El paso del tiempo es algo que simplemente no se puede detener. Los años pasan y tanto el cuerpo como la mente van cambiando. Sin embargo, una actitud saludable a lo largo de la vida puede marcar la diferencia.
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El paso del tiempo es algo que simplemente no se puede detener. Los años pasan y tanto el cuerpo como la mente van cambiando. Sin embargo, una actitud saludable a lo largo de la vida puede marcar la diferencia.
Entre todos los hábitos que se pueden tener para una vida saludable, el ejercicio es crucial para mantener el cuerpo sano. A medida que las personas envejecen, esta actividad se vuelve esporádica o hasta inexistente.
El temor de las lesiones, el cansancio, la fatiga, los problemas de salud, la pereza, entre otros factores, hacen que la población mayor no sea muy amante de la actividad física y menos de los ejercicios de fuerza. De acuerdo con los estudios, solo 9 % de las personas mayores de 75 años practican ejercicios de fuerza de forma regular.
Sin embargo, contrario a lo que se puede pensar, es muy beneficioso que las personas mayores hagan ejercicio. La National Strength and Conditioning Association (NSCA) y el American College of Sports Medicine (ACSM) recomiendan el ejercicio de fuerza para las personas de la tercera edad. Esto con el fin de mejorar su salud y prevenir enfermedades.
El ACSM recomienda que la población de 65 años en adelante le dedique de dos a cuatro veces por semana, en sesiones de media a una hora en promedio, al ejercicio y se incluyan los de fuerza.
Esta es la edad más recomendada para comenzar a hacer ejercicio
Si bien es cierto que el ejercicio es necesario para el desarrollo y el crecimiento físico, el Diario de Sevilla dice que con el paso del tiempo se ha creado un denominado “culto” en relación con el ejercicio y su vínculo estético. Esto, según expertos en comportamiento actitudinal, se podría deber a la incidencia e influencia de las redes sociales en las que hay una “concepción del cuerpo como un objeto de consumo”.
Por su parte, la revista Vogue consigna que lo que debe primar a la hora de considerar comenzar a hacer ejercicio son las ganas por cumplir metas. Por ejemplo, en el caso de varias mujeres madres, a pesar de los cambios que pueden experimentar luego de dar vida a un bebé, nunca es tarde para iniciar.
Entrenadores deportivos y de adaptación funcional señalan que no hay un momento o época exacta en la que se determine cuál es el punto de partida para comenzar en el mundo de la actividad física, pero lo que sí recalcan es que, sea cual sea la edad, debe haber un conocedor que guíe el proceso.
Por lo general, cuando una persona empieza desde muy corta edad, lo más recomendable es llevar a cabo prácticas deportivas al aire libre, como correr, trotar, montar bicicleta, etc. Luego de esto, en la adolescencia, se podría comenzar con un entrenamiento relacionado con el ejercicio y en el que el gimnasio podría ayudar.
Especialistas consignan en el Diario de Sevilla que la edad idónea para comenzar a realizar ejercicio se encuentra entre los 20 y 30 años. Sin embargo, el desarrollo del cuerpo, junto a los músculos, suele estar condicionado hasta los 18 en las mujeres y 21 en los hombres.
En ese sentido, SmartFit estima que la edad más recomendada para comenzar a hacer ejercicio es “una vez terminado el proceso de desarrollo de la pubertad”, esto significa, entre los 15 y 16 años.
De acuerdo con los entrenadores de la organización de escenarios de actividad física, a esta edad comienza el incremento de la musculatura y, por ende, el organismo se podría adaptar a una rutina de ejercicio.
No obstante, la recomendación de los expertos es que la intensidad sea media o incluso baja; esto quiere decir que los jóvenes necesitan entrenar su físico a medida de las capacidades se van logrando adquirir de manera constante, pero si hay una aceleración puede que se presenten casos con lesiones de diferente tipo.