Nazareno y Eliana acababan de despedir de su casa a Maira, su compañera de trabajo en un call center de Mendoza, con quien meses antes habían comenzado a forjar un vínculo que iba mucho más allá de lo laboral. Esa madrugada, luego de los vinos y la complicidad, se miraron a los ojos y comprendieron que pasaba algo más.
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Nazareno y Eliana acababan de despedir de su casa a Maira, su compañera de trabajo en un call center de Mendoza, con quien meses antes habían comenzado a forjar un vínculo que iba mucho más allá de lo laboral. Esa madrugada, luego de los vinos y la complicidad, se miraron a los ojos y comprendieron que pasaba algo más.
Aquello ocurrió hace aproximadamente cinco años. Los tres profundizaron en la intimidad una relación de amistad que rápidamente generó interrogantes. Eliana Cuchietti, de 28 años, recordó. “Fue un autodescubrimiento entre lo que sentíamos y lo que era correcto por el paradigma de la sociedad. Fue un autodescubrimiento seguido de aceptación”.
Nazareno Fernández recordó que a partir de esa noche algo cambió en la pareja: “Nos dábamos cuenta de que extrañábamos a Maira y la necesitábamos. Que había algo más que una amistad. Y nos pasaba a los dos. Entonces lo hablamos, a ella le sucedía lo mismo, y comenzamos a vernos de diferente manera”.
El hombre de 42 años especificó que entre ellos floreció un vínculo que nada tiene que ver con una relación abierta ni con las prácticas swingers. “Fue un proceso. En lo personal terminé de desprenderlo y aceptar que amo a Maira como pareja tanto como amo a Naza”, sostuvo Eliana.
Exponer y admitir la historia de poliamor que protagonizaban llegó mucho tiempo después. En el medio acontecieron los celos, las charlas, las peleas y la aceptación de las familias. Todo un combo que moldeó un lazo que lleva más de cinco años.
“Si alguien me preguntaba lo contaba sin problemas, porque en definitiva es lo que me hace bien. A la persona que más le costó entenderlo fue a mi papá. Pero una vez que vio que era lo que yo quería nos invitó a comer a los tres a casa”, relató Maira Fernández (23).
Eliana también rememoró su experiencia durante aquel año: “Mi familia me acompañó. Siempre he recibido apoyo y nos desean lo mejor a los tres”.
Nazareno remarcó: “En mi caso encontré varias contradicciones: soy el más grande y vengo configurado con todas estas cosas desde hace muchos años. Al principio fue raro. Me gustaba que estuviéramos los tres juntos pero no ‘legalizarlo’. Pero con el diálogo, el amor y el resto pudimos llevarlo a cabo”.
El hombre del trío especificó: “Somos polifieles. Es muy distinto a ser swinger o tener una relación abierta porque quienes viven bajo estas prácticas comparten a sus parejas. Nosotros no somos swingers, nos amamos y queremos tener hijos. Si uno llega a estar con otra persona el resto lo consideraría un engaño”.
La mañana en la que los tres dialogan con este medio los encuentra alrededor de la mesa de su cocina, compartiendo el desayuno previo a un trabajo ubicado a 20 minutos del hogar en el que conviven. Allí comercializan accesorios para celulares y ofrecen servicio técnico especializado bajo un emprendimiento llamado Smart Vip Innovación en el que todos participan.
“Llevamos un vida normal: nos conoce el kiosquero, el verdulero, y todos sabían que éramos un trío”, reveló Nazareno.