Durante la semana, el Comité Interinstitucional de Actuación en Casos de Desaparición de Mujeres, Niñas y Personas de la Diversidad (Cindac) solicitó ayuda para encontrar a una joven madre, identificada como Zelma Méndez Saka y a su hija de 9 años, indicando que se había radicado una denuncia en San Pedro de Jujuy el pasado miércoles para establecer su paradero.
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Durante la semana, el Comité Interinstitucional de Actuación en Casos de Desaparición de Mujeres, Niñas y Personas de la Diversidad (Cindac) solicitó ayuda para encontrar a una joven madre, identificada como Zelma Méndez Saka y a su hija de 9 años, indicando que se había radicado una denuncia en San Pedro de Jujuy el pasado miércoles para establecer su paradero.
Se habló entonces de un nuevo drama que vivía la familia Méndez Saka, golpeada por la droga, la prostitución y la muerte.
Es que el año pasado en tan sólo cinco meses, la familia sufrió la pérdida de tres hijos, Paola Erika Méndez Saka, cuya muerte aún no fue esclarecida, Katherine Elizabeth Méndez Saka, que cayó desde un balcón ubicado en barrio Centro, y de Alejandro Méndez Saka, que apareció muerto en el interior de su vivienda.
Zelma Méndez Saka, en una entrevista con nuestro diario, indicó que "nunca estuve desaparecida", que no hubo denuncia radicada por su familia, y que ella escapó de su casa debido a que la Justicia quería quitarle a su hija, hecho que se concretó el miércoles pasado.
En un extenso diálogo, sostuvo que ya comenzó con la rehabilitación para alejarse del mundo de las drogas, lo hará por amor a su hija y ahora más que nunca necesita el apoyo de todos, porque no es fácil salir de las adicciones.
Afirmó que sus padres "jamás me sacaron a la calle a prostituirme" y que fue su madre, quien vendió hasta el departamento para llevarlas a rehabilitar y que por nueve años estuvieron sin consumir hasta que regresaron a San Pedro.
Afirmó que fue "drogadicta y prostituta", pero que nunca lo hizo delante de su hija, que salía a la calle, lejos de ella.
"Mi hija es una niña feliz, que tiene todos los cuidados, va a la escuela, está bien vestida y alimentada". Zelma Méndez Saka pidió ayuda para recuperar a su hija y que no la dejen en un hogar donde está sufriendo, que se la entreguen a su tía, que es buena persona, mientras ella comienza la rehabilitación.
"Voy a recuperar a mi hija"
"Yo jamás desaparecí, me escapé porque me querían quitar a mi hija y me la quitaron nomás. Me trajeron a San Pedro con engaños, me dijeron que no me la iban a quitar y me la quitaron, mi hija que tiene 9 años, lloraba, no quería salir de mi lado. Yo sólo pido que me devuelvan a mi hija, que no me tiren a un precipicio, que no me empujen porque yo no quiero caer, no quiero retroceder, yo estoy cambiando. Es verdad, yo consumía, no voy a mentir, pero estoy tratando de dejar todo por mi hija, no quiero que me la quiten, que me den una oportunidad más. Quiero que me devuelvan a mi hija, por favor! Yo voy a hacer lo que digan, pero devuélvanmela. Por favor, le pido a la jueza que se toque el corazón, que me dé a mi hijita, si quiere yo me interno con ella, que me manden a cualquier hogar pero que no me separen de ella", suplicó sumida en llanto la joven madre, quien en todo momento reconoció que era víctima de las drogas y que ejerció la prostitución para poder comprar, pero que nunca hizo nada malo delante de su hija.
El miércoles recibió la llamada de un organismo donde le aseguraron que no le iban a quitar a la niña, que regrese y que confíe.
Por ello, regresó con su madre y su hija a San Pedro de Jujuy y cuando bajaron en inmediaciones de la escuela próxima al hospital Paterson, fueron rodeadas por los policías de la Brigada de Investigaciones, quienes las hicieron subir a un vehículo para trasladarlas a la capital jujeña. Ambas fueron revisadas, según el protocolo de búsqueda de personas, por el médico policial. "El médico dijo que estaba todo bien. Me preguntó si yo había sido secuestrada, le dije que no, ya que a él le informaron que habíamos sido secuestradas", expresó tras agregar que el médico certificó que la menor no presentaba signos de abuso ni de maltrato y se encontraba bien de salud.
"Luego vino un oficial y estaban haciendo el acta para dársela a mi mamá y la jueza comenzó a enviar mensajes diciendo que no se la den y pedía que nos sacara a la calle a esa hora de la noche y en medio de tanto frío, sabiendo que vivíamos en San Pedro y que no teníamos cómo volver. Pese a las explicaciones que le daba la señora que nos atendía quien le decía que estaba todo bien, que habíamos colaborado con la Justicia, la jueza exigía que nos saquen y que si no cumplía con su orden la denunciaría en Minoridad y Familia. La señora respondió que no podía dejarnos en la calle y dispuso que el mismo vehículo que nos llevó nos traiga a la casa, después de haberme separado de mi hijita. Llevo tres días de sufrimiento", dijo.
En otro tramo, comentó que ya se presentó en el Centro de Rehabilitación Ambulatorio que funciona en avenida 9 de Julio, para comenzar la rehabilitación donde será asistida por psiquiatra, psicólogo, entre otros profesionales quienes además, realizarán un seguimiento de análisis de sangre para el control más eficaz. "Sólo pido ayuda para recuperar a mi hijita, estoy luchando por cambiar, lucho con mi demonio de la droga, porque dejar la droga no es fácil, pero la estoy luchando, ya llevo una semana sin consumir nada, lo hago por amor a mi hija.
Y le pido a la jueza que no deje a mi hija en un hogar, que no la tenga alejada de la familia, debe estar sufriendo, aquí en la casa no le faltaba nada, tenía todo, ropa limpia, una buena alimentación, era todo para mi madre que sufrió el dolor de perder a mis tres hermanos, Teresita fue el motor que nos ayudó a salir adelante, asiste a clases, cumple con sus deberes, pregunten a su maestra. Yo tengo problemas con las adicciones, no mi madre. Ella fue y es una excelente madre, le pido perdón por haberle fallado por culpa de las malas amistades.
Mi madre buscó ayuda, vendió hasta su departamento para llevarnos a rehabilitar cuando comenzamos con Paola a consumir droga. Nueve años le llevó rehabilitarnos y lo logró ella solita, pero luego volvimos a San Pedro y comenzó de nuevo el infierno de la droga y volvimos a consumir. Soy yo la que tiene problemas de adicción, no es mi madre, ella puede seguir cuidando de mi hijita como lo hizo bien durante estos nueve años, mi hija es feliz en la casa, que no se la quiten a mi madre, o que se la entreguen a mi tía, que es una buena persona y la puede cuidar hasta que yo me recupere".
En el extenso diálogo mantenido, Zelma explicó que siempre preservó a su hija de todo lo que pudiera hacerle daño, "fui drogadicta y prostituta, pero mi hija jamás me vio, yo me iba a la calle, lo hacía lejos de ella, tampoco es verdad que mi madre nos haya mandado a la calle, hay gente que opina sin saber, lo juro por el alma de mis tres hermanos que son lo que más amo, que jamás mi madre hizo eso, si fallamos fue por las amistades.
Yo voy a recuperarme, le hice una promesa a mi princesa que iba a volver por ella, hicimos un pacto, y me hizo prometer que volvería a buscarla, me lo dijo llorando, y el psicólogo y asistente que estuvieron esa noche son testigos de lo que pasó y saben que no miento, saben de todo el sufrimiento de mi hijita. Sólo pido que me ayuden y me devuelvan a mi hija, si yo fallo que me la saquen sin piedad. Yo sé que no voy a fallar y le estoy pidiendo una oportunidad, pido que me ayuden porque me voy a matar si no me dan a mi hija, yo me voy a matar y va a ser todo culpa de ellos, porque no me devuelven a mi hija, es mi motor para seguir, es por lo que yo vivo", expresó con dolor Zelma.
Sobre la denuncia
Datos recabados por nuestro diario permitieron saber que el pasado 28 de junio, la Brigada de Investigaciones recibió un oficio y decreto judicial que lleva la firma de la jueza de Familia habilitada Mirta Vega, ordenando que atento a la desaparición de la menor Teresa Méndez Saka junto a su progenitora Zelma Méndez Saka y los abuelos de la niña Deolinda Saka y Domingo Méndez, debían establecer el paradero. Una vez encontrada, la menor debía quedar a disposición de Minoridad y Familia, en tanto que la madre y los abuelos debían ser llevados con el auxilio de la fuerza pública.
Ante esa denuncia por búsqueda de persona dispuesta por la jueza, el ayudante fiscal Juan Carlos Baiud ordenó que se concrete registro domiciliario en diferentes barrios de San Pedro y en domicilios de la zona rural y en los departamentos Ledesma, Santa Bárbara y Manuel Belgrano, sin dar con el paradero de la madre y su hija. Tras la publicación emitida por el Cindac, la madre y los abuelos tomaron conocimiento de la denuncia por búsqueda de personas y regresaron en horas de la noch
