones por actos de maltrato y crueldad animal y quedará prohibido la disección de animales en escuelas, el uso de animales en espectáculos y como medio de atracción urbana. Y castigar a los organizadores peleas de perros, un cruel negocio que apasiona a miles de aztecas.
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Allá va Pay de Limón. Lengua al viento. Comiéndose la vida.
Pay de Limón es el estandarte de 16 millones de perros en situación de calle que hay en México. Ya con eso sería la bandera de una enorme lucha por los derechos del animal. Pero Pay de Limón es mucho más. Tanto que no puede ser adoptado. Es residente honorario y de por vida de la Asociación Civil Milagros Caninos. Los que lo salvaron. Los que lo aman. Y allí vive, junto a sus pares.
Si los narcos meten miedo y siembran muerte, con Pay de Limón no pudieron. Lo torturaron hasta la muerte, lo mutilaron y le hicieron perder la confianza en el ser humano. Pay de Limón se sobrepuso a todo. Y hasta aprendió nuevamente a correr. Como a él le gusta. Y en su infinita bondad, volvió a tener confianza y entregar amor a los humanos.
Alguna vez los perros deberían tener voz para gritar con fuerza un insulto contra aquellos a los que consideran seres sin inteligencia, sin sentimientos y con una enorme cuota de crueldad. Por una vez en la vida deberían tener derecho a gritar con fuerza el peor de sus insultos: "Humanos" ...
FUENTE: EL TRIBUNO DE SALTA
"Animales" gritaban los ingleses a los jugadores argentinos en el Mundial de 1966. Por el juego brusco y por la sentada insolente de Antonio Rattín en la alfombra de la reina. Para muchos, decir esa palabra a otro ser humano es el peor de los insultos. Piensan que el animal es un ser inferior, sin inteligencia, sin sentimientos, sin palabra.
Cinco años atrás, un cachorro de perro fue encontrado en un basurero de Zacatecas,
México. Tenía diez meses de vida y estaba al borde la muerte. Había sufrido crueles torturas y le habían mutilados sus patas delanteras.
El perro había sido víctima de tormentos ejecutados por sicarios de uno de los cárteles de la droga mas sanguinarios de México: Los Zetas. ¿Lo hicieron por placer? En parte sí, pero además, quisieron experimentar sobre el animal ciertos tipos de tortura para luego emplearlas sobre seres humanos. Sobre aquellos que secuestran.
Gracias a una llamada anónima, la
Asociación Civil Milagros Caninos dio con el perro y lo trasladó al Distrito Federal, donde le brindó tratamiento. Los voluntarios lo bautizaron Pay de Limón.
El perro, una mezcla de pastor belga malinois, necesitó de mucho cariño y cuidados para recuperar la confianza en el hombre. Pero lo más difícil fue que aceptara unas prótesis que le permitieran volver a caminar.
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A Pay con Limón le costó muchísimo volver a confiar en los humanos luego de ser torturado por los narcos.
El complicado tratamiento al que tuvo que ser sometido hizo que tuviera que ser trasladado hasta
Washington, Estados Unidos, donde le construyeron unas prótesis hechas con fibra de carbono y una capa interna acolchonada. Las mismas deben ser cambiadas una vez al año.
Pay de Limón no quería saber nada. El proceso de adaptación llevó varios meses pero finalmente las aceptó. Y comenzó a caminar con ellas. Pero ahora encontraron una variante más aerodinámica que Pay de Limón aceptó de inmediato porque con ellas logró algo que lo apasiona: correr, según cuenta Muy.
Y allá va, lengua al viento, de un lado a otro. Sin saber que se convirtió en un símbolo de vida. Recientemente fue el primer perro en ingresar a la Cámara de Diputados mexicana. Lo hizo en el marco de la presentación de la Ley General de Bienestar Animal.
Pay de Limón es la cara de los suyos. Gracias a él, el Congreso mexicano tratará una ley que plantea regular el funcionamiento de las perreras para convertirlos en centros de atención y rehabilitación animal. También se establecen sanciones por actos de maltrato y crueldad animal y quedará prohibido la disección de animales en escuelas, el uso de animales en espectáculos y como medio de atracción urbana. Y castigar a los organizadores peleas de perros, un cruel negocio que apasiona a miles de aztecas.
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Allá va Pay de Limón. Lengua al viento. Comiéndose la vida.
Pay de Limón es el estandarte de 16 millones de perros en situación de calle que hay en México. Ya con eso sería la bandera de una enorme lucha por los derechos del animal. Pero Pay de Limón es mucho más. Tanto que no puede ser adoptado. Es residente honorario y de por vida de la Asociación Civil Milagros Caninos. Los que lo salvaron. Los que lo aman. Y allí vive, junto a sus pares.
Si los narcos meten miedo y siembran muerte, con Pay de Limón no pudieron. Lo torturaron hasta la muerte, lo mutilaron y le hicieron perder la confianza en el ser humano. Pay de Limón se sobrepuso a todo. Y hasta aprendió nuevamente a correr. Como a él le gusta. Y en su infinita bondad, volvió a tener confianza y entregar amor a los humanos.
Alguna vez los perros deberían tener voz para gritar con fuerza un insulto contra aquellos a los que consideran seres sin inteligencia, sin sentimientos y con una enorme cuota de crueldad. Por una vez en la vida deberían tener derecho a gritar con fuerza el peor de sus insultos: "Humanos" ...
FUENTE: EL TRIBUNO DE SALTA