El pasado se supera con fe, constancia y disciplina de realmente querer lograrlo. Y en eso se basó el boxeador amateur Agustín Celis que tuvo un 2025 logrando 2 títulos Sudamericanos en Perú en 66 y 64 kg con apenas un puñado de meses de integrarse al gimnasio de Brenda "Pumita" Carabajal, luego de ganarle a una juventud que se empañó con adicción y sufrimiento, propio y ajeno.
Como si fuese poco, la fuerza de voluntad hoy lo tiene al púgil de 27 años, equilibrado, respaldado por su madre, hermano, su pareja, abuelos y nuevas amistades que centraron sus objetivos personales y deportivos de continuar sumando a las 12 peleas que tiene hasta el momento, a la vez potenciar sus virtudes y recién en el momento indicado soñar con subirse al ring a defender un cinturón a nivel mundial, previa medición en el circuito provincial y nacional. Lo más próximo para el oriundo del barrio Coronel Arias de nuestra capital, es el viernes 19 del corriente mes, donde el "Zurdo" se presentará en uno de los combates de la velada boxística "Jujuy pega fuerte" y en febrero de 2026 apostando en la categoría 60 kg, buscará el tricampeonato en Ilo, Perú.
En su regreso, le comentó a diario El Tribuno de Jujuy que "este año fue bastante productivo tanto en lo personal como en lo deportivo, luego de una preparación fuerte con mi profe Brenda Carabajal y mis compañeros, empecé a pelear este año y tuve 12 peleas amateur. En julio salió la oportunidad para irme a pelear a Moquegua, Perú, en 66kg. Pudimos viajar con el profesor Hugo Lobo de Perico, todo a pulmón, recaudando la plata y gracias a Dios me fue bien en un torneo donde hubo representantes de Chile, Perú, Argentina y Bolivia. La final fue con un chico de La Paz, de mucho nivel pero pude resolver la pelea y el título de campeón sudamericano traerlo a Jujuy, el cinturón de la Asociación de Boxeo Amateur. Y en noviembre, hace días, me invitaron nuevamente en un 2º Campeonato Sudamericano donde decidí bajar de categoría y hacerlo en 64 kg. También gané y esta vez en la final ante un peruano que era muy fuerte, pero gracias al trabajo que venimos haciendo me quede con la victoria y otro cinturón".
En otro tramo confesó que "mi historia con el boxeo es de superación, ponerme objetivos diarios, antes de ingresar en este mundo deportivo, no tenía una buena vida, no era una vida ejemplar y decidí hacer boxeo para estabilizarme y estar mejor físicamente. De entrada no lo vi como una competencia, era algo recreativo en el primer año y en el gimnasio me empecé a enamorar, fui sparring de mis compañeros que ya peleaban. Eso me motivó a hacerlo yo, pero me costó mucho, porque hay chicos que nacen con el don y otros que no, en mi caso todo es disciplina, me costaba coordinar el cuerpo, es muy completo. Hasta que agarré ritmo, el primer año no peleé, fue sólo entrenamiento, ya el 2º año me entusiasmé con el aval de mi profesora me largué con 5 exhibiciones, recién después competí", sintetizó.
“Me arrepiento”
Admitió que “me arrepiento y ya pedí disculpas, no solamente a Dios sino a cada una de las personas que lastimé o mentí en mi vida pasada. Sigo enmendando todo el daño que hice. Hoy estoy en paz y estoy en un proceso de perdonarme a mi mismo, por todo lo que hice, es lo más difícil, cosas que debo trabajar”.
“El boxeo me salvó la vida”, manifestó
En plena búsqueda de un empleo formal para continuar, Celis resaltó que “mi vida cambió totalmente, hizo un giro importante, con las personas que empecé a relacionarme, deportistas, gente que estudia, trabajar y aspirar a cosas. Entonces empecé a vibrar de otra manera, soy del barrio Coronel Arias, un sector que lamentablemente está muy afectado por el consumo y las drogas. Todos mis amigos con los que me crié están mal, el domingo un amigo se me fue justamente por eso.
Yo andaba por esos pasos y el boxeo me salvó la vida y amo lo que hago hoy. También lo hizo en lo espiritual y mental, estoy bien físicamente. Hace dos años que estoy limpio, no tomo una gota de alcohol, no salgo a bailar, no me relaciono con cualquier persona y hoy soy más selectivo con mi circulo, tanto familiar como de amistades.
Eso me enseño este deporte, me motiva a cuidar mi energía”, agregando que “mi barrio es bastante conflictivo por el tema de las drogas y la inseguridad. Cuando me entrené por primera vez lo hice para traspirar todo lo que me metía en el cuerpo, pero también para saber defenderme. Tenía un compañero de la secundaria que ya era boxeador, lo veía en redes sociales y le pedí que me recomendará donde ir y comencé en el gimnasio Power Center. En ese tiempo, en un espacio dictaba boxeo el profe Gustavo Soria. La base me la dio él, después conocí a Brenda Carabajal y viajé al Luna Park a alentarla y se dio todo”.
