Cuidando el detalle de colocar cada ingrediente en el lugar y en la proporción exacta, se matizan los sabores entre sí con los aromas que invitan al buen banquete. Es que la cocina se convierte en un submundo especial, donde el festival de especias existe para resaltar elaboraciones exquisitas, todas coronadas con el amor que nunca falta para brindar lo mejor.
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Cuidando el detalle de colocar cada ingrediente en el lugar y en la proporción exacta, se matizan los sabores entre sí con los aromas que invitan al buen banquete. Es que la cocina se convierte en un submundo especial, donde el festival de especias existe para resaltar elaboraciones exquisitas, todas coronadas con el amor que nunca falta para brindar lo mejor.
Es que de propuestas tentadoras se nutre el emprendimiento de José "Nacho" Ozcariz y Ana Palavecino, quienes se animaron al desafío gastronómico hace ocho años atrás, siempre enfocados en apostar por las preparaciones de autor con una impronta única.
La idea de iniciarse en la venta de panes, simplemente fue el preámbulo de una decisión meditada en este matrimonio que avanzó hacia el desafío de ser artífice en sándwiches con un toque innovador, que los haga diferentes. "Antes trabajábamos en panadería y José -que todos conocen por 'Nacho'- se encargaba de preparar en base a su gusto, porque quería ofrecer un producto como si estuviera dispuesto para él. Nos animamos a tomar un nuevo rumbo en la parte gastronómica. Vendimos algunas cosas, sumamos unos ahorros y comenzamos a trabajar en lo artesanal", detalló Ana Palavecino, quien resaltó el desempeño como dúo tanto en lo laboral, como en la vida misma.
Como padres de tres niños, su espíritu dinámico se fue volcando hacia las recetas que fluyeron entre panes de elaboración propia con semillas de sésamo, cebollitas rehogadas para la hamburguesa o la incorporación del morrón para darle una magia distintiva; en sensaciones que cautiven a cualquier paladar. El secreto es el amor, un ingrediente del que jamás carecen los sándwiches de esencia artesanal, ni las pizzas que en más de nueve variedades, impactan a la vista por la gama de colores y el despliegue de prolijidad finamente dedicada. "Dejamos el alma en lo que hacemos. Hemos inventado el maxi de carne picada, el de asado fileteado, el de carne al horno", expresó Palavecino sin olvidarse cómo la supremacía de las "redondas", se luce en toda reunión familiar.
"Tenemos una variedad de pizzas que vamos renovando de acuerdo a lo que diga José, además preparamos lomito - pizza, mila - pizza", dijo sobre las deliciosas ofertas que salen del horno directo a compartirse en la mesa para todos. Y para complementar las preparaciones, la experiencia de los dos le da la libertad total de expresar un estilo particular a la hora de sorprender. Por ello, las salsas que acompañan resultan una caricia desde lo casero con sabor a apio, choclo, queso, ajo o roquefort.
Gracias a ese don de realizar la labor con pasión, los niños también aprenden que todo esfuerzo conduce a los frutos y colaboran desde el aliento para seguir adelante. "Nuestro emprendimiento es familiar, lo hacemos con José por nuestros hijitos de diez, ocho y cinco años", indicó Ana Palavecino que por razones de salud, ahora sólo efectúa elaboraciones a pedido. Así es como perfeccionan sus técnicas para dar la nota desde la presentación, pasando por las formas y finalizando con el sabor, sentido fundamental al momento de disfrutar de una comida hecha con el más lindo cariño.