El artículo de hoy quisiera que sea una carta a quienes tienen en sus manos el poder de cambiar la dirección de su pueblo y de su descendencia. No vengo del mundo de la política partidaria. De pequeña me pareció que era un No lugar. Sin embargo, la vida fluye y me invita a nuevos escenarios.
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El artículo de hoy quisiera que sea una carta a quienes tienen en sus manos el poder de cambiar la dirección de su pueblo y de su descendencia. No vengo del mundo de la política partidaria. De pequeña me pareció que era un No lugar. Sin embargo, la vida fluye y me invita a nuevos escenarios.
En mi juventud, leí Lincoln El desconocido, de Dale Carnegie; fue una inspiración en mi vida. Y me ha marcado, porque siempre me ha impactado el dolor y el sufrimiento, las ausencias de libertades, la esclavitud. Creo que ellas, las esclavitudes, aún no se han abolido.
Creo que vivimos en una sociedad que aún tiene muchas cadenas que romper y que aún hay voces por sacar, por escuchar, por gritar libertad, libertad, libertad. Por otro lado, "Un esclavo no sueña con la libertad sino con un esclavo que poseer", Cicerón. Que fuerte esta frase. En ella podemos visibilizar, que quien somete ni es tan poderoso, ni es tan libre. Tener poder no es ser poderosos. Porque las ansias de poder sin límite, son voracidad que nunca se sacian.
Erradicar la violencia en todos los órdenes, debiese ser agenda política de todo gobierno y de cada casa. No debiese tener partido político o religión. La construcción de bienestar es el contexto en el que se puede proyectar una vida humana. Aún hoy, vivimos en estado de sobrevivencia, en estado de alerta de lucha.
No se calla solo a las mujeres, o se las deja sin lugar; matan y se niegan a sí mismos la energía femenina. Se callan a sí mismos, se depredan.
El mundo no puede ser la caricatura de Pinki y cerebro. Una rata que ansía el poder y otra que por no estar sola sigue. Y como en todos los tiempos, nunca ha faltado el flautista de Hamelin. Encantadores, vidas de ilusiones, correr tras zanahorias. Confundir el tener con el ser.
Antohny de Mello decía sufren porque están dormidos. Quienes someten están dormidos. Quienes son sometidos necesitan despertar. Ese despertar no es desde la lucha, es desde la construcción, desde la red, desde el respeto por lo masculino y lo femenino como energías.
¿Qué se vulnera cuando se vulnera: la dignidad, la voz, los derechos de un hombre o mujer? Desde lo arcaico, ancestral, biológico, energético: ¿Qué representa lo femenino? ¿Qué pasa cuando se depreda lo femenino? ¿Cuál es la estructura de la violencia? ¿Cuáles son los contextos generadores de violencia? ¿Cuál es la función de la política? ¿De qué política hablamos cuando se anulan lugares o se invisibiliza?
Hablar de violencia hacia la mujer es un montón, pero hablar de violencia en política contra las mujeres es aún un agravio mayor, porque en teoría no estamos hablando de personas incultas.
¿Qué se vulnera cuando se vulnera la democracia, la igualdad de oportunidades, la mirada de las mujeres?
Se vulnera la estructura de la sociedad, el destino. Las mujeres aportan al mundo una misión, visión y valores, que deviene de la esencia que las habita. Somos las mujeres las que sostenemos en generar los hogares, las campañas de udes, los trabajos, las empresas, somos nosotras las que acompañamos a hombres, mujeres y niños.
Vivimos políticas de discursos, igual que en los ciclos de la violencia en las parejas y con una cultura que se envuelve con lo que le dicen, e ignoran lo que se hace; y que cuando no se ignora y se denuncia, aun no se escucha donde debe escucharse.
Las verdaderas políticas se alinean a la coherencia, a la ética. Palabras y acción siguen una dirección, respondiendo a un propósito mayor a los egoísmos particulares, o ideologías.
¿Qué sociedad quieren construir hoy? ¿Qué sociedad quieren dejar a sus hijos? ¿Quiénes se suman al compromiso? ¿Pueden hacer públicos los compromisos? ¿Podrá volver a tener valor la palabra? ¿Por qué gobernantes y el pueblo pueden peregrinar por la Virgen del Rosario y luego vulnerar la mujer, lo femenino?
Creo que es posible construir culturas sanas, de bienestar.
¿Quién se suma a este compromiso?
Quiero traer antes de terminar, el relato previo al éxodo hebreo. Un pueblo que vivía esclavo en Egipto, un líder desterrado al desierto con pocas habilidades oratorias, que pasó de la casta al olvido. Dios le pregunta: ¿Qué tienes en tus manos? Extiéndela. Y Moisés extiende su vara, su apoyo; y al hacerlo se transforma en una serpiente.
Podría haberse transformado en cualquier otra cosa. No creo que sea una casualidad esta transformación. En salud el símbolo es la vara de Esculapio. En la práctica del yoga kundalini el poder de la serpiente se encuentra enroscada en la base de la columna vertebral desde el nacimiento. El hecho de estar enroscada indica que es una energía potencial.
Se podría pensar la columna como energía masculina y la serpiente como energía femenina. Así funciona la vida. Romper el equilibrio, es rompernos a nosotros mismos.
¿Qué tienes tú en tus manos? Extiéndela, hoy es el tiempo. El mar se abre paso a paso, sólo es necesario estar cansado de la esclavitud. La esclavitud no es sólo del que está sometido o limitado, también lo es el ciego que es incapaz de ver y reconocerse como parte y reconocer al otro como parte.
Paso ahora un lugar más técnico. Para el que pueda ver que vea y el que puede oír que oiga.
Aquí algunas medidas esenciales para erradicar la violencia contra las mujeres en la política, para lo cual se requiere un enfoque integral que pueda ir a las raíces culturales y a las barreras estructurales.
Legislación robusta y su implementación efectiva; Educación y cambio cultural; Fortalecimiento del liderazgo femenino; Inclusión y paridad de género en los partidos; Medios de comunicación responsables; Uso estratégico de las tecnologías digitales; Monitoreo y rendición de cuentas.
La clave radica en una transformación cultural y estructural simultánea que reconozca y valore el papel de las mujeres como agentes de cambio en la política.
Inicie el texto de hoy con: "El artículo de hoy quisiera sea una carta a quienes tienen en sus manos el poder de cambiar la dirección de su pueblo y de su descendencia". Tú tienes un poder. ¿Qué harás con él?
Cierro con esta reflexión, llamándote a ti; célula de esta sociedad. Porque nuestro sistema inmunitario como sociedad depende del reconocimiento, de la sana alimentación, de un funcionamiento sin bloqueos; porque cuando en un sistema una célula ataca a otra, quedamos frente a una enfermedad autoinmune. La destrucción no es sólo al otro. Es al mismo organismo.
Una sociedad que no reconoce el valor, el aporte de lo femenino, que desconoce la pertenencia y no le da un lugar. Donde ve lo propio como extraño, donde la distorsión y los temas no resueltos imperan; no queda más que dolor, sufrimiento y pobreza.
Y así como en lo clínico, en el alma, para sanar las enfermedades autoinmunes es necesario poder reducir la inflamación y calmar las respuestas hiperactivas.
Necesitamos volver a la conciencia, salir del miedo, del ataque, de las opresiones.
La clave es poder reestablecer los órdenes y que todos podamos reconocernos como parte de un todo.
¿Qué mundo construirás?
