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28 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Una blanca Navidad por la contaminación

Sabado, 26 de diciembre de 2015 01:30
BLANCA NAVIDAD / LOS PEKINESES AMANECIERON CON UNA NIEBLA CONTAMINANTE.
En el día de Navidad, Pekín se levantó bajo una inmensa capa blanca, no de nieve sino de contaminación.
Una niebla con el agrio olor del carbón que reducía la visibilidad a mucho más de una centena de metros recubría las calles y desdibujaba los edificios, sin que el ayuntamiento de Pekín haya decretado de nuevo la "alerta roja" de contaminación.
La concentración de partículas de 2,5 micras de diámetro (PM 2,5), especialmente peligrosas porque penetran profundamente en los pulmones, alcanzó ayer los 620 microgramos por metro cuadrado.
Es decir, muy por encima del umbral máximo de 25 microgramos recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para una exposición de 24 horas.
La circulación fue interrumpida en algunas carreteras periféricas y se cancelaron más de 500 vuelos nacionales e internacionales.
La oficina meteorológica municipal declaró para Navidad una "alerta naranja", nivel que exige a las fábricas reducir sus emisiones contaminantes y que ordena a las escuelas suspender sus actividades.
La contaminación se intensificó a causa de la enorme utilización de carbón para la producción de electricidad durante el invierno y por las emisiones nocivas de las regiones industriales que rodean Pekín. El ayuntamiento decretó la "alerta roja" por contaminación por primera vez a principios de diciembre, antes de reiterarla la semana pasada.
Inminente expulsión de periodista
La corresponsal en Pekín del semanario francés Lobs, Ursula Gauthier, indicó ayer que recibió la confirmación de las autoridades de que será expulsada de China el 31 de diciembre próximo.
La publicación denunció “un atentado inaceptable contra la libertad de información” y ve la expulsión de la periodista como “una advertencia del poder chino a todos los reporteros extranjeros en Pekín”, según su director, Matthieu Croissandeau. Por su parte, el ministerio francés de Cultura recordó su “adhesión a la defensa de la libertad de expresión” y dijo que buscaría la forma de llegar a un “diálogo” con China que permita encontrar una solución antes del 31 de diciembre.
La expulsión de Gauthier, en Pekín desde hace seis años, se producirá de forma automática en esa fecha tras la negativa de las autoridades de prolongarle la visa de estadía en China y la acreditación de periodista. La periodista ha sido víctima de una campaña de ataques en los medios de comunicación estatales tras un artículo en el que describía la política represiva llevada a cabo por Pekín en Xinjiang, una gran región de mayoría musulmana en el oeste del país.
“Me confirmaron que si no reconocía públicamente mi error” y no quitaba el apoyo a “las ONG que denuncian a través de mi caso los atentados a la libertad de expresión en China, mi acreditación de prensa no sería renovada y debería salir del país el 31 de diciembre”, relató Gauthier.
La corresponsal francesa ya había indicado a las autoridades que tales disculpas “no tenían cabida” y eran “impensables” para ella.
Ursula Gauthier es la primera corresponsal extranjera en China en recibir la negativa de renovar una acreditación de prensa y una visa después de la expulsión en 2012 de Melisa Chan, corresponsal de la cadena Al Jazira.

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En el día de Navidad, Pekín se levantó bajo una inmensa capa blanca, no de nieve sino de contaminación.
Una niebla con el agrio olor del carbón que reducía la visibilidad a mucho más de una centena de metros recubría las calles y desdibujaba los edificios, sin que el ayuntamiento de Pekín haya decretado de nuevo la "alerta roja" de contaminación.
La concentración de partículas de 2,5 micras de diámetro (PM 2,5), especialmente peligrosas porque penetran profundamente en los pulmones, alcanzó ayer los 620 microgramos por metro cuadrado.
Es decir, muy por encima del umbral máximo de 25 microgramos recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para una exposición de 24 horas.
La circulación fue interrumpida en algunas carreteras periféricas y se cancelaron más de 500 vuelos nacionales e internacionales.
La oficina meteorológica municipal declaró para Navidad una "alerta naranja", nivel que exige a las fábricas reducir sus emisiones contaminantes y que ordena a las escuelas suspender sus actividades.
La contaminación se intensificó a causa de la enorme utilización de carbón para la producción de electricidad durante el invierno y por las emisiones nocivas de las regiones industriales que rodean Pekín. El ayuntamiento decretó la "alerta roja" por contaminación por primera vez a principios de diciembre, antes de reiterarla la semana pasada.
Inminente expulsión de periodista
La corresponsal en Pekín del semanario francés Lobs, Ursula Gauthier, indicó ayer que recibió la confirmación de las autoridades de que será expulsada de China el 31 de diciembre próximo.
La publicación denunció “un atentado inaceptable contra la libertad de información” y ve la expulsión de la periodista como “una advertencia del poder chino a todos los reporteros extranjeros en Pekín”, según su director, Matthieu Croissandeau. Por su parte, el ministerio francés de Cultura recordó su “adhesión a la defensa de la libertad de expresión” y dijo que buscaría la forma de llegar a un “diálogo” con China que permita encontrar una solución antes del 31 de diciembre.
La expulsión de Gauthier, en Pekín desde hace seis años, se producirá de forma automática en esa fecha tras la negativa de las autoridades de prolongarle la visa de estadía en China y la acreditación de periodista. La periodista ha sido víctima de una campaña de ataques en los medios de comunicación estatales tras un artículo en el que describía la política represiva llevada a cabo por Pekín en Xinjiang, una gran región de mayoría musulmana en el oeste del país.
“Me confirmaron que si no reconocía públicamente mi error” y no quitaba el apoyo a “las ONG que denuncian a través de mi caso los atentados a la libertad de expresión en China, mi acreditación de prensa no sería renovada y debería salir del país el 31 de diciembre”, relató Gauthier.
La corresponsal francesa ya había indicado a las autoridades que tales disculpas “no tenían cabida” y eran “impensables” para ella.
Ursula Gauthier es la primera corresponsal extranjera en China en recibir la negativa de renovar una acreditación de prensa y una visa después de la expulsión en 2012 de Melisa Chan, corresponsal de la cadena Al Jazira.

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