Un joven de 21 años fue condenado a 35 años de prisión por abusar sexualmente y corromper a su sobrina de ocho años entre 2011 y 2013.
En su fallo, el Tribunal Oral Criminal Nro. 3 aplicó la inusitada pena a un joven, de 21 años y cuya identidad se mantiene en reserva para preservar a la víctima (por ser menor de edad y de un delito contra la integridad sexual), por los delitos de "abuso sexual agravado y corrupción de menores", del que resultó, la nena, de entonces apenas 8 años.
De acuerdo a lo consignado por el portal Diario Conurbano, los hechos que se le atribuyen al ahora condenado se registraron durante dos años, entre 2011 y 2013, cuando según la investigación judicial, abusaba de la niña y la obligaba a ver videos pornográficos para repetir las escenas.
El imputado vivía en pareja con una tía de la víctima, en la misma humilde vivienda de la localidad de Monte Chingolo del partido de Lanús, donde concretaba los abusos y luego, la amenazaba si contaba algo sobre lo sucedido.
En su alegato, el fiscal Sebastián Scalera solicitó esta pena de 35 años de prisión, porque consideró probado que el imputado fue autor de las violaciones y las "graves lesiones que provocaron riesgo de a la víctima, si no hubiera existido la intervención médica, ya que la menor tenía una infección generalizada", al momento de su internación en el Sanatorio Güemes del barrio porteño de Palermo. Los abusos le generaron "una perturbación psicológica, que la llevó a autolesionarse y esas heridas derivaron en su internación".
Luego, por disposición judicial, quedó alojada en un hogar religioso, donde pudo contar cómo era abusada por su tío. La defensora oficial del acusado solicitó su absolución, porque consideró que las imputaciones eran "especulaciones" y apuntó a los padres de la menor, quienes según su fundamentos "maltrataban a la niña y a sus hermanos".
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Un joven de 21 años fue condenado a 35 años de prisión por abusar sexualmente y corromper a su sobrina de ocho años entre 2011 y 2013.
En su fallo, el Tribunal Oral Criminal Nro. 3 aplicó la inusitada pena a un joven, de 21 años y cuya identidad se mantiene en reserva para preservar a la víctima (por ser menor de edad y de un delito contra la integridad sexual), por los delitos de "abuso sexual agravado y corrupción de menores", del que resultó, la nena, de entonces apenas 8 años.
De acuerdo a lo consignado por el portal Diario Conurbano, los hechos que se le atribuyen al ahora condenado se registraron durante dos años, entre 2011 y 2013, cuando según la investigación judicial, abusaba de la niña y la obligaba a ver videos pornográficos para repetir las escenas.
El imputado vivía en pareja con una tía de la víctima, en la misma humilde vivienda de la localidad de Monte Chingolo del partido de Lanús, donde concretaba los abusos y luego, la amenazaba si contaba algo sobre lo sucedido.
En su alegato, el fiscal Sebastián Scalera solicitó esta pena de 35 años de prisión, porque consideró probado que el imputado fue autor de las violaciones y las "graves lesiones que provocaron riesgo de a la víctima, si no hubiera existido la intervención médica, ya que la menor tenía una infección generalizada", al momento de su internación en el Sanatorio Güemes del barrio porteño de Palermo. Los abusos le generaron "una perturbación psicológica, que la llevó a autolesionarse y esas heridas derivaron en su internación".
Luego, por disposición judicial, quedó alojada en un hogar religioso, donde pudo contar cómo era abusada por su tío. La defensora oficial del acusado solicitó su absolución, porque consideró que las imputaciones eran "especulaciones" y apuntó a los padres de la menor, quienes según su fundamentos "maltrataban a la niña y a sus hermanos".
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