Desde aquel 2 de enero de 2016, transcurrieron nueve largos y tormentosos años para la familia de Cintia Elizabeth Tolaba, la menor que residía en la localidad de Santa Clara y que hasta hoy continúa desaparecida. Tenía tan sólo 15 años, cursaba sus estudios secundarios, esa noche salió de su casa para ir hasta la plaza del pueblo y jamás se supo nada de ella. Nadie la vio y nadie aportó datos que ayuden a dar con su paradero.
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Desde aquel 2 de enero de 2016, transcurrieron nueve largos y tormentosos años para la familia de Cintia Elizabeth Tolaba, la menor que residía en la localidad de Santa Clara y que hasta hoy continúa desaparecida. Tenía tan sólo 15 años, cursaba sus estudios secundarios, esa noche salió de su casa para ir hasta la plaza del pueblo y jamás se supo nada de ella. Nadie la vio y nadie aportó datos que ayuden a dar con su paradero.
En este 2025, Cintia cumplirá 25 años y el interrogante que se abrió aquella noche continúa taladrando sin piedad el corazón de sus padres.
Nunca nadie se atrevió a pensar que alguien habría atentado contra la vida de la adolescente porque la Policía no encontró su cuerpo y eso fue lo que les permitió a esos desesperados padres, mantener viva la esperanza de que su hija apareciera con vida.
Incansable fue el peregrinar de los padres de Cintia, Haide Juradillo y Aldo Ariel Tolaba, y continúan pidiendo que no dejen de buscarla, que todos los organismos relacionados con la búsqueda de personas sigan mostrando por todos los medios la foto de Cintia, para mantener esa imagen viva en la memoria.
La noche del 2 de enero de 2016, Haide, Ariel, Cintia y su pequeño hermano estaban juntos en casa, habían compartido una tarde tranquila, jugando en el piletín y preparando gelatina.
A las 22, Cintia pidió permiso a sus padres para ir hasta la plaza del pueblo, ubicada aproximadamente a 250 metros de su hogar, les dijo que estaría sólo un rato y volvía. Salió con lo puesto, no llevó el documento de identidad, sólo el celular en su mano. Vestía un pantalón corto blanco, zapatos verdes y una remera floreada y con un "ya vuelvo", miró a sus padres y salió.
"Desapareció, no volvió nunca más, nunca más le volví a ver la cara, no sé dónde está mi hija. No sé nada", había expresado la madre de Cintia en una entrevista que había mantenido con nuestro diario.
Por ese entonces, el abuelo Pablo Tolaba pidió en medio de la desesperación, que le dieran importancia al caso, que se profundice la investigación, que pasen las circulares porque no es posible que en todo ese tiempo, Cintia no se haya enfermado y no haya concurrido a ningún hospital público.
Los padres radicaron la denuncia en la Seccional 28° de Santa Clara y posteriormente la Brigada de Investigaciones de San Pedro de Jujuy, se hizo cargo de la investigación.
El fiscal José Alfredo Blanco, quien por aquel entonces se encontraba a cargo de la Fiscalía de Investigación N° 9, expresó que tras la denuncia que efectuó la madre en la Seccional 28° de Santa Clara, dispuso una serie de medidas, cumpliendo al pie de la letra con el protocolo de búsqueda, cursando notificaciones a todas las fuerzas de seguridad y organismos de control de la provincia.
Acotó que se cumplieron medidas de búsqueda en distintas localidades, como en El Fuerte, Caimancito, zona cercana a Santa Clara, incluso se había dispuesto la búsqueda con canes de la Policía de la Provincia de Jujuy, pero sin resultado positivo.
A nueve años, la desaparición de Cintia Tolaba sigue siendo un misterio, un caso sin resolver y un interrogante al que nadie le encontró respuesta.
