Paula Brizuela es una incipiente cantante que se lanzó como solista, con un show íntimo, en Monte, Casa de Arte.
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Paula Brizuela es una incipiente cantante que se lanzó como solista, con un show íntimo, en Monte, Casa de Arte.
Más allá de las creencias sobre las cuestiones energéticas o del universo, la del viernes fue una noche soñada para la joven artista. Los planetas se alinearon para regalarle un cielo azul inmenso, una luna que alumbró su noche y destellantes estrellas, que acompañaron su canto. Ni bien uno llega al pasillo de Bustamante 167, la energía de Monte, Casa de Arte se hace sentir. No es un espacio más. Tiene mística, tiene barro trabajado por manos soñadoras, tiene una fuente con agua, que musicaliza momentos. Nico Anún, su fundador, dio la bienvenida y reforzó lo que había expresado cuando inauguró, “este espacio lo hicimos para que los artistas puedan mostrar su arte, para apoyar la autogestión”.
Luego, la comida árabe, nacida de las manos de Agustín Pereira, alimentó las almas y los tragos de Aylen Puentedura, basados en las fases lunares, regaban de alegría los espíritus que esperaban con ansias escuchar a la protagonista de la noche.
Pasadas las 22, los músicos se acomodaron en el espacio destinado al “escenario” (que en Monte puede ser cualquier lugar por lo versátil que se presenta) y ella, distendida, sonriente, segura, espontánea. “Somos los que tenemos que estar; ustedes son los primeros invitados al inicio de mi carrera”, dijo Paula Brizuela. La acompañaron en esta presentación su hermano Santi Brizuela (guitarra), Wayra Vázquez (guitarra eléctrica), Maxi Rezola (bajo) y Juan Martínez (percusión). Cabe destacar que Santiago y Paula Brizuela, en esta ocasión, fue la primera vez que tocaron juntos en un escenario.
La cantante eligió un repertorio a gusto suyo, que le sentó cómodo y que, en los instrumentos de tan excelentes músicos, sonaron impecables. Reguetón, cuarteto, ritmos de los 90 fueron algunos de los sonidos que ofreció. Se despidió tal como transitó la noche, con energía, agradeciendo a Nico Anún, a los músicos y al público. La Dj Abril Agostini, con 21 años y una carrera en constante ascenso, cerró la noche con un notable criterio para elegir la música que acompañó la pospresentación de la artista y un final con ritmos bailables.