El 2021 nos permitió salir lentamente del letargo en el que nos sumió el inicio de la pandemia. Durante ese momento de recogimiento hacia el interior de los hogares muchas cosas cambiaron y se mostraron con mucha claridad en este año. Una de ellas fue que muchas niñas y adolescentes recuperan su voz para denunciar y desnaturalizar los abusos que ocurren en las escuelas.
inicia sesión o regístrate.
El 2021 nos permitió salir lentamente del letargo en el que nos sumió el inicio de la pandemia. Durante ese momento de recogimiento hacia el interior de los hogares muchas cosas cambiaron y se mostraron con mucha claridad en este año. Una de ellas fue que muchas niñas y adolescentes recuperan su voz para denunciar y desnaturalizar los abusos que ocurren en las escuelas.
Tras muchos años de silencios y naturalización del abuso y acoso que suceden en las escuelas, este año ocurrió algo disruptivo, fueron varias las denuncias de alumnas que rompieron el silencio, desafiaron sanciones ejemplificadoras que se les impone por denunciar, exigir Justicia y el respeto de sus Derechos.
Tal es así, que la denuncia de una alumna del Colegio Santa Teresita en contra de un docente, que según el testimonio de otras alumnas solía abusar de ellas manoseándolas o con comentarios obscenos fue respaldada por una gran cantidad de personas.
La institución mostró su costado más reticente a escuchar la voz de las adolescentes y se escudó en seguir un proceso administrativo interno, pero luego de unos días dejó más que clara su postura disciplinadora, comunicando la obligatoriedad del uso de los pantalones largos para las alumnas. Decisión que marcó con claridad que se culpabilizó a las adolescentes por abuso y nos recordó el tan combatido por el feminismo "mirá como me pones" o "porque llevaba minifalda".
Sin embargo, tras la denuncia de esta alumna y el apoyo de sus compañeros y familias que sí le creyeron, hubo otras denuncias. Una de ellas fue la de una niña de una escuela primaria de Alto Comedero que habló y denunció el abuso sexual cometido por un docente. El docente fue detenido.
Y así se abrió algo que no se va cerrar. Se rompió el silencio en las escuelas. Uno de los logros que al feminismo nadie podrá arrebatarle es haber devuelto la voz a las mujeres, que hoy piden justicia.
Por una sociedad sin odio
Tras el fallecimiento de Lourdes Ibarra, ocurrido el 13 de septiembre, fueron muchos los homenajes que se hicieron a su lucha y las conquistas obtenidas para el colectivo travesti trans de Jujuy. Pero uno de los más claros y fieles a la lucha de Lourdes Ibarra, es el que escribió Gustavo Cabana, amigo y compañero de lucha de la referente jujeña, cuyos logros trascendieron la provincia dejando un estela que hoy guía a sus compañeras.
"El 13 de septiembre de 2021 amigxs, familiares y activistas de diferentes organizaciones sociales conocíamos la noticia de la partida de Lourdes Ibarra, una mujer trans, luchadora por los derechos del colectivo travesti trans de Jujuy. La organización Damas de Hierro, apuesta política y epistémica de Lourdes, fue su legado. Y creció hasta convertirse en referente clave del proceso de politización de las identidades sexodisidentes jujeñas.
Con el anclaje puesto en una política de cuidado travesti trans, Damas de Hierro logró tensionar muchísimos espacios e incomodar las políticas cisgéneros de un estado provincial que asume la heterosexualidad como fundamento de poder. Todo esto no alcanza para dimensionar el aporte de Lourdes para el desarrollo de una sociedad sin odio".