Con el propósito de fortalecer la identidad cultural y recuperar las costumbres de la comunidad boliviana se realizó durante el fin de semana pasado la feria de las "Alasitas" en la ciudad de Perico.
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Con el propósito de fortalecer la identidad cultural y recuperar las costumbres de la comunidad boliviana se realizó durante el fin de semana pasado la feria de las "Alasitas" en la ciudad de Perico.
Una alasita, en aymara significa "cómprame", es una miniatura de objetos que expresa el deseo de la persona que la adquiere.
El evento contó con al acompañamiento del Consulado de Bolivia en Jujuy, la Dirección de Cultura del municipio y de la "Comunidad Tricolocor" de Perico.
Los artesanos ofrecieron a los visitantes miniaturas de casas, autos, muebles, terrenos, títulos académicos y enseres alimenticios, no faltó la imagen del 'Ekeko', un personaje gordito de pequeña estatura, que según cuenta la tradición andina es símbolo de abundancia y progreso.
JUNTO AL EKEKO | EL CÓNSUL JUAN INO MAMANÍ JUNTO A UNA ARTESANA
La feria se realizó en las veredas de la plaza central, donde los vecinos y los visitantes pudieron revivir la tradición de la feria de la "Alasita" que en aymara significa "cómprame". Decenas de expositores y artesanos captaron la atención de los vecinos y de familias bolivianas que además de comprar las miniaturas hicieron todo tipo de preguntas sobre el significado de cada figura.
Al respecto el Cónsul de Bolivia en Jujuy, Juan Ino Mamani, explicó que las alasitas son una tradición que se origina en el altiplano boliviano con el uso de illas (miniatura) hechas de yeso y que representan los sueños de los creyentes.
"Música, danza, cultura y comida tradicional de nuestro país se vivió en la feria, porque hemos llegado para mostrar la riqueza cultural y tradiciones de Bolivia. Queremos motivar a nuestros hermanos residentes a hijos y nietos de bolivianos a seguir fortaleciendo y practicando nuestras costumbres", dijo el cónsul boliviano a la prensa.
En 2017, la feria de la Alasita, fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad por la Unesco debido al encuentro de familias de todas las clases y la libre expresión de creencias en la práctica de la adquisición de miniaturas hechas por artesanos, además de los recorridos y rituales dentro de la feria boliviana. Este elemento del patrimonio cultural fomenta la cohesión social y se transmite naturalmente en el seno de las familias, de generación en generación.