A tres días de haber llegado al mundo, las gemelas que nacieron en el segundo calvario del camino que conduce al abra de Punta Corral se encuentran estables y fuera de peligro. Así lo informó la madre de las pequeñas, Erika Charca, quien está a su cuidado en el hospital “Pablo Soria”. La joven peregrina de veinte años, que ascendió a visitar a la Virgen con siete meses de embarazo, manifestó sentirse agradecida tanto con el equipo médico del Same como con la “Mamita del cerro” por haber sido protagonista de un parto natural totalmente exitoso a más de tres mil metros de altura.
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A tres días de haber llegado al mundo, las gemelas que nacieron en el segundo calvario del camino que conduce al abra de Punta Corral se encuentran estables y fuera de peligro. Así lo informó la madre de las pequeñas, Erika Charca, quien está a su cuidado en el hospital “Pablo Soria”. La joven peregrina de veinte años, que ascendió a visitar a la Virgen con siete meses de embarazo, manifestó sentirse agradecida tanto con el equipo médico del Same como con la “Mamita del cerro” por haber sido protagonista de un parto natural totalmente exitoso a más de tres mil metros de altura.
Recién llegada de lactancia, la madre de las gemelas relató al Tribuno de Jujuy durante la mañana de ayer su experiencia de dar en luz en medio de una masiva expresión de fe. En primer lugar la madre indicó que el parto no fue una negligencia de su parte, sino que decidió peregrinar sin temores porque hace pocos años ascendió también hasta el abra, estando embarazada de siete meses de su primera hija, quien nació a término meses después y sin complicaciones por la caminata. Según Erika, también era importante participar de la peregrinación porque ella sube desde los trece años de edad acompañando a su padre, que forma parte de una banda de sikuris que año tras año sube religiosamente a visitar a la Virgen.
Por estas razones, Erika Charca decidió ascender al abra por el camino de Tumbaya las últimas horas del viernes en la noche, llegando cansada pero saludable al santuario el sábado en la mañana. Finalmente, es el día domingo en la madrugada cuando Erika decidió bajar a la par de la Virgen de Punta Corral, que empezó a descender a las 8 de la mañana. Erika empezó a bajar siguiendo la caravana, hasta que empezó a sentir contracciones, situación que identificó al instante por tener la experiencia del primer parto. Pese al dolor, la madre continuó descendiendo a un lado del camino junto a su madre, hasta que en el segundo calvario encontraron el puesto del Same instalado en dos casas de adobe. Inmediatamente Erika consultó a los médicos alrededor de las doce del mediodía, teniendo a su lado a sus familiares y a algunos peregrinos que se acercaron a colaborar.
Con extremo dolor, Erika fue revisada por los profesionales de salud instalados en el camino, entre ellos estaba la médica Flavia Cazón, quien atendió ágilmente a Erika y le advirtió que estaba en pleno trabajo de parto de las gemelas, porque ya había roto bolsa, la dilatación estaba completa. En esos momentos, Erika indicó que primero que pensó fue en bajar rápidamente en uno de los cuatriciclos a Tumbaya pero desistió la idea porque la multitud estaba bajando con la Virgen e iba a ser casi imposible que pudiera abrirse un espacio. Otra alternativa que pensó Erika fue bajar caminando, pero los médicos le indicaron que “bajar a pie era imposible porque no aguantaría caminando entre las piedras”. Fue entonces que le colocaron a la madre peregrina los medicamentos que estaban a su alcance para aliviar el dolor, se comunicó el imprevisto al director del Same y empezó el trabajo de parto.
“En esos momentos no se me cruzó nada por la cabeza porque me dolía todo. Algunos médicos me reclamaron porqué subí embarazada pero ya estaba bajando con la Virgen, así que no había nada que hacer”, dijo Erika Charca expresando su agradecimiento tanto al equipo médico como a la Virgen porque pudo ascender al abra sin problemas y porque encontró al equipo del Same en el momento preciso de su descenso.
Luego de un intenso trabajo de parto que duró aproximadamente una hora y media, exactamente a las 13.24 el llanto anunció el nacimiento de la primer gemela. Apenas cuatro minutos más tarde, a las 13.28, nació la segunda beba. Ambas pequeñas fueron colocada apresuradamente en cajas que fueron preparadas como incubadoras: los audaces médicos forraron cajas de suero que tenían en el lugar con algodón, le pusieron compresas de agua caliente en la base para mantener el calor de las bebés, las cubrieron con frazadas y las taparon con papel aluminio, otro excelente conductor de calor.
El titular del Same fue quien partió en cuatriciclo con la primer beba recién nacida hasta “El Angosto” y esperó en el lugar a la segunda bebé que se trasladó con una médica. Allí las esperaba una ambulancia que las trasladó hasta Tumbaya, en donde las esperaban a su vez, dos ambulancias neonatales de alta complejidad del Same. Erika bajó media hora más tarde en cuatriciclo y luego también fue enviada en una ambulancia hasta la capital.
Las niñas, fuera de riesgo
La madre de las recién nacidas indicó instalada en el hospital que las gemelas se encuentran estables. La nacida en segundo lugar se encuentra en el área de prematuros, mientras que la mayor está siendo asistida en Terapia Intensiva porque presentó inconvenientes para respirar, pero a pesar de ello, Erika comentó que los médicos le aseguraron que ambas se encuentran fuera de peligro.
La primera niña en nacer fue nombrada como Zarina María José, mientras que la segunda Zamira Melodi Mercedes. Ambas permanecerán en el nosocomio capitalino hasta que cumplan los nueve meses a fin de resguardar su salud, por ser niñas prematuras. Erika Charca indicó ayer que los médicos estaban pensando en darle el alta hoy.