Gimnasia sigue siendo el único de la Zona B de la Primera Nacional, porque nunca se resignó a perder el partido de ayer. No jugó bien y su rival, Estudiantes de Río Cuarto, aprovechó al máximo dos errores defensivos para casi llevarse la victoria a Córdoba.
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Gimnasia sigue siendo el único de la Zona B de la Primera Nacional, porque nunca se resignó a perder el partido de ayer. No jugó bien y su rival, Estudiantes de Río Cuarto, aprovechó al máximo dos errores defensivos para casi llevarse la victoria a Córdoba.
El equipo Matías Módolo suma ahora 37 puntos, seguido por Chacarita Juniors con 35. Después vienen Deportivo Morón y Gimnasia de Mendoza con 34 unidades respectivamente en los puestos de vanguardia.
Sin embargo defender con éxito por séptima vez el liderazgo no fue fácil ni nada por el estilo. Terminó empatando en el primer minuto adicional del complemento y fue gracias a su corazón, su actitud, su garra. No por méritos futbolísticos, porque ayer no le salieron las cosas. Buscó y buscó, pero no tuvo claridad.
En realidad, todo comenzó cuesta arriba cuando a los 4 minutos, Endrizzi se equivocó al salir del fondo, Garnerone interceptó el pase y definió con autoridad ante Milton Álvarez.
Fue un baldazo de agua, porque los hinchas que llegaron en muy buen número esperaban fiesta "albiceleste" y goles a favor.
De repente, el encuentro estaba 0-1 y había comenzar a remar ante un rival ordenado, que por momentos se defendió con los once hombres sin ponerse colorado.
Un zapatazo de fuera del área de Hugo Soria y un cabezazo del "Polaco" Menéndez que sacó sobre la línea el arquero Brian Olivera, lejos la figura de la cancha, fueron las llegadas previo al descanso.
El problema principal del "lobo" radicaba que el hecho que había una conexión fluida entre los volantes y los hombres de punta, algo que facilitó el trabajo de la dupla central Maffini-Ojeda que se cansó de despejar los centros que tiraron sobre su área.
En el segundo tiempo, Módolo apostó a mantener los titulares, buscando torcer el rumbo con quienes había elegido de entrada. Pero, Fontana aprovechó un mal despeje de Palazzo y una posición polémica -para muchos fue off side-, clavó el segundo para Estudiantes.
Por suerte, la reacción no tardó en llegar. Ojeda derribó en el área al "Vikingo" Dematei, el árbitro Lucas Cavallero cobró penal y Santiago Camacho lo cambió por gol.
El DT local movió las piezas del tablero y mandó a la cancha a toda la artillería ofensiva, con Casa, Fernández y "Pulga" Velázquez, sin sacar ni a Menéndez ni Quintana.
Y tuvo su premio, porque de tanto buscar alcanzó el empate cuando Endrizzi habilitó a Quintana, quien acomodó el balón y fusiló a Olivera. Era justo por cierto.
El "23 de Agosto" despidió a los muchachos a puro aplausos. Sucede que los simpatizantes entendieron que el equipo no jugó bien, pero dejó el alma hasta conseguir el punto que lo volvía a dejar en lo más alto de tabla.
A Gimnasia nadie le regala nada y entonces está en todo su derecho de disfrutar este momento dulce, soñando con un cierre de temporada a todas luces peleando por un ascenso.