El músico, guitarrista y compositor Juan Pablo Ferreyra, oriundo de la provincia de Buenos Aires, llega a Jujuy con su Cuarteto de Guitarras, en el cual lo acompañan Iván Svaton Scurk, Youree Choi y Nahuel Almirón. Mañana a las 21 actuará en "El Tizón", con José Simón como invitado. El sábado a las 15 dictará la clínica "Ensamble de guitarra" y a las 20 será un concierto en el Capec de Tilcara.
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El músico, guitarrista y compositor Juan Pablo Ferreyra, oriundo de la provincia de Buenos Aires, llega a Jujuy con su Cuarteto de Guitarras, en el cual lo acompañan Iván Svaton Scurk, Youree Choi y Nahuel Almirón. Mañana a las 21 actuará en "El Tizón", con José Simón como invitado. El sábado a las 15 dictará la clínica "Ensamble de guitarra" y a las 20 será un concierto en el Capec de Tilcara.
¿Cómo surge la gira por el NOA?
La verdad que se sucedió una serie de hechos fortuitos, que hicieron que la gira se diera así; comienza en Salta y termina en Tilcara. Si mal no recuerdo, la misma persona que me recordó que estaba abierta la inscripción al fomento del Mercado de Industrias Culturales fue la que me pasó el contacto del Centro Andino para la Educación y la Cultura y después de un par de llamados se armó una serie de lugares posibles para tocar, allí en el NOA. Luego surgió la posibilidad de financiarlo con un subsidio. Podríamos haber ido a cualquier otra parte, pero me encantan tanto Salta como Jujuy. Fui bastante para allí acompañando a Claudio Sosa (cantor tucumano). Tengo muchos amigos en Jujuy. Fue una combinación de deseo y casualidad. Hoy estoy muy contento de que se haya dado así.
¿Formaste algún vínculo con la música de Jujuy en visitas anteriores?
Yo soy bastante estudioso de la música argentina, en la mayor extensión posible. En los viajes quizás de las cosas más hermosas que me han pasado, está el haber participado de un Enero Tilcareño, haber compartido veladas con la familia del "Kolla" Mercado, con José Simón, conocer la obra de Domingo Zerpa, pasar allí uno de los cumpleaños de Claudio, conocí un montón de músicos talentosísimos. Una de mis músicas favoritas es el bailecito. Ese ritmo, la cueca, el huayno, el carnavalito, son músicas que tengo muy arraigadas. Mis tres hijas cantan naturalmente algunos huaynos que han ido aprendiendo. La música del norte es muy magnética. Siento admiración y amor por esa música y por muchos de los músicos que he conocido.
En más de veinte años de carrera, ¿qué lugar te sienta más cómodo, la docencia, la composición, la interpretación, ser sesionista?
Yo creo que, justamente, mi brújula es la comodidad. Entonces, sea cual sea el rol que me toque cumplir hoy y el que me toque mañana, está regido por la comodidad. Si no me siento cómodo, si no siento bienestar, no es el lugar donde debo estar. Si tiene que ver con música, a mí me sienta bien. Generalmente con la música, no tengo problemas. El gran desafío está en lo que rodea a la música, llámese industria, vínculos personales, equipo de trabajo. Sin embargo, más allá del rol, haciendo música soy feliz.
¿Hay algún género que disfrutes más o sea tu caballito de batalla?
Nosotros con el cuarteto vamos a tocar, sobre todo, música argentina, la mayoría de mi autoría; ritmos argentinos, chacarera, cueca, carnavalito, milonga. Creo que ha tenido que ver, a lo largo del tiempo, con mis momentos de estudio; otras con aceptar desafíos de participar en un disco de tango, en uno de jazz. Soy muy estudioso, me dedico a escuchar y tratar de aprender a fondo las cuestiones esenciales. Me gusta el desafío, sumar experiencia. Entonces lo que he ido haciendo tuvo que ver con eso, animarme a más. Hoy por hoy, este grupo está tocando música argentina y estoy muy contento por eso. En el futuro no sé qué estaré tocando; hoy disfrutamos esto.
¿Qué evolución hay de "Crudo" (disco que editó en 2013) a "Hank y los universales" (editado en 2020)?
Creo yo que la evolución es personal. Tiene que ver más con una evolución del corazón, que va ligada a la música. Son parecidos los discos, porque son hechos casi íntegramente por mis manos. En "Crudo" me grabó alguien y yo toqué solo frente a un micrófono y eso básicamente es lo que quedó y en "Hank y los universales" estábamos en plena pandemia y yo lo grabé en mi casa, con mis medios, mi computadora, mi placa de sonido y después pedí ayuda para mezclar y masterizar. Ambos, son discos de mucha introspección. La evolución, a lo largo de estos años, tuvo que ver con muchos aspectos, no necesariamente vinculados a la música. Aspectos más espirituales, de familia, una familia más grande, un amor que no funcionaba más; aspectos más personales y no tanto desde la música. Me cuesta cuantificar en qué crecí. Me resulta mucho más visible desde lo emocional y lo vivencial que desde la música.
En lo musical, ¿hay algo que te falte hacer, que te quede pendiente?
Sí, seguramente. Siempre hay cosas. Me gustaría tener la experiencia de tocar para mucha gente. Como músico independiente estás acostumbrado a tocar en ligas menores y las veces que hemos estado con algún grupo, en un escenario grande, con sonido cuidado y la música tratada con el cariño y la inversión económica que se merece, es muy lindo. Entonces, una de las cosas que faltan (pero son muchas más) es que me gustaría estar con algunas de mis propuestas frente a mucha gente. Seguramente debe estar bueno como intercambio energético.
¿Hay algún hilo transversal en tus composiciones?
Sí, en general, escribo desde sensaciones y trato de componer siguiendo algunos conceptos. Son muy conceptuales mis composiciones. Tienen algo que fue la llama inicial y que tienen algo que las sostiene, una emoción, una sensación interna. Hay una canción que vamos a estrenar en la gira, inspirada en la masacre que hacen los gobiernos y las empresas contra los humedales y las islas del Delta del Paraná. En ese caso, a la composición la sostiene el deseo de decir algo musicalmente.
¿Qué es lo que verá el público jujeño en tu presentación?
Van a ver un cuarteto de guitarras ejecutando música instrumental. En algún momento aparece un charango. Con composiciones propias; algunas canciones conocidas como "Zamba del ángel". En general, la impronta es una sonoridad no tradicional y es un viaje por distintos ritmos, argentinos, latinoamericanos. Es un viaje al corazón de mi yo compositor. Es una música que incluye improvisación, un poco de acordes y de armonías vinculadas al jazz y la música clásica. Es una experiencia, más que shows, lo que hacemos con el grupo son experiencias.