La ciudad de Palpalá se convirtió en el norte a seguir en las otras localidades respecto a la inclusión. Cumpliéndose el tercer año de trabajo ininterrumpido y logrando la inclusión de niños con TEA en las escuelas de la ciudad, algunos de los cuales participaron en la Cena Blanca y lográndose acceder a niveles superiores de enseñanza, mostró que la brecha que separó mucho tiempo la necesidad de incluir se materializa con el trabajo sostenido del equipo interdisciplinario que de voluntarios que desarrollan su trabajo y el mejor esfuerzo por una tarea de amor y de integra capacidad para ayudar a los demás a ser parte de una sociedad que hoy se amiga con lo diferente y logra crecer y aprender con ellos transformando una sociedad en más tolerante, ávida de reconocer en el otro un par y logrando transformar lo ates era un impedimento en un abrazo hacia nuevo maneras de vivir en comunidad con la consigna de inclusión en la teoría y la práctica.
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La ciudad de Palpalá se convirtió en el norte a seguir en las otras localidades respecto a la inclusión. Cumpliéndose el tercer año de trabajo ininterrumpido y logrando la inclusión de niños con TEA en las escuelas de la ciudad, algunos de los cuales participaron en la Cena Blanca y lográndose acceder a niveles superiores de enseñanza, mostró que la brecha que separó mucho tiempo la necesidad de incluir se materializa con el trabajo sostenido del equipo interdisciplinario que de voluntarios que desarrollan su trabajo y el mejor esfuerzo por una tarea de amor y de integra capacidad para ayudar a los demás a ser parte de una sociedad que hoy se amiga con lo diferente y logra crecer y aprender con ellos transformando una sociedad en más tolerante, ávida de reconocer en el otro un par y logrando transformar lo ates era un impedimento en un abrazo hacia nuevo maneras de vivir en comunidad con la consigna de inclusión en la teoría y la práctica.
Hace tres años un grupo de personas encabezados por una madre que estudiaba y comentaba como se derribaron las barreras, demostró no ser un voz sola que clamaba en el desierto, llevando manos de otras madres con hijos con TEA, decidieron capacitarse, estudiar y acercar nuevas perspectiva ante una tarea no antes iniciada, pero con muchas ganas de lograr poner en la práctica la inclusión de personas con TEA.
Antonia Mamaní lo logró gracias a su perseverancia y caminando con la convicción de que el esfuerzo con trabajo arrojaría los resultados que esperaba no solo para su hijo. Estudio con él, conoció más que nunca lo que una madre enfrenta en desafíos para que nuestros hijos se superen marcó el norte con el respaldo de intendente Rubén Eduardo Rivarola, en un espacio en el CIC del barrio Canal del Beagle y desde ese lugar las presentaciones de los avances motivo a nuevos profesionales y hoy a un equipos interdisciplinario de voluntarios que lograron en principio la ordenanza de Pirotecnia Cero en el ciudad, un paso trascendental de empatía que los ediles entendieron un lo respaldaron con la promoción basada en los testimonios que los mismos padres ponían a la luz de la importancia de entender que los festejos pueden ir por otro lado, sin lastimar la tranquilidad y los avances en los niños TEA. Corazones azules, fue la manera de representarlos en la ciudad de Palpalá y desde ella el trabajo se sociabilizó, compartiendo las experiencias, la bibliografía que tomó forma cuando toda una sociedad empezó hablar del tema. Los aspectos a trabajar fueron tantos como los ejes que abarcan estas madres y padres con sus familias, el amor por sus hijos y la empatía por el otro nos enseñó a mirar hacia un nuevo horizonte el del aprendizaje y prosperar en los avances de los niños. Este diciembre la pasarela mostró a esa madre junto a su hijo recibiendo del instituto "Sagrado Corazón", los dos caminaron con gallardía, emoción y la satisfacción de un deber cumplido en una de las etapas; fue emotivo y un abrazo de inclusión se tuvo réplicas.
