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27 de Julio,  Jujuy, Argentina
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Experimentando el teatro desde la labor e integración

Carlos Horacio Calderón, un apasionado del arte y la poesía. Compartió su historia de vida e inclusión.
Martes, 10 de diciembre de 2024 00:00
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Hace del teatro el motor de su vida y encuentra en cada día el entusiasmo por seguir creciendo en esta disciplina artística, formando parte del grupo de teatro danza donde se siente un integrante más desde lo más profundo de su ser.

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Hace del teatro el motor de su vida y encuentra en cada día el entusiasmo por seguir creciendo en esta disciplina artística, formando parte del grupo de teatro danza donde se siente un integrante más desde lo más profundo de su ser.

La historia de Carlos Horacio Calderón se resume en una gran lucha por ser comprendido, sin dejar de lado su evolución como persona, sorteando diferentes obstáculos, pero siempre portando la bandera de la inclusión para lograrlo.

"Yo me acuerdo que cuando era chiquito mi primera escuela fue Appace. Vivía en el barrio Belgrano e iba a la guardería, después me fui a la Escuela 1 'General Manuel Belgrano'. Hice jardín, pasé a primer grado, me quedé de grado dos veces porque, además, era terrible porque le pedía el borrador a la maestra del otro grado y lo tiraba por el inodoro", expresó Calderón.

Luego de conocer el motivo de su conducta y de revelar que precisaba otra enseñanza, Calderón fue inscripto en la Escuela Especial de Integración 3 "Santa María Eufrasia Pelletier", que entonces estaba ubicada en el barrio Los Naranjos.

"Ahí cursé hasta quinto grado, se dieron cuenta que yo tenía retraso madurativo. Y entonces me dijeron que la solución era que tenía que estar a la par de personas con mi mismo nivel intelectual de personas como yo. Me hicieron hacer la integración escolar con la Escuela 388 'General Juan Galo Lavalle' y fue bueno, aprendí bastante", indicó quien hoy tiene cuarenta años.

Pero en aquel momento, cuando tenía quince o dieciséis años finalizó el nivel primario.

CARLOS HORACIO CALDERÓN | SU AMOR INFINITO POR EL TEATRO.

Una vida llena de actividades, comenzó a transitar porque pensó que era mejor la experiencia desde el ámbito laboral y lavó autos o cortó el pasto para ganarse la vida.

"Mi mamá me había preguntado si quería seguir estudiando en la secundaria pero elegí trabajar por un tiempo. Luego fui a Areni por cinco años. En ese tiempo mi papá había fallecido y quedé con mi mamá. Siempre se movió conmigo, mi papá nunca estaba. Soy de la idea que la palabra mamá se escribe con mayúscula y la palabra papá, con minúscula", reflexionó este hombre de teatro y poeta.

Y es que casi siempre, son las madres quienes se sacrifican más por los hijos. "Reconozco cómo es la maternidad. No digo que no haya padres que no lo hagan, pero generalmente las mamás son las que se encargan de sus hijos", explicó Calderón que se desempeñó en el Conet durante el año 2000, haciendo mantenimiento de edificio.

"Con el paso del tiempo, en el 2009, tenía justamente veinticuatro años y decido hacer el secundario. No sabía a qué secundario iba a ir y entonces como tengo dos hermanos mayores más, fui a la Escuela Provincial de Comercio 3 'José Manuel Estrada'", indicó Calderón, describiendo que -en su mayoría- eran jóvenes y en ese momento era el de más edad de todo el grupo.

"Pensaba que iba a encontrar personas de mi edad, pero eran adolescentes. Ellos me integraban a los cumpleaños y en primer año iba de camisa y corbata me sacaba 8 o 7; después iba de pantalón y remera y; al último, iba de jean, remera y zapatillas", recordó.

En tanto que su inclusión fue positiva porque para el año 2015 culminó sus estudios. Paralelamente, conoció el ambiente artístico y en 2016 ingresó a la Escuela de Teatro "Tito Guerra", donde su profesor de teatro dictaba clases en Areni, entonces la confianza no faltó.

"Con el tiempo, conocí al profesor Rubén Luna que también es de danza y nos hicimos buenos amigos, cuando él hace alguna obra de teatro me llama y actualmente participo en su grupo de teatro llamado Danza Libre con la obra "Aroma a tiempo", dijo con orgullo.

 

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