Cuando el calendario de noviembre de 1995 deshojaba su décimo primer día se apagaba la vida terrenal de una de las grandes personalidades que tuvo el pueblo de San Pedro, monseñor Sixto Villoldo, quien por casi 40 años fue guía espiritual de la feligresía católica en los departamentos de San Pedro y Santa Bárbara.
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Cuando el calendario de noviembre de 1995 deshojaba su décimo primer día se apagaba la vida terrenal de una de las grandes personalidades que tuvo el pueblo de San Pedro, monseñor Sixto Villoldo, quien por casi 40 años fue guía espiritual de la feligresía católica en los departamentos de San Pedro y Santa Bárbara.
Creó el grupo de Boys Scouts, la Liga de Padres, la Banda de Música Juvenil y el Coro Palestrina.
Fue el primer sacerdote ordenado en la provincia de Jujuy, y con el ímpetu de sus años jóvenes, apenas llegado a este verde solar, en marzo de 1956, fundó capillas, grutas, santuarios, instituciones importantes como Cáritas, además de la Banda de Música, el grupo Scout, entre otras que lo tuvieron como activo protagonista.
Un 11 de noviembre el pueblo perdía al pastor que supo guiarlo en la fe, que fue fiel compañía de su rebaño, y estuvo presente en todos los momentos, desde el bautismo, comunión, confirmación, matrimonio y sosteniendo en el dolor a las familias ante la muerte de un ser querido. Siempre, estuvo allí, por casi cuatro décadas. Es por eso que su nombre quedó escrito no sólo en las páginas del libro de la historia, sino en la mente y en el corazón de su pueblo, del que sólo la muerte lo separó.
Monseñor Sixto Villoldo nació el 27 de mayo de 1922, en Perico, departamento de El Carmen, en el hogar constituido por sus padres Sixto Villoldo y Catalina Torres. Sintió el llamado de Dios cuando cursaba el primer año del Colegio Nacional Belgrano de Salta, pasó al Seminario de Jujuy y en forma paralela también cursó el Bachillerato Humanístico en Salta. Luego hizo Filosofía y Teología en el Seminario de Catamarca. Fue ordenado sacerdote el 1 de diciembre de 1946 y celebró su primera misa en la Iglesia Catedral de San Salvador de Jujuy, el 8 de diciembre.
Fue el primer sacerdote ordenado en Jujuy y ocupó el cargo de secretario canciller del obispo Enrique Mühn durante diez años. Luego fue destinado a San Pedro de Jujuy y desde el 7 de marzo de 1956 se hizo cargo de la Parroquia San Pedro de Río Negro, que recibió de manos de monseñor José Gottau.
En el aspecto social se dedicó a trabajar en la conformación de Cáritas, que fue la primera de la Diócesis. Creó el grupo de los Boys Scouts y la Liga de Padres, esta última tenía como finalidad mantener la "Casa de Niño que Trabaja", que posteriormente se amplió y hoy es el Colegio "Jesús Maestro". Formó el Coro Palestrina dirigido por el maestro Joaquín Pérez Flores y fundó la Banda de Música Juvenil con los Boys Scouts.
En 1960 y en mérito a su fecunda labor en la Iglesia, el obispo lo invitó a la visita Ad- Límina, la que efectúan los obispos a Roma. En esa oportunidad, tuvo una audiencia privada con el Papa Juan XXIII, quien le dio el título de camarero secreto de su Santidad o sea monseñor.
Durante sus años de apostolado, fundó once capillas en San Pedro. En una entrevista concedida a la revista Grito Verde, señaló que en lo material se hicieron obras muy lindas y en lo espiritual sólo Dios lo sabía. "La vida de un sacerdote es, sin dudas, una vida de entrega permanente de muchos sacrificios y renuncias, pero también tiene sus recompensas y satisfacciones. . . En la vida hay luces y sombras, a veces más sombras que luces, pero tenemos que llevar nuestra cruz. Toda vocación supone sacrificios y no hay vocación fácil ni vocación difícil", expresó en aquella oportunidad.
Falleció en esta ciudad el 11 de noviembre de 1995 y un sonar de campanas anunció su partida. Sus restos fueron inhumados en el cementerio Cristo Rey y por solicitud de su feligresía, actualmente descansan en la iglesia San Pedro de Río Negro.