El director de la Unidad Ejecutora en Ciencias Sociales Regionales y Humanidades (Cisor) del Conicet y la Unju, Federico Fernández se refirió al recientemente presentado Laboratorio Interdisciplinario Quipu. Lo integran investigadores de múltiples áreas quienes realizaron varios informes sobre pobreza con base en estadísticas oficiales del Indec y locales, buscando ser un espacio para comprender la realidad social a través de datos y relatos, investigados.
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El director de la Unidad Ejecutora en Ciencias Sociales Regionales y Humanidades (Cisor) del Conicet y la Unju, Federico Fernández se refirió al recientemente presentado Laboratorio Interdisciplinario Quipu. Lo integran investigadores de múltiples áreas quienes realizaron varios informes sobre pobreza con base en estadísticas oficiales del Indec y locales, buscando ser un espacio para comprender la realidad social a través de datos y relatos, investigados.
Fernández, explicó que el laboratorio lleva el nombre de "Quipu" que evoca el instrumento ancestral andino utilizado para registrar relaciones y datos mediante nudos y trenzas, lo que refleja la filosofía del laboratorio de integrar datos estadísticos con las historias y experiencias de las comunidades.
"La estadística nos ofrece una fotografía general, pero también es fundamental complementar esa imagen con la riqueza cualitativa que aportan las relaciones y observaciones de las personas. Queremos entender no solo los números, sino las historias detrás de ellos", afirmó el antropólogo doctorado en Ciencias Sociales.
El Laboratorio Quipu no se limita a los números, sino que incorpora estudios cualitativos que permiten abordar cuestiones culturales, tradiciones y formas de organización social, y con este enfoque más amplio busca generar un conocimiento accesible para la ciudadanía y contribuir al debate público. "Queremos ser una referencia en el análisis de la realidad social, ofreciendo herramientas que permitan comprender mejor los desafíos que enfrentamos como sociedad", afirmó.
Como integrante e investigador de Cisor, Franco Domínguez, quien es licenciado en economía, presentó una serie de informes estadísticos que abordan temas como la pobreza monetaria, la pobreza multidimensional, la desigualdad y el panorama de las mujeres en la provincia. Los datos, extraídos de la Encuesta Permanente de Hogares (EPH) y proyectados para 2024, reflejan una realidad preocupante, un aumento sostenido en los niveles de pobreza, tanto monetario como multidimensional.
Según los informes, la pobreza multidimensional analiza no solo los ingresos económicos, sino también el acceso a la educación, la salud y otros recursos básicos. Según los informes, más del 60% de la población jujeña enfrenta serios problemas para acceder a servicios de salud básicos, una situación agravada por los recortes en hospitales públicos.
Otro tema central abordado por el laboratorio es el crecimiento de la economía informal en el Gran San Salvador de Jujuy y Palpalá. Fernández explicó que, aunque este fenómeno fue constante desde la década de 1970, su complejidad no está completamente reflejada en las estadísticas oficiales. Explicó que la economía informal no solo abarca a quienes no aportan a fondos previsionales, sino también a una gran diversidad de estrategias de supervivencia, que incluyen trabajos cuentapropistas y actividades no reguladas.
Del laboratorio también forma parte la investigadora Andrea López quien vinculó sus estudios sobre género con la economía informal, mientras que la vicerrectora de la Unju, Liliana Bergesio, lleva años analizando este fenómeno en Jujuy, con publicaciones que destacan la importancia de entender su impacto.
Uno de los hallazgos más impactantes de los informes es el alto nivel de pobreza infantil en la provincia, que supera el 70%. Fernández advirtió que esta situación puede tener consecuencias irreversibles en el desarrollo cognitivo de los niños, si no reciben los nutrientes básicos durante los primeros años de su vida, por lo que estimó que es importante implementar políticas públicas que mitiguen esta crisis al entender que podría estar en juego el desarrollo de toda una generación.
Además explicó que el Laboratorio Quipu busca convertirse en un referente regional para el análisis de datos sociales y culturales, con la aspiración de brindar herramientas útiles tanto para el diseño de políticas públicas como para iniciativas privadas. Además, pretenden generar comparaciones con otras regiones del país y fomentar un debate público informado. "Queremos ser una especie de observatorio que ofrezca respuestas objetivas y promueva el conocimiento ciudadano sobre los temas que afectan a nuestra sociedad", concluyó Fernández, destacando la importancia de integrar las ciencias sociales en la formulación de soluciones a los problemas estructurales de la provincia.
Los interesados en profundizar en los informes, pueden consultar en la página oficial del Cisor, www.cisor.conicet.gov.ar
El 54% de los hogares rurales bajo la línea de la pobreza
El reciente informe sobre la pobreza monetaria en Jujuy, presentado por la Unidad Ejecutora de Ciencias Sociales Regionales y Humanidades (UE Cisor) de la Unju y Conicet, revela datos preocupantes sobre las desigualdades económicas en la provincia. Se trata de uno de los trabajos expuestos, cuyo estudio está basado en indicadores clave del último año, y ofrece un panorama alarmante sobre el impacto de la pobreza en distintos sectores sociales y territoriales.
Uno de los puntos más destacados del informe es la brecha de desigualdad territorial. Según los datos, el 54% de los hogares en áreas rurales se encuentra bajo la línea de pobreza, en comparación con el 23% de los hogares urbanos. Esta cifra destaca cómo el acceso a recursos y oportunidades económicas sigue siendo marcadamente desigual entre la ciudad y el campo. La situación se agrava al observar que el 93% de los hogares más pobres tiene dificultades para cubrir necesidades básicas como alimentación, vivienda y servicios. Esto refuerza el círculo vicioso de la pobreza estructural, donde la falta de recursos impide la mejora de condiciones a largo plazo.
El informe también pone el foco en los grupos poblacionales más afectados por la pobreza. Las familias con niños y adolescentes presentan los niveles más altos de privaciones monetarias, evidenciando un impacto directo sobre las futuras generaciones. Esta realidad destaca la urgencia de implementar políticas públicas enfocadas en la infancia, que no solo alivian la pobreza en el presente, sino que previenen su perpetuación. Estos datos reflejan un desafío profundo para Jujuy, combatir la pobreza no solo desde la perspectiva económica, sino también desde una mirada integral que considera factores sociales, culturales y territoriales. La necesidad de una redistribución equitativa de recursos, junto con políticas de inclusión laboral y educativa, se presenta como una de las principales tareas para el futuro inmediato.
Educación
Federico Fernández explicó que un dato positivo identificado en los informes es el papel de la educación terciaria y universitaria como mecanismo de movilidad social.
Entiende que quienes alcanzan niveles educativos superiores tienen mayores probabilidades de acceder a empleos formales y mejores remunerados. Sin embargo, advirtió que esto no resuelve el problema estructural de la pobreza, aunque representa una de las pocas apuestas efectivas para mejorar las condiciones de vida de la población.
“El acceso a la educación sigue siendo un factor clave de ascenso social, y muchos de los egresados universitarios son los primeros en sus familias en alcanzar este logro, algo que yo mismo viví”, dijo Fernández.
