Recordar a Don Leopoldo Abán, es recordar a Domingo Zerpa en su "Romance del Amigo… y es celebrar su nacimiento en Abra Pampa, el 15 de noviembre de 1910. Nace en el año del Centenario de la Revolución de mayo y muere en el día de la batalla de La Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre, pero de 2001. Estas fechas, como símbolos para su vida de lucha; eligió el camino de las letras como su amigo Zerpa, pero no llegó a tener su formación, el mismo Abán nos cuenta en una carta (publicada en Capricornio nº 9 -nov.1993): "A la Escritora Susana Aguiar", quien intituló: Carta del Escritor Leopoldo Abán - Historiador de la Quebrada y de su Patria Puneña: lunes de noviembre, puro sol, mañana provinciana, pero con cuerda de ciudad saltarina. El apuro por saldar impuestos me llevó a un banco céntrico, donde me encuentro con un amigo de figura señorial, Don Lepoldo Abán, el que me sorprendió por ser directo y locuaz y me llevó sin darme cuenta a una charla de historia y de poesía, sin acordarnos que una ventanilla nos esperaba para cobrar. En minutos y como un rosario, la historia larga y bella de Don Leopoldo se desgranó y su pueblo de Abra Pampa se me presentó en imágenes sucesivas.
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Recordar a Don Leopoldo Abán, es recordar a Domingo Zerpa en su "Romance del Amigo… y es celebrar su nacimiento en Abra Pampa, el 15 de noviembre de 1910. Nace en el año del Centenario de la Revolución de mayo y muere en el día de la batalla de La Vuelta de Obligado, el 20 de noviembre, pero de 2001. Estas fechas, como símbolos para su vida de lucha; eligió el camino de las letras como su amigo Zerpa, pero no llegó a tener su formación, el mismo Abán nos cuenta en una carta (publicada en Capricornio nº 9 -nov.1993): "A la Escritora Susana Aguiar", quien intituló: Carta del Escritor Leopoldo Abán - Historiador de la Quebrada y de su Patria Puneña: lunes de noviembre, puro sol, mañana provinciana, pero con cuerda de ciudad saltarina. El apuro por saldar impuestos me llevó a un banco céntrico, donde me encuentro con un amigo de figura señorial, Don Lepoldo Abán, el que me sorprendió por ser directo y locuaz y me llevó sin darme cuenta a una charla de historia y de poesía, sin acordarnos que una ventanilla nos esperaba para cobrar. En minutos y como un rosario, la historia larga y bella de Don Leopoldo se desgranó y su pueblo de Abra Pampa se me presentó en imágenes sucesivas.
Don Leopoldo, todo vigor, toda perseverancia me subrayó la Puna, sus inquietudes y sus esperanzas y yo creí tocar el cielo con las manos, porque sentí y comprendí que los seres más sabios, más reconocidos, lo son no sólo por sus obras, sino por su humildad…
Sra. Susana Aguiar: "me honro en remitirle, incluso, las fotocopias que corresponden a mi agotado folletito "Humahuaca, esbozo histórico"; rogándole al respecto quiera tener a bien de simular las fallas que notara en este humilde opúsculo, teniendo en cuenta que mis estudios se reducen a los que posibilitó la escuelita de mi pueblo de Abra Pampa...".
Ahora, si con el correr de los años me atreví a incursionar -sin ser del oficio- en el delicado mundo de la literatura, fue por el impulso nativista de exaltar mediante la prensa y el libro la vida de los pueblos de la Quebrada de Humahuaca y Puna Jujeña, tierras tan cercanas a mi sangre y a mi corazón y con pergaminos que no solamente honran a sus hijos, sino a la Patria toda: halago que desgraciadamente no les ha servido para salir del empozamiento económico y social, en él se debaten: deuda imprescriptible que algún día será reparada y será entonces cuando estos provincianos se encolumnen en una marcha con coplas y serenatas hacia la aurora de un nuevo amanecer; cumplimiento al que no tendré la dicha de verlo dado mis 83 años, pero tengo fe en Dios y la Pachamama, porque este acontecimiento humano y argentino suceda lo antes posible.
Hay saludos y una nota que dice: Quizás, abusándome de su gentileza y, como remate de mis preocupaciones por sentar en forma documentada la historia provinciana: "complázcome en hacerle saber que me encuentro en los finales por formular un Álbum Evocativo por cada uno de nuestros pueblos, tal como podrá ver en la carta que oportunamente dirigí al señor Gobernador..."
Don Leopoldo Abán ejerció diversos cargos públicos, como Juez de paz en Cochinoca; director de la escuela de Quichagua; diputado provincial, en varios periodos y ocupó la Vicepresidencia primera en la Legislatura de la provincia. Como escritor historiador tiene muchas publicaciones. Comenzó con "Un hijo de la Puna frente al mandato de su tierra" (1940). Recibió por su labor: premio de Arte y Letras (1998), Municipalidad de San Salvador de Jujuy lo nombra Ciudadano Ilustre (1987), y en este año el gobierno provincial le concede, junto a nueve Escritores, una asignación que no llegó a cumplir.
La Sade Filial Jujuy lo nombra Socio Honorario en 1997. Participó como actor en la película "La deuda interna" dirigida por Miguel A. Pereira (h) la que recibió importantes comentarios del medio provincial.
Su amigo dilecto, Domingo Zerpa, le escribió un poema que tituló "Romance del amigo Leopoldo Abán". Con una sensibilidad de verdadero alfarero de las letras, le entregó a su amigo de la infancia un dibujo sostenido de afectos, hasta el día de una separación, donde la vida lo llevó al Poeta por lejanos rumbos y al Amigo lo dejó con una soledad más grande que la de la propia tierra. Por eso le dijo: … "Un día nos separamos/ tuvo que llegar el día, / me vine peñas abajo;/ él se quedó siempre arriba. / La tierra se hizo papel / los años se hicieron tinta; / cada carta de sus manos / eran manos que traían / cogollos de estrellas altas / aromas de rica-rica; / lo que no estaba en las letras / se adivinaba entre líneas; / Rinconada, Casabindo; / Miraflores, Lagunillas… / Toda la Puna en sus cartas / como un corazón se abría! // Si tales bienes me han dado, bien está que yo le diga: / Leopoldo, cuando me muera / tiéndeme una alcantarilla / desde el umbral de tu casa / hasta la azul lejanía, / que entre la vida y la muerte/ o entre la muerte y la vida/ no hay otro puente mejor/ que ese de la mano amiga."
Foto: Abán junto a Domingo Zerpa y Félix Infante (a su derecha), y Dora Tregini, Jorge Albarracín (presidente de Sade en ese momento) y Marcos Paz (a su izquierda), cuando fueron designados socios honorarios de la entidad filial Jujuy.