A las empresas multinacionales las miramos como si fueran seres superiores que vienen a explotar el recurso natural y luego se van sin dejar beneficios y con problemas ambientales y pareciera que el pueblo argentino no puede reaccionar ante el supuesto de semejante depredación. Se habla de corrupción, connivencia de las empresas con funcionarios y políticos, hasta ahora difícil de comprobar.
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A las empresas multinacionales las miramos como si fueran seres superiores que vienen a explotar el recurso natural y luego se van sin dejar beneficios y con problemas ambientales y pareciera que el pueblo argentino no puede reaccionar ante el supuesto de semejante depredación. Se habla de corrupción, connivencia de las empresas con funcionarios y políticos, hasta ahora difícil de comprobar.
Las empresas internacionales que vienen al país no dicen "voy a Argentina a explotar sus recursos y me voy". Ellos hacen trabajos de inteligencia para establecerse en algún país y cuando tienen decidido, hablan con las autoridades para informar sus intenciones de explotación de minerales y las inversiones que realizarán. Si el gobierno está de acuerdo, inician los trámites legales para comenzar la explotación según las leyes que les exige el Estado.
Las empresas cuando vienen a instalarse en el país, con seguridad, no deben pensar que vienen a sacar de la pobreza a los pueblos. Vienen a ganar dinero porque ese es el objetivo de cualquier empresa, incluyendo las multinacionales.
Después cuando están instaladas, por la naturaleza propia del proyecto, comienzan con diferentes actividades, por ejemplo realizan los trabajos de responsabilidad social con comunidades indígenas que están próximas al proyecto, incorporando empresas o personas que prestan servicios, contratistas, entre otros, es decir, las comunidades tienen prioridad.
El beneficio del famoso derrame ciertamente le llega a una gran cantidad de personas, pymes, profesionales, técnicos de diferentes regiones del país.
Por otra parte, la empresa ingresa a una propiedad cuando tiene la conformidad de las comunidades y autorización del Gobierno. Es decir, en la provincia no existe ninguna empresa instalada sin los trámites correspondientes y la autorización respectiva.
Por supuesto que es necesario brindar a las empresas seguridad jurídica, incentivos para que puedan cumplir con los objetivos, entre otros. Si analizamos la situación de las mineras desde otra perspectiva, indudablemente existen dudas. Estas dudas generan desconfianza en gran parte de la población, y tienen razón. Porque existen reclamos no resueltos que se reiteran siempre, por ejemplo cierre de minas, humedales, código minero, regalías, por ejemplo, la empresa minera informa de la medición de caudales de agua utilizados, pero, ¿quién controla? La empresa informa de los minerales exportados, pero, ¿quién controla? Seguramente existen más temas para cuestionar.
Hasta aquí, podemos ver que las empresas cumplen con las leyes existentes. Por lo tanto, no son la empresa que vienen a saquear los recursos naturales o vendernos espejitos de colores. Nuestras autoridades, legisladores, profesionales, distintas organizaciones son responsables, porque pueden analizar, aportar y emitir legislación que falta o mejorar las existentes y de ese modo sería posible, si es necesario, mejorar las condiciones para hacer un buen negocio con nuestros recursos naturales.
Cualquier empresa cumple con las normativas existentes, pero si ven algún espacio que no está cubierto por una legislación, entran por ahí. Esto ocurre en empresas de este país o de cualquier lugar en el mundo.
Por otra parte, no podemos cuestionar a los profesionales y técnicos argentinos que cubren cargos desde gerenciales hacia abajo, que no piensan si son empresas extranjeras o nacionales. Trabajan aplicando lo mejor de sus conocimientos, para que las empresas funcionen con eficacia, como en cualquier trabajo. Ellos no son los que deben hacer correcciones legales si hace falta, trabajan en una empresa en donde brindan sus servicios y les pagan por eso, así de simple.