El destino le jugó a favor y hoy es todo un ganador en el arte que eligió como pasión. Es que trabajar con los sabores siendo bartender, le abrió las puertas en Europa. Y en la magia de su acción, hay dinámica y destreza que, al unirse, conforman una presentación atractiva para los espectadores de cualquier lugar. En esta ocasión, la ciudad seleccionada es Albufeira, en la región de Algarve, sur portugués, donde el jujeño Fabián Alcázar brinda por lo mejor de su profesionalismo detrás de la barra de tragos, sorprendiendo a paladares del mundo.
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El destino le jugó a favor y hoy es todo un ganador en el arte que eligió como pasión. Es que trabajar con los sabores siendo bartender, le abrió las puertas en Europa. Y en la magia de su acción, hay dinámica y destreza que, al unirse, conforman una presentación atractiva para los espectadores de cualquier lugar. En esta ocasión, la ciudad seleccionada es Albufeira, en la región de Algarve, sur portugués, donde el jujeño Fabián Alcázar brinda por lo mejor de su profesionalismo detrás de la barra de tragos, sorprendiendo a paladares del mundo.
Desde hace diez años, deja huella desempeñándose en la misión del buen comer y beber, indicando que llegó a esta tierra gracias a una búsqueda personal por evolucionar en el rubro que conoce a la perfección. "Estar aquí es muy bueno, para motivar a la gente a ver que hay oportunidades fuera del país. Aquí es una zona de playa, es muy turística porque vienen de todos lados", expresó Fabián Alcázar, quien trabaja de lo que encanta.
No obstante, para llegar a este presente, adquirió experiencia a través de los años y encontró en el sur del país su faro. "De Jujuy me fui a Buenos Aires cuando tenía veintitrés años, trabajé en Vieja Violeta por bastante tiempo pero tenía la necesidad de ser cada vez mejor, así que cuando surgió la posibilidad de viajar, opté por darle importancia y avanzar al siguiente paso", dijo el jujeño.
Como los años fueron pasando, la visión por ampliar el conocimiento en su rubro, fue cambiando y el destino le fue marcando una nueva vía. "La gastronomía argentina es increíble, es como una nave nodriza de la que puedo aprender. Aunque siempre me llamó la atención lo nuevo en cuanto a sabores y culturas, poder hablar otros idiomas porque me gusta la música en inglés", detalló quien recorrió España, Andorra, Alemania, Hungría, Budapest e Italia.
Ya instalado en Portugal, lo primero que tuvo a afianzar fue el idioma que no es el portugués tradicional de Brasil, algo que no fue impedimento para evolucionar como "flair bartending" -coctelería acrobática-, un trabajo concebido por él como una pasión que se vuelve disciplina de constante entrenamiento. "Es una verdadera forma de arte con ingredientes que elijo y que tiene la habilidad en juego. Es una actividad muy 'Las Vegas' y es increíble trabajar sobre esto", comentó Alcázar quien primero habitó en un hostel y, luego, en un departamento.
Este joven de treinta y cuatro años fue descubriendo la cultura culinaria y los sabores de mar. Algo que le gustó porque desde siempre, prefería lo distinto.
Es que cuando todos jugaban al fútbol, él elegía el skateboarding como pasatiempo. De igual manera sucedió con su entusiasmo por cultivarse en otros idiomas, por lo que hoy sabe hablar en inglés, francés, portugués e inglés. "En Buenos Aires aprendí técnicas nuevas, pero no como lo vivo aquí y este estilo de trabajo que es muy americano. La cultura europea tiene una mentalidad muy abierta. Cuando conocí el bar, tenía una zona de entrenamiento con barras para practicar", explicó quien celebra haber encontrado una familia laboral en esta ciudad portuguesa. Abrir su perspectiva hacia un futuro mejor, es lo que anhela este jujeño que se esfuerza a diario por cumplir con su objetivo. "Creo que todo lo que uno haga tiene que hacerlo con todo el corazón. Yo me puse como meta llegar a este presente incluso cuando mi madre y mi familia no estaban de acuerdo. De hecho, quería ser paleontólogo -algo muy diferente- porque me gusta la historia", expuso el joven que extraña los momentos felices con su familia. Es que en cada etapa que avanza, busca la inspiración por conseguir un cambio personal a mejor; según su mirada sobre estar del otro lado del océano. "Mi idea es tener proyectos y crecer me gusta Noruega, Italia y Suiza", finalizó Alcázar quien se formó en la Escuela 51 "Santa Rosa de Lima" y en el colegio "Jean Piaget".