A veces, nos encontramos en momentos de nuestra vida en los que lo que soñamos, aquello que anhelamos, simplemente no se cumple. Las expectativas que hemos creado sobre lo que pudo ser, sobre lo que habríamos querido que sucediera, comienzan a pesar en nuestra mente y en nuestro corazón.
inicia sesión o regístrate.
A veces, nos encontramos en momentos de nuestra vida en los que lo que soñamos, aquello que anhelamos, simplemente no se cumple. Las expectativas que hemos creado sobre lo que pudo ser, sobre lo que habríamos querido que sucediera, comienzan a pesar en nuestra mente y en nuestro corazón.
Nos llenamos de pensamientos sobre lo que podría haber sido diferente, de cómo las cosas podrían haberse dado de otra manera, sí sólo. . . Y en esa cadena de suposiciones, nuestra realidad se desvanece.
Es fácil caer en la trampa de la ilusión, esa fantasía que creamos en nuestra mente sobre un futuro que nunca llegó a ser. Pero, ¿qué pasa con el presente? ¿Qué sucede con lo que sí tenemos, lo que sí hemos construido y lo que sí somos?
En muchas ocasiones, la ilusión de lo que pudo ser comienza a nublar lo que es, y poco a poco, dejamos de ver con claridad nuestra vida tal como es. Nos enfocamos tanto en las "oportunidades perdidas" que nos olvidamos de las oportunidades que tenemos hoy.
La verdad es que la vida no siempre sale como la planeamos. A veces, los sueños cambian, las circunstancias nos desafían y los caminos que imaginábamos se desvanecen frente a nuestros ojos. Pero esto no significa que no haya belleza en lo que es.
Cuando nos aferramos a lo que no fue, perdemos la capacidad de disfrutar de lo que está frente a nosotros. Nos quedamos atrapados en una versión de la realidad que no existe, y en ese proceso, sacrificamos nuestra paz, nuestra alegría y nuestra gratitud.
La realidad, con todos sus altibajos, es el único lugar donde podemos realmente vivir. Es aquí, en el ahora, donde se construyen las verdaderas oportunidades, donde florecen las relaciones y donde descubrimos nuestro verdadero ser.
Cuando permitimos que la ilusión de lo que pudo ser se disipe, abrimos espacio para la aceptación, la resiliencia y el crecimiento. Dejamos de lado los "hubiera" y "debería" para abrazar lo que es, con todos sus matices, y reconocemos que cada experiencia, cada desvío en el camino, tiene un propósito. A veces, la vida nos sorprende con regalos que no estábamos buscando, con aprendizajes que no habríamos imaginado. Y es en esos momentos, cuando soltamos la fantasía de lo que pudo ser, que encontramos una paz profunda y un sentido renovado de propósito.
Las pérdidas, los errores y los desvíos también son parte de nuestro camino, y negarlos solo nos impide ver el valor que tienen en nuestra historia. Así que hoy te invito a detenerte, a respirar y a observar tu vida con ojos nuevos. Dejá que se desvanezcan las sombras de lo que no fue, y enfocate en lo que es.
Si bien no todo ha salido como lo imaginaste, todo ha sido parte de tu viaje, y cada paso te ha llevado al lugar donde te encontrás ahora. No permitás que la ilusión de lo que pudo ser, nuble la belleza de tu realidad. Porque aquí, en este momento, está el verdadero poder, la verdadera vida. Todo lo que necesitás para seguir adelante, ya lo tenés. Sólo necesitás abrir los ojos y el corazón para verlo. Namasté. Mariposa Luna Mágica.
