Encontrar adjetivos que respondan a tamaña alusión es casi una misión imposible porque significa una contestación que excede a la razón. Muy bien lo enriquecía Blas Pascal: "El corazón tiene razones que la razón desconoce".
inicia sesión o regístrate.
Encontrar adjetivos que respondan a tamaña alusión es casi una misión imposible porque significa una contestación que excede a la razón. Muy bien lo enriquecía Blas Pascal: "El corazón tiene razones que la razón desconoce".
Pero sin dudas calificaría de comienzo a final al mayor de los amores y eso no entra en ninguna dimensión ni consideración. Se ama y punto.
Entonces qué podríamos agregar sobre íQué significan los hijos! Quizás decir "mucho y todo" suene apropiado, no obstante que aún nos suene a poco.
Es que entre otras cuestiones "son" nuestra prolongación en el tiempo y espacio y cuando crecen, sus formas y maneras traen recuerdos de lo que algún día fuimos. Lo cual no significa obsesión, ni pretender coartar la libertad de los hijos en tal función, sí intentar una aproximación a tan bella obra de Dios.
Desde un ángulo humano filosófico digamos que los hijos son el regalo más grande que la vida puede brindarnos y nos habilita en el aprendizaje de lo que realmente es el amor verdadero. Por eso la afirmación de infinito e incondicional. No sabe de postergaciones ni fronteras, es tan solo amarlos y amarlos y volver a amarlos tantas veces como sea posible y se piense en ellos. Es decir "siempre", en toda circunstancia y lugar. A tal punto es así que alguien dijo acertadamente: "Ámame cuando menos lo merezca que es cuando más lo necesito".
Sin dudas, es nuestro mayor bien y está en dificultades, cuanto más grande sea la misma más grande debe ser la cercanía, los padres no pueden estar ausentes sino a su lado. Si con un amigo se está, mucho más con un hijo que apremiado necesita ayuda.
El secreto es conocer a los hijos, sus fortalezas y debilidades, para ello tenemos que "estar" en cuerpo y alma, actitud que favorece el diálogo amable, sincero, impostergable, ínunca acusador! Sí de comprensión y afecto.
Gabriela Mitral dejó en sus versos una síntesis perfecta de lo que significa un hijo. "Porque duermas, hijo mío, el camino enmudeció: nadie gime sino el río; nada existe sino yo. Se anegó de niebla el llano. Se encogió el suspiro azul. Se ha posado como mano sobre el mundo la quietud. Yo no solo fui meciendo a mi niño en mi cantar: a la tierra iba durmiendo el vaivén del acunar...". Conceptos poéticos que refuerzan y recuerdan de "qué es" verdaderamente lo más importante para cualquier ser humano. Sí procurar que los hijos crezcan en un huerto de amor que los padres habitualmente protegen y alimentan aún a costa de sus vidas. Riegan sin descuidos con palabras y hechos nacidos en el corazón, cargados de cariño, sin olvidar recrear con frases que confortan como: "íQué orgulloso estoy de ti!", "íSiempre voy a estar aquí para lo que necesites!, o indagando si se lo ve contrariado: "¿Te pasa algo?", "íSi quieres puedes contarme!". Todo un lenguaje corporizado y personalizado que le dice cuán importante es para sus padres y para la familia. Actitud que ayuda al crecimiento en autoestima y respeto hacia sí mismo.
Esto que a continuación canto sobre los hijos me nace en el corazón y con ustedes lo comparto. "íPor qué lloras hijo mío, que tan fuerte es tu dolor, ven y cuéntame tus pesares, tus conflictos, tus tristezas!". Que la luz siempre pasa por casa y su fragancia impregna de amor. La calle que tú transitas es la vida con su esquina y escuela sin recreos que no espera más que hoy. Pero no desesperes, que cada día majestuoso sale el sol. Si tropiezas no receles, a tu lado está el Señor que presuroso te levanta y anima en la aflicción. íSolo tenlo en cuenta!, es necesario, que el sendero es algo largo, a veces triste. "Ese" amigo fiel compañero y razón siempre está. Su nombre es Jesús.
