Por DOCTOR OSCAR JUÁREZ
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Por DOCTOR OSCAR JUÁREZ
La pornografía es la descripción o representación de escenas de actividad sexual que conlleva a la autosatisfacción a través de la masturbación, lo cual vuelve adictivo en la mayoría de personas, aun personas mayores, pero sobre todo lo vemos en los jóvenes. El consumo de pornografía se volvió una adicción, y como toda adicción, genera consecuencias.
1- Adicción: en la palabra adicción, "a" significa "no", y "dicción" significa "habla", por lo que una persona adicta es aquella que no habla sus problemas, le cuesta hablar este tema, y se volvió un tabú en muchas familias, pero resulta más que necesario hablarlo para poder ser libre de esta adicción.
2- Culpa: en un cristiano o incluso alguien que no conoce de Dios, le provoca un sentimiento de culpa, impuro, indigno. Romanos 1:24 dice: "Por consiguiente, Dios los entregó a la impureza en la lujuria de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos".
La culpa no viene de Dios, Dios jamás te va a hacer sentir culpable, lo que Dios trae a tu vida y a tu corazón es arrepentimiento. ¿Qué es el arrepentimiento? Dejar de hacer lo que venía haciendo. La culpa solo te señala, pero el arrepentimiento te permite cambiar, y eso solo lo puede hacer el Espíritu Santo.
3- Soledad: provoca que me aísle del mundo, que no quiera tomar contacto con la realidad, provocando muchos sentimientos de soledad en una vida.
4- Perversión sexual: tanto mis pensamientos, como mis actitudes, son hipersexualizadas, no puedo pensar en una mujer sin codiciarla de manera sexual. Jesús muy sabiamente ya nos advertía y dijo en Mateo 5:28 "Pero yo os digo que cualquiera que mira a una mujer para codiciarla, ya adulteró con ella en su corazón".
Ahora, debemos ir siempre a la raíz de los problemas para solucionarlo. Para algunas personas es producto de su frustración, de que no le salgan las cosas como ellos quieren, encuentran un refugio, un momento de satisfacción momentáneo en la pornografía, otros producto de abusos que sufrieron, entre otros motivos.
La gran pregunta es ¿cómo ser libre de esta adicción? El primer paso es reconocer mi problema, cuando uno reconoce, es cuando puede trabajar en el problema para resolverlo, un segundo paso hablarlo con un profesional o una autoridad espiritual y el tercer consejo que doy, es que cuando lo intentas con tus fuerzas nunca podrás, porque dice la palabra "Bastate mi gracia, porque mi poder se perfecciona en tu debilidad" cuando reconozco que soy débil, entonces Dios se hace fuerte sabiendo una cosa" 1Juan 1:9. "Si confesamos nuestros pecados, Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad". No hay pecado que Dios no pueda perdonar, no hay adicción que Dios no nos pueda liberar, porque Jesús quiso que tuviéramos una sexualidad sana, y que vivas una vida libre en él.
La Fundación Luz de Vida agradece al doctor Oscar Juárez, de Santiago del Estero, por este valioso artículo. La Fundación trabaja fuertemente en "educar, prevenir y restaurar" a través de escuela para padres, talleres, consejería y grupos terapéuticos llamados "Grupos de luz". Contáctenos en J. Newbery 508. Comuníquese al 388-4479595, o ingrese a nuestra página de Facebook e Instagram como Fundación Luz de Vida. íEstamos para ayudarles!