Un hombre de 75 años denunció haber sido víctima de agresiones y destrato por parte de un empleado municipal, quien le negó el uso del ascensor urbano debido a que se encontraba con su perro terapéutico y pese a contar con un certificado de discapacidad. Además indicó que se le niega el ingreso a diferentes espacios, como resultado del desconocimiento de leyes y ordenanzas.
inicia sesión o regístrate.
Un hombre de 75 años denunció haber sido víctima de agresiones y destrato por parte de un empleado municipal, quien le negó el uso del ascensor urbano debido a que se encontraba con su perro terapéutico y pese a contar con un certificado de discapacidad. Además indicó que se le niega el ingreso a diferentes espacios, como resultado del desconocimiento de leyes y ordenanzas.
La víctima, Santos Surguay de 75 años, manifestó a El Tribuno de Jujuy que el lamentable incidente se registró días atrás alrededor de las 20.45 en el ascensor urbano, ubicado en la intersección de las calles Iguazú y Santiago del Estero de la capital jujeña.
Fue en esas circunstancias que la víctima intentó hacer uso del servicio público, pero al estar junto a su perra terapéutica "Ñu", el encargado se lo negó.
El damnificado indicó que mostró su Certificado Único de Discapacidad y la documentación pertinente de la mascota guía, la cual lo autoriza a utilizar el servicio según la ordenanza municipal N° 7.089/2017, artículo 16.
Pese a todo ello, fue instado a retirarse y ante la negativa de la víctima, el inculpado inició un forcejeo provocando que su vestimenta se rompiera y que cayera al suelo.
"Tengo lastimaduras en los codos producto de la caída y un fuerte dolor de rodilla, puntualmente la derecha, ya que tengo un implante total de material plástico y de acero", explicó Suruguay.
Además, lamentó que "aparte de que mi vida es un suplicio por todos los problemas de salud que tengo, tenga que lidiar con este tipo de situaciones todos los días".
"Sufro discriminación y abandono de persona cada vez que intento pagar un remis o cualquier medio de transporte, o al querer ingresar a cualquier espacio público y/o privado me lo niegan", denunció.
La víctima también agregó que "es notable la falta de empatía y conocimiento de la legislación vigente, aún en empleados de estamentos de la salud o municipal que ni siquiera preguntan si la perra tiene toda su documentación".
Asimismo, mostró una denuncia radicada en la Seccional 30° en octubre de 2024, momento en que subió a un colectivo de línea urbana, pero el chofer se percató que tenía a su perra terapéutica y lo obligó a descender.
Por último, "solicito que se cumplan las leyes y ordenanzas vigentes, mi perra está en regla para transitar, tiene certificado de entrenamiento básico y otro otorgado por el Colegio de Veterinarios en Senasa. Mi perrita me acompaña todo el día, pero no puedo acceder a servicios básicos debido a su desconocimiento (por las leyes)".
