Este miércoles 6 de agosto se llevará a cabo la celebración central en honor al Santísimo Salvador, patrono de San Salvador de Jujuy y de toda la diócesis. Las actividades comenzarán a las 17 con una procesión por las calles céntricas y culminarán con la misa presidida por el obispo Daniel Fernández en el atrio de la Catedral. Además, se desarrollará una cantata con participación de músicos locales. Mientras tanto, el edificio de la Catedral continúa cerrado al público por obras de diagnóstico estructural que están siendo llevadas adelante por un equipo de profesionales del Conicet y del área de Arquitectura de la provincia.
Durante una entrevista con el streaming de El Tribuno de Jujuy, el párroco de la Catedral Basílica, padre Manuel Alfaro, brindó detalles sobre la organización de la celebración religiosa y sobre el estado actual del templo, una de las construcciones más emblemáticas de la capital provincial.
“Estamos a las puertas de una celebración muy importante para todos los jujeños. San Salvador no solo es patrono de la ciudad, sino también de toda la diócesis. Estos días previos hemos rezado la novena en la capilla del colegio del Huerto, y el miércoles realizaremos la procesión y la misa principal en el atrio, como todos los años”, indicó el sacerdote.
La procesión recorrerá las calles Sarmiento, Independencia y Lavalle. En ese trayecto se producirá un momento simbólico muy esperado por los fieles: la imagen de San Salvador se detendrá frente a la Basílica San Francisco, donde se realizará un gesto de saludo entre ambas advocaciones. “Los padres franciscanos saldrán al atrio para recibir la imagen y saludar al obispo y los sacerdotes. Es un encuentro espiritual muy emotivo”, comentó Alfaro.
Una vez finalizado el recorrido, se celebrará la misa central, presidida por el obispo Fernández, quien cumple 13 años al frente de la diócesis. “Este año será aún más especial porque vamos a despedir y bendecir a un matrimonio jujeño que partirá a misionar a Perú. Van a trabajar en comunidades selváticas durante dos años, con posibilidad de extender la misión. Es un testimonio de fe que merece ser acompañado por toda la comunidad”, añadió.
Finalizada la misa, se desarrollará una cantata con participación de artistas locales. “Como cada año, mucha gente se queda a compartir, a escuchar música, a bailar. Se genera un ambiente muy familiar, muy festivo”, remarcó el párroco. La jornada concluirá cerca de la medianoche y contará con la presencia de delegaciones parroquiales, instituciones educativas con sus abanderados, agrupaciones gauchas y vecinos de distintos puntos de la provincia.
A pocos metros del altar que se montará para la misa, las puertas de la Catedral permanecen cerradas. El edificio, que data del siglo XIX, atraviesa una etapa crucial: especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) realizan un relevamiento técnico de la estructura, en coordinación con profesionales del área de Arquitectura de la provincia.
“Desde el año 1890 no se hacía una restauración completa. Los muros de adobe están muy resentidos, y el movimiento urbano, sumado a la circulación vehicular constante, genera vibraciones que afectan la estructura. Detectamos también humedad que brota del piso, lo que agrava la situación”, explicó el padre Alfaro.
Para realizar el diagnóstico, los especialistas utilizan escáneres de última generación que permiten detectar fallas no visibles a simple vista, como filtraciones o desplazamientos en las cabriadas. “El trabajo del Conicet es fundamental. Son los únicos habilitados para hacer este tipo de estudios con el respaldo del patrimonio nacional. Una vez que concluyan, se deberá elevar un informe a Buenos Aires para su aprobación. Solo entonces podremos hablar de plazos concretos para una restauración definitiva”, señaló.
Mientras tanto, las celebraciones litúrgicas se mantienen activas en otros espacios. Durante el receso invernal, las misas se trasladaron a un salón contiguo, debido a la ausencia del personal del colegio del Huerto. Sin embargo, desde el 27 de julio, día de la entronización de la imagen de San Salvador, las misas regresaron a la capilla del Huerto y continuarán allí hasta fin de año.
“La gente pregunta mucho cuándo volveremos a la Catedral, pero tenemos que ser prudentes. La prioridad es la seguridad. No queremos exponer a los fieles a ningún tipo de riesgo. Por eso confiamos plenamente en el trabajo de los técnicos y pedimos paciencia”, afirmó el párroco.
Finalmente, Alfaro extendió una invitación abierta a toda la comunidad jujeña: “Los esperamos este miércoles para rendir homenaje a nuestro patrono. Es un momento para renovar nuestra fe, agradecer y pedir su protección sobre nuestra ciudad. San Salvador nos cuida, y esta celebración es también una forma de devolverle ese cariño”, concluyó.
La festividad de San Salvador no solo será un acto de fe colectiva, sino también un reflejo del compromiso de la Iglesia y de la sociedad con la preservación de su patrimonio histórico y espiritual. En un contexto en el que la Catedral no puede recibir visitas, el fervor popular se traslada a las calles, mostrando que la fe no se clausura con las puertas de un templo.
inicia sesión o regístrate.
Este miércoles 6 de agosto se llevará a cabo la celebración central en honor al Santísimo Salvador, patrono de San Salvador de Jujuy y de toda la diócesis. Las actividades comenzarán a las 17 con una procesión por las calles céntricas y culminarán con la misa presidida por el obispo Daniel Fernández en el atrio de la Catedral. Además, se desarrollará una cantata con participación de músicos locales. Mientras tanto, el edificio de la Catedral continúa cerrado al público por obras de diagnóstico estructural que están siendo llevadas adelante por un equipo de profesionales del Conicet y del área de Arquitectura de la provincia.
Durante una entrevista con el streaming de El Tribuno de Jujuy, el párroco de la Catedral Basílica, padre Manuel Alfaro, brindó detalles sobre la organización de la celebración religiosa y sobre el estado actual del templo, una de las construcciones más emblemáticas de la capital provincial.
“Estamos a las puertas de una celebración muy importante para todos los jujeños. San Salvador no solo es patrono de la ciudad, sino también de toda la diócesis. Estos días previos hemos rezado la novena en la capilla del colegio del Huerto, y el miércoles realizaremos la procesión y la misa principal en el atrio, como todos los años”, indicó el sacerdote.
La procesión recorrerá las calles Sarmiento, Independencia y Lavalle. En ese trayecto se producirá un momento simbólico muy esperado por los fieles: la imagen de San Salvador se detendrá frente a la Basílica San Francisco, donde se realizará un gesto de saludo entre ambas advocaciones. “Los padres franciscanos saldrán al atrio para recibir la imagen y saludar al obispo y los sacerdotes. Es un encuentro espiritual muy emotivo”, comentó Alfaro.
Una vez finalizado el recorrido, se celebrará la misa central, presidida por el obispo Fernández, quien cumple 13 años al frente de la diócesis. “Este año será aún más especial porque vamos a despedir y bendecir a un matrimonio jujeño que partirá a misionar a Perú. Van a trabajar en comunidades selváticas durante dos años, con posibilidad de extender la misión. Es un testimonio de fe que merece ser acompañado por toda la comunidad”, añadió.
Finalizada la misa, se desarrollará una cantata con participación de artistas locales. “Como cada año, mucha gente se queda a compartir, a escuchar música, a bailar. Se genera un ambiente muy familiar, muy festivo”, remarcó el párroco. La jornada concluirá cerca de la medianoche y contará con la presencia de delegaciones parroquiales, instituciones educativas con sus abanderados, agrupaciones gauchas y vecinos de distintos puntos de la provincia.
A pocos metros del altar que se montará para la misa, las puertas de la Catedral permanecen cerradas. El edificio, que data del siglo XIX, atraviesa una etapa crucial: especialistas del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) realizan un relevamiento técnico de la estructura, en coordinación con profesionales del área de Arquitectura de la provincia.
“Desde el año 1890 no se hacía una restauración completa. Los muros de adobe están muy resentidos, y el movimiento urbano, sumado a la circulación vehicular constante, genera vibraciones que afectan la estructura. Detectamos también humedad que brota del piso, lo que agrava la situación”, explicó el padre Alfaro.
Para realizar el diagnóstico, los especialistas utilizan escáneres de última generación que permiten detectar fallas no visibles a simple vista, como filtraciones o desplazamientos en las cabriadas. “El trabajo del Conicet es fundamental. Son los únicos habilitados para hacer este tipo de estudios con el respaldo del patrimonio nacional. Una vez que concluyan, se deberá elevar un informe a Buenos Aires para su aprobación. Solo entonces podremos hablar de plazos concretos para una restauración definitiva”, señaló.
Mientras tanto, las celebraciones litúrgicas se mantienen activas en otros espacios. Durante el receso invernal, las misas se trasladaron a un salón contiguo, debido a la ausencia del personal del colegio del Huerto. Sin embargo, desde el 27 de julio, día de la entronización de la imagen de San Salvador, las misas regresaron a la capilla del Huerto y continuarán allí hasta fin de año.
“La gente pregunta mucho cuándo volveremos a la Catedral, pero tenemos que ser prudentes. La prioridad es la seguridad. No queremos exponer a los fieles a ningún tipo de riesgo. Por eso confiamos plenamente en el trabajo de los técnicos y pedimos paciencia”, afirmó el párroco.
Finalmente, Alfaro extendió una invitación abierta a toda la comunidad jujeña: “Los esperamos este miércoles para rendir homenaje a nuestro patrono. Es un momento para renovar nuestra fe, agradecer y pedir su protección sobre nuestra ciudad. San Salvador nos cuida, y esta celebración es también una forma de devolverle ese cariño”, concluyó.
La festividad de San Salvador no solo será un acto de fe colectiva, sino también un reflejo del compromiso de la Iglesia y de la sociedad con la preservación de su patrimonio histórico y espiritual. En un contexto en el que la Catedral no puede recibir visitas, el fervor popular se traslada a las calles, mostrando que la fe no se clausura con las puertas de un templo.