Y ya en el mes de agosto, el ocre paisaje invernal aparece salpicado de distintas tonalidades de rosa, es el lapacho, nuestro árbol regional que abre sus capullos para anunciar la pronta llegada de la primavera. Y es tanta su hermosura, que con el propósito de crear una conciencia forestal y considerando que entre los árboles de la flora regional, el lapacho reunía simbolismos de fortaleza y belleza acorde con la tierra jujeña, el Ejecutivo Provincial, lo declaró Árbol Regional de la Provincia de Jujuy, durante la gobernación de Jorge Villafañe.
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Y ya en el mes de agosto, el ocre paisaje invernal aparece salpicado de distintas tonalidades de rosa, es el lapacho, nuestro árbol regional que abre sus capullos para anunciar la pronta llegada de la primavera. Y es tanta su hermosura, que con el propósito de crear una conciencia forestal y considerando que entre los árboles de la flora regional, el lapacho reunía simbolismos de fortaleza y belleza acorde con la tierra jujeña, el Ejecutivo Provincial, lo declaró Árbol Regional de la Provincia de Jujuy, durante la gobernación de Jorge Villafañe.
La medida se efectivizó mediante el Decreto Nº 3622, expedido el 30 de septiembre de 1954. Años después, el diputado provincial Jorge Sammán, presentó un Proyecto Ley ante la Cámara de Diputados que dio origen a la Ley 4383/88, que declara a la flor del lapacho rosado como nuestra Flor Provincial, designando para su celebración el 1 de septiembre de cada año.
Hoy, los jujeños celebramos el día de nuestra Flor Provincial, la que en medio de tanta sequía, en medio de la naturaleza dormida, ofrece la belleza que despierta los más hermosos halagos, obligando a quienes pasan por el lugar a detener su mirada para contemplar tanta maravilla de la naturaleza que comienza a despertar con la presencia del lapacho, el heraldo, el anunciador de la primavera.
El lapacho rosado
En pleno invierno, el lapacho rosado, es la acuarela que pinta de belleza la región montañosa y húmeda de las Yungas. El nombre científico del lapacho rosado es Tabebuia Avellanedae o Impetiginosa, en homenaje al presidente Nicolás Avellaneda, insigne estadista y propulsor de las ciencias en el país, razón por la cual el botánico Pablo Lorentz, le dio tal denominación.
Es conocido por los nombres comunes de lapacho del noroeste, lapacho tucumano y pertenece a la familia de las Bignoniáceas. Es originario de la selva tucumano- boliviana y se distribuye en Bolivia y el Noroeste de la Argentina, donde se lo encuentra en los sectores más bajos de las Yungas (450-900 msnm). El lapacho rosado alcanza una altura de 20 a 30 m, posee un fuste, por lo general recto, de aproximadamente 10 m de largo. La copa es de forma variable, por lo general semejante a un embudo tendiendo a concentrar el follaje hacia los extremos y en el estrato más superior.
El follaje, formado por hojas digitadas, es caedizo. Los ejemplares jóvenes suelen tener hojas mayores. Sus flores tienen corola gamopétala rosada, rosado-morada y blanca, reunidas en panículas terminales. En Jujuy, el lapacho florece desde la última quincena de julio y produce madera verdoso-amarillenta.
