Tenía 17 años y ya estaba en el Crucero, siento mucha melancolía cada vez que me acuerdo del barco y mis compañeros, todos fuimos muy solidarios algunos se metieron bajo el agua para sacar a quienes no podían mantenerse a flote. Tenía quemaduras de segundo grado en las manos, pies y rostro, motivo por el cual no podía tocar a nadie, durante el abandono del barco tuvieron que ayudarme. Cuando nos atacan estaba cubriendo mi puesto de combate, antes de las cuatro fui a despertar a quienes debían tomar el relevo sentimos el primer torpedo allí se cortó la luz, me levante como pude cuando comencé a caminar tropecé con varios cuerpos porque era el lugar donde ellos estaban descansando. Fui hasta la cubierta principal un enfermero me inyecta morfina y veo como comienzan a traer más chicos desde las cubiertas bajas, compañeros que no los podía reconocer porque muchos estaban quemados o llenos de petróleo, gritaban del dolor no podían moverse por si solos. A los jóvenes de hoy les digo que amen a nuestra bandera y su patria, que hagan todo por ella como muchos de nosotros los hicimos, porque se la mayoría aún estamos dispuestos a poner el pecho por la bandera”.
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Tenía 17 años y ya estaba en el Crucero, siento mucha melancolía cada vez que me acuerdo del barco y mis compañeros, todos fuimos muy solidarios algunos se metieron bajo el agua para sacar a quienes no podían mantenerse a flote. Tenía quemaduras de segundo grado en las manos, pies y rostro, motivo por el cual no podía tocar a nadie, durante el abandono del barco tuvieron que ayudarme. Cuando nos atacan estaba cubriendo mi puesto de combate, antes de las cuatro fui a despertar a quienes debían tomar el relevo sentimos el primer torpedo allí se cortó la luz, me levante como pude cuando comencé a caminar tropecé con varios cuerpos porque era el lugar donde ellos estaban descansando. Fui hasta la cubierta principal un enfermero me inyecta morfina y veo como comienzan a traer más chicos desde las cubiertas bajas, compañeros que no los podía reconocer porque muchos estaban quemados o llenos de petróleo, gritaban del dolor no podían moverse por si solos. A los jóvenes de hoy les digo que amen a nuestra bandera y su patria, que hagan todo por ella como muchos de nosotros los hicimos, porque se la mayoría aún estamos dispuestos a poner el pecho por la bandera”.