Hay un espacio en San Pedro de Jujuy que abrió sus puertas hace 52 años para albergar en su seno a niños cuyas madres salían a trabajar y a aquellos donde las familias no contaban con recursos para alimentarlos.
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Hay un espacio en San Pedro de Jujuy que abrió sus puertas hace 52 años para albergar en su seno a niños cuyas madres salían a trabajar y a aquellos donde las familias no contaban con recursos para alimentarlos.
Ese lugar, que se transformó con el tiempo en una de las instituciones más queridas, es la Guardería Infantil Don Bosco que, en medio de esta situación de pandemia, celebró este cumpleaños en la intimidad y con algunas visitas que llegaron a compartir un grato momento.
Pasaron 52 años y en las vetustas paredes donde funciona la guardería, ubicada en la céntrica calle Gobernador Tello, se siente también el paso de los años y se espera la ayuda para poder refaccionar el edificio para que permanezca en el tiempo, cumpliendo el anhelo de aquellas mujeres valientes, soñadoras, visionarias que integraban el Club de Leones, que se enfrentaron al desafío de fundar una guardería infantil.
Necesitan apoyo
Una frase reza: "Los hombres pasan las instituciones quedan", y es necesario el apoyo de la comunidad toda, para que la Guardería Infantil Don Bosco siga cobijando a tantos niños que lo necesitan. Ese es el deseo que se pidió en este cumpleaños número 52, que contó con la presencia de quien está a cargo de la dirección de la guardería, Ethel Ballesty, a quien se le debe también un merecido reconocimiento por toda la ofrenda que realizó en su comunidad, porque no sólo dedicó su tiempo para llevar adelante las cuestiones administrativas de la guardería, desde hace 52 años, sino de otras instituciones que la tuvieron como activa dirigente.
Hoy todo se hace cuesta arriba porque tal vez no se tiene la fuerza de los años jóvenes, es por eso que más que nunca, la comunidad sampedreña debe unir manos y voluntades para sostener esta institución.
También estuvieron las docentes de la asociación civil Abrazo Escolar que presta servicio en la guardería asistiendo a los niños en lo que respecta a clases de apoyo.
Luego llegaron desde el municipio con una torta, algunos concejales y candidatos y vecinos que llevaron golosinas para los niños.
Actualmente a la guardería asisten 60 niños a los que se les brinda atención, contención y apoyo escolar en dos turnos, cumpliendo con el protocolo establecido.
"Di el amor que recibí de Dios"
Fue imposible dialogar con "Mamá Petro" sin que afloren sentimientos encontrados, porque tener en frente a un ser tan admirable, desprendido de todo y dispuesto a entregar su tiempo hasta el último momento de su vida, es un orgullo para todo aquel que tiene la maravillosa oportunidad de entrevistarla.
Petrona Lozano cumplió 89 años, llegó a la guardería cuando tenía 35 años, se ofreció a trabajar a cambio de un plato de comida para sus hijos y el 9 de octubre de 1976 ingresó a trabajar como empleada municipal, donde se jubiló en 1996.
Y aunque parezca imposible de creer desde hace un cuarto de siglo, desde hace 25 años cuando se jubiló, decidió seguir trabajando por los niños, seguir acompañándolos, brindándoles afecto, porque su corazón desborda amor.
Y con gran alegría celebró esta fiesta de cumpleaños, relató la tristeza que vivió durante la cuarentena sin sus niños, encerrada en la guardería junto a su bisnieta, que se transformó en el motor que la ayudó a superar tan difícil momento. "Estoy feliz de haber envejecido entre estas paredes, recuerdo cada rostro, cada nombre, de los niños que pasaron por la guardería y me siento feliz cuando los veo transformados en hombres y mujeres de bien.
Sólo di un poco del inmenso amor que recibí de Dios, decidí hacerme instrumento y con su ayuda pasar por la vida haciendo el bien. Quiero que todos ayuden a mi querida guardería, que no permitan que cierre sus puertas. Ese será el regalo más grande que puedan hacerme", dijo Petrona Lozano, entre tantos relatos compartidos en este nuevo aniversario.