Un interno de la Unidad Penal Nº 1 del barrio Gorriti denunció penalmente a un oficial y a cinco celadores por torturas y amenazas, luego de que este se habría negado a comercializar drogas dentro del Servicio Penitenciario.
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Un interno de la Unidad Penal Nº 1 del barrio Gorriti denunció penalmente a un oficial y a cinco celadores por torturas y amenazas, luego de que este se habría negado a comercializar drogas dentro del Servicio Penitenciario.
Según las fuentes que fueron consultadas por nuestro diario, los hechos habrían ocurrido el 1 de enero pasado durante nueve días, pero la denuncia recién ingresó hace días a la Seccional 2º del barrio Gorriti, donde el interno expuso situaciones de torturas y amenazas de muerte que habría sufrido por parte del personal penitenciario.
En la denuncia penal del hombre de 37 años, dejó en claro que había sido sancionado por una situación que no había quedado del todo clara y fue trasladado al Pabellón Nº 2, donde funcionarían celdas de castigo.
El hombre manifestó que todas las noches, luego del cierre parcial de las celdas de todas las unidades era trasladado por la fuerza a las últimas celdas de ese Pabellón en donde era con golpes de puños y patadas en distintas partes del cuerpo, donde además dijo haber sido asfixiado con una bolsa de nylon y en reiteradas oportunidades le ponían una toalla en el rostro y le tiraban agua, para que se ahogara.
El hombre que fue condenado por el delito de robo, denunció además que fue amenazado de muerte en reiteradas oportunidades y humillado verbalmente por los efectivos que cumplen funciones en el Servicio Penitenciario.
La denuncia penal en contra de un oficial y cinco suboficiales ha causado preocupación en la cúpula policial, quien aguarda los avances de la justicia, para proseguir con las actuaciones.
Si bien no es la primera vez que internos denuncian estos tipos de situaciones, existen muy pocos registros de demanda penal cuando la víctima reconoce a sus agresores, como ocurrió en este caso en particular.
El interno además dejó en claro que todo empezó cuando él se habría negado a vender drogas que los mismos efectivos le abastecían dentro de la Unidad Penal y además dijo que no sería la única persona que sufre este tipo de torturas y amenazas.
Por otra parte nuestro diario pudo saber que el ayudante fiscal zonal del Ministerio Público de la Acusación, remitió las actuaciones a la Unidad Fiscal especializada en estos tipos de delitos, para avanzar con la investigación y los días hábiles de esta semana, serán determinantes para el curso de este expediente judicial que ha causado indignación en la opinión pública.
Graves denuncias
Nuestro país, a través del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos está adherido a las Reglas Mínimas recomendadas por las Naciones Unidas para el Tratamiento de los Reclusos, conocidas como Reglas Nelson Mandela, donde el primer artículo establece que todos los reclusos deben ser tratados con respeto por su dignidad y valor propio como seres humanos. Que ningún recluso puede ser torturado ni sometido a otros tratos o penas crueles, inhumanos o degradantes. Que bajo ninguna circunstancia puede justificar las torturas y que se debe cuidar todo el tiempo la seguridad de los reclusos, del personal, de los proveedores de servicios y de los visitantes.
