En los Juegos Deportivos de profesionales de Ciencias Económicas del 2022, celebradas en Concordia, fuimos 4 contadores a participar en la disciplina Mountain Bike, llenos de esperanzas y ambiciones. Pero allí también surgió la idea de expandir el ciclismo hacia otras actividades que desarrolla nuestra institución.
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En los Juegos Deportivos de profesionales de Ciencias Económicas del 2022, celebradas en Concordia, fuimos 4 contadores a participar en la disciplina Mountain Bike, llenos de esperanzas y ambiciones. Pero allí también surgió la idea de expandir el ciclismo hacia otras actividades que desarrolla nuestra institución.
Al comienzo parecía una locura, pero una locura linda acompañada de ilusiones y de sueños. ¿Y cuál era esa locura?
Esa locura, dibujada en la mente de 4 contadores era unir Yavi con nuestra escuelita de Quirquinchos recorriendo 17 kilómetros desafiando a la Puna jujeña, su altura, sus vientos, su clima, pero al mismo tiempo nos regalaría toda su magia y la belleza de su paisaje.
Seguimos sumando ideas y planificando la salida. Conseguimos el apoyo de las autoridades del Consejo Profesional, sumamos coraje y entrenamiento. Acordamos salir hacia allá justamente el mismísimo día del cumpleaños de la escuelita, el 2 de junio.
Y a las 5 de la fría mañana del 2 de junio, partió la delegación del Consejo Profesional de Ciencias Económicas rumbo hacia Quirquinchos. Un camión cargado de donaciones para los chicos de nuestra escuela acompañó la delegación.
Una vez en La Quiaca fuimos hacia Radio Nacional como es costumbre, a saludar y fundamentalmente a agradecer la difícil tarea que tiene un medio radial, informar a cada rincón de esa desolada zona y enviar los saludos a la comunidad de Quirquinchos que nos estaba esperando con la misma ansiedad de siempre. Los ciclistas procedimos a cambiarnos, calentar y preparar nuestras naves. Una travesía de 17 km nos esperaba.
A las 10.30 de la mañana de un día soleado, partimos pedaleando desde Yavi, llevando todas las ganas de ver esas caritas risueñas que nos esperaban. Se nos sumaron 3 jóvenes bikers en el camino. En la localidad de Yavi nos saludó la comitiva municipal encabezada por su comisionado. Habitantes y turistas saludaban y alentaban nuestro paso. Esa era la hidratación que necesitaba nuestro corazón. Un paisaje agreste, duro, pero al mismo tiempo majestuoso, inmenso y bello nos acompañaba en cada kilómetro. De tanto en tanto una manada de curiosas vicuñas nos saludaba vivamente. Unas acercándose hasta el borde del camino y otras corriendo a la par nuestra acompañando nuestro cansancio.
Los kilómetros se iban sumando uno a uno. Al llegar a los 17 divisamos la escuelita al final de una cuesta, como escondida detrás de la capilla. En ese momento sentimos que el corazón nos explotaba no solamente del cansancio sino también de la emoción por saber que a 200 metros estaba nuestro sueño hecho realidad. Llegamos juntos al destino programado hace un año atrás. Como solo nosotros entendemos, el Deber se igualó con el Haber. Un estrecho callejón de caritas felices nos vio pasar, se colgaban de las bicis y nos miraban asombrados. Abrazos interminables, palabras de aliento y básicamente el afecto de esos niños que necesitan tanto de nosotros nos marcó para toda la vida. Llegamos después de 2 horas y prometimos que el año que viene haríamos lo mismo y quiera Dios que seamos más. Un hermoso balance con una enorme rentabilidad quedó archivado en nosotros. Quirquinchos no es un lugar cualquiera, es un pedacito de cielo en el corazón de cada graduado.