A 28 años de su partida, la comunidad sampedreña recordó la figura de monseñor Sixto Villoldo, un hombre elegido por Dios para guiar a su pueblo en este verde solar y en parajes e incipientes poblados de los departamentos San Pedro y Santa Bárbara. Fue el primer sacerdote ordenado en Jujuy y en 1956, arribó al pueblo de San Pedro como cura párroco. Fue testigo del nacimiento de importantes instituciones, del crecimiento de toda la región y considerado por muchos como el "señor párroco", por cuanto, se constituyó en el centro y eje de la sociedad.
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A 28 años de su partida, la comunidad sampedreña recordó la figura de monseñor Sixto Villoldo, un hombre elegido por Dios para guiar a su pueblo en este verde solar y en parajes e incipientes poblados de los departamentos San Pedro y Santa Bárbara. Fue el primer sacerdote ordenado en Jujuy y en 1956, arribó al pueblo de San Pedro como cura párroco. Fue testigo del nacimiento de importantes instituciones, del crecimiento de toda la región y considerado por muchos como el "señor párroco", por cuanto, se constituyó en el centro y eje de la sociedad.
Por más de 39 años, acompañó a la feligresía católica y su fructífera siembra se vio interrumpida por un lamentable accidente. El 8 de noviembre de 1995, regresaba de la reunión del Decanato del Ramal, junto a otros dos sacerdotes, cuando en la ruta provincial N°1, se produjo un siniestro vial tras el reventón de un neumático. El vuelco, le provocó golpes internos y posterior deterioro de su salud.
Tras ser asistido, fue dado de alta el mismo día, al día siguiente hacía reposo en su domicilio y el 10, fue a oficiar misa por un amigo fallecido. El sábado 11, sintió fuertes dolores y fue internado en la entonces clínica Claverie. Nada pudieron hacer los profesionales para salvar su vida, y falleció poco antes de la medianoche del 11 de noviembre de 1995.Todavía hay quienes recuerdan el repicar de campanas del templo, anunciando la muerte de su pastor.
En medio de la tan esperada lluvia que llegó luego de una intensa sequía, todos aguardaron la llegada del cuerpo. Fue despedido con gran pesar por el pueblo, durante el velatorio realizado el domingo. Luego de una misa concelebrada por todos los sacerdotes de la Diócesis, sus restos fueron inhumados en el cementerio Cristo Rey y posteriormente, por pedido de la comunidad, fueron trasladados hasta el templo matriz y descansan en la nave lateral, a los pies del altar del Sagrado Corazón de Jesús.
Fue importante y numerosa la siembra realizada, monseñor, dejó huellas imborrables en el pueblo que amo entrañablemente. En una entrevista con la naciente revista cultural Grito Verde, dio a conocer su biografía y las obras espirituales y materiales.
Fue fundador de Cáritas, la primera de la Diócesis, de la Liga de Padres de Familia, de los Boys Scouts, de la Casa del Niño que Trabaja, actual Colegio Jesús Maestro. Formó el Coro Palestrina y fundó la Banda de Música Juvenil, entre otras tantas acciones
Uno de los homenajes tributados por la comunidad, fue la imposición de su nombre al Bachillerato Provincial N° 11 de esta ciudad.